jueves, 21 de julio de 2011

A mover el bote

Salvador Muñoz

Los Políticos

Quién diría que el estar gordito habría de significar un síntoma de enfermedad. En la primaria, Gilberto o Pelé, los dos “obesitos” de mi generación, hubieran sido vistos de otro modo en estos momentos.

Gilberto aprovechaba su robusto cuerpo para someter a los enclenques compañeros en nuestros juegos rudos y “Pelé”, un negrito obeso, se hacía conchita porque era susceptible a las cosquillas y estallaba en carcajadas que contagiaban a todos.

Sí, eran gordos y no parecían para nada enfermos.

II

¿Se ha imaginado alguna vez el mundo de una persona con obesidad mórbida? Lejos de las bromas clásicas alrededor de él (es una broma), debe ser una tortura su vida.

Parece escatológico o de mal gusto, pero es parte de nuestra vida cotidiana, a menos que usted no cague: Su aseo debe ser difícil. No, no es cuestión de asco ni de risa. Es en serio.

¿Y el placer? ¿Y el sexo? Sí... yo lo imagino, no lo vivo, y me siento triste.

Mas si nos enfocamos en el deambular de una persona con obesidad mórbida, créame que los servicios de transporte no están preparados para ellos, ni para su ascenso ni para su asiento. Yo lo he vivido y a lo mejor usted en algún ADO o AU con algún compañero gordito al lado.

Sí, ser una persona con obesidad mórbida debe ser difícil.

III

Nuestras autoridades, sean federales, estatales o municipales, se preocupan por nuestra salud y mediante programas o actos, incentivan a la población a hacer ejercicio y/o alimentarse sanamente.

Seamos gorditos, flaquitos, entecados u obesos mórbidos, sendas cosas son sumamente difíciles por tres razones inmediatas que me vienen a la cabeza: economía, tiempo y actitud.

Económicamente, muchas de nuestras familias, curiosamente, están más preocupados por comer ¡y no por no comer!

En el caso del tiempo, la mayor parte de éste lo consumimos en nuestras áreas de trabajo, en el trayecto a nuestra casa o residencia laboral, para descansar (frente a la tele, por supuesto) o en lo que se ha convertido en la nueva “caja idiota”: nuestra computadora, escribiendo artículos, escuchando música, viendo videos en youtube o leyendo los últimos chismes de nuestros políticos.

Y por último, la actitud. En mi caso, llevo más de dos meses tratando de alcanzar los 67 kilos y la verdad, a veces la flojera me gana. A veces corro toda una semana durante media hora y luego, caigo en ánimo. La evidencia en el espejo se refleja de inmediato pues así como puedo bajar rápidamente de peso, del mismo modo lo subo.

IV

Este domingo, en la explanada del malecón, se pretende hacer una clase de zumba que reúna a cerca de un mil 800 participantes.

¿Y qué madres es la zumba? De acuerdo a una rápida investigación, resulta que es una especie de “gordobics” con pasos de música que se inició en Colombia.

Por supuesto, esta clase de “Mega Zumba” (como pomposamente la llaman) es parte del “Festiver” que se realiza en el puerto jarocho. Si bien la única intención que le veo a ojo de buen cubero a esa actividad a realizarse este domingo es el corte sensacionalista, no puede dejar de ser un buen principio para que los ciudadanos, gordos y flacos, altos y chaparros, feos y hasta yo, hagamos ejercicio.

Pero qué mejor que en esa “Mega Zumba” viéramos a nuestros funcionarios, esos que gozan de “dieta” pero que rebosan su panza con enjundia, moviendo el bote.

V

Aquí les van algunas recomendaciones que se han oído por parte de algunos funcionarios con sobre-peso pero no pondremos nombres, para que nuestros políticos no se sientan ofendidos... a lo más algunas siglas, pero nada más:

* M. Lozano... no, es obvio, mejor Mario L.

“No es lo mismo chiles en escabeche que me escabeché unos chiles”

* A. Gándara... no, igual es muy evidente, mejor Alfredo G.

“No se puede bajar de peso hablando del tema... hay que mantener la boca cerrada”

* M. A. N. Choriqueso.

“Cuando le pregunto a mi hijo que qué va a hacer cuando sea grande como yo, me dice: ¡voy a hacer DIETA, papá, DIETA!”

* H. Ortega

“Creo que mi esposa se quiere divorciar... oí que le gustaría deshacerse de toda la bola de grasa que tiene”

* S. Cano Herrera.

“Me dijeron que para bajar de peso debía seguir los pasos de Usain Bolt, el corredor jamaicano... ¡hasta alcanzarlo¡”.

Sí, me faltó uno, pero se me acabaron los chistes.

¡Hasta mañana!

e-mail: dor00@hotmail.com

twitter: Los_Politicos

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