domingo, 11 de septiembre de 2011

Aprovechando el momento

Liliana P.
Lucha rosa

(Xalapeñita avecindada en el DF, ingeniero civil metida a comunicadora, fotógrafa y aficionada de coraza a las llaves y contrallaves)

La llegada de la lucha libre americana al gusto de las nuevas generaciones es una situación de tiene variados ángulos, mientras que muchas empresas pequeñas, medianas y grandes se jalan de los pelos y se cruzan de brazos lamentando la apertura a este espectáculo, las menos, ven esta fenómeno como una oportunidad para mejorar, sobre todo en el rubro de la producción de sus eventos.
Y es que no basta ya solamente con un poco de pirotecnia, edecanes, luz y sonido para tener a una afición cautiva, ahora hace falta meterla más al show a la “historia” alrededor del combate para darle sabor al caldo.
El aficionado joven (sobre todo) ya no solamente exige entrega del luchador, también condiciona y cuestiona desde la vestimenta, el físico, y hasta la habilidad verbal a la hora de tomar un micrófono y aventar retos a diestra y siniestra.
Qué lejos estamos de la esencia de este deporte espectáculo, cuando la entrega ya iba implícita, cuando las grandes rivalidades nacían arriba del cuadrilátero, y no se creaban al vapor solo por generar raiting, cuando luchar a ras de lona era una obligación y no un recurso cada vez en más en desuso, cuando la sencillez en los equipos era suplida por personalidades arrolladoras que llenaban el cuadrilátero.
Es aventurado tomar la bandera de algunos comunicadores cuando afirman que la gente joven que considera a John Cena como el mejor luchador del mundo no sabe de lucha libre.
No congenio con ninguna de las dos. El aficionado entre los 10 y los 20 años creció o está creciendo con el boom de la lucha libre en televisión, con la variedad de empresas y la desbordante mercadotecnia, con las películas de luchadores las cuales son grandes producciones (cómo anhelo las del santo). Ahora los luchadores tienen que ver con todo, son actores, comentaristas, empresarios y hasta cantantes, lo que les distrae de su verdadero quehacer.
Si bien la publicidad ha hecho que las grandes masas se acerquen como sea a la lucha libre, también ha llevado consigo a una gran cantidad de seudoaficionados para quienes este deporte es una moda, una situación en la que hay que estar porque es lo in lo nice.
Y si usted lo duda, la próxima vez que acuda a una función de lucha libre, sobre todo del Consejo Mundial de Lucha Libre, Triple A o inclusive la WWE, ahora que pisara tierras nacionales, eche un ojo a las primeras filas, y encontrara a infinidad de “posturitas, musculitos y divorciadas calentonas con pelo a lo Madona (siempre quise usar esas frases del maestro Sabina) para quienes este espectáculo es para ver gente y que la gente te vea, y si es en por televisión, pues cuanto mejor.
Si usted es quien afirma que WWE, Triple A o el CMLL es la mejor lucha del mundo está en su derecho, pero antes de emitir juicios, sería recomendable que se diera una vuelta por la red.
Es muy fácil encontrar luchas de antaño, de empresas japonesas o material de los independientes, en cualquier actividad, mientras más conozcamos, más se abrirá nuestra mente sobre el tema en cuestión, y tal vez usted me tome a loca cuando le diga que Los Traumas son de los mejores luchadores de México, y si no los conoce, lo invito a que busque algo de ellos en la red, seguramente se llevara una agradable sorpresa.
Ah y por cierto, gracias a la banda que me invita a las luchas y después de eso a cenar (je je je) no saben lo que dicen, porque soy ruda pal filete. Un abrazo.

Twitter: @lili_demon

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