viernes, 18 de marzo de 2011

8.9 en escala de Richter

Brenda Caballero
Números Rojos

No puedo dejar de sentir tristeza e impotencia al ver las noticias de lo que pasa en Japón, pues simplemente, en estos momentos, son ellos; tal vez mañana, nosotros.
A pesar de que acaban de hacer una revisión en la nucleoeléctrica de Laguna Verde en Veracruz (única en México) sobre las medidas de seguridad en las que opera, no me siento segura, pues contra la naturaleza… no hay poder que la detenga.
Simplemente si hubiese una situación de emergencia en Laguna Verde, nuestra propia cultura nos llevaría al desastre (rapiñas, saqueos, pánico colectivo y desesperación). Bien dicen que los mexicanos nos parecemos a una cubeta llena de cangrejos, y no porque caminemos p’atrás, sino porque para poder salir no importa si se pasa sobre otros.
Aún recuerdo el pánico colectivo que imperó hace algunos meses por la balacera en Xalapa, allá por la Colonia Casablanca, todos corrían por sus hijos, sin respetar semáforos en rojo o la rapiña que se dio en Veracruz a causa de las inundaciones del huracán Karl y la tormenta tropical Matthew.
En Japón no hay rapiña ni pánico, pero hay otro emperador: “el miedo”. Un miedo a la radiactividad.
Los japoneses han dejado en un segundo plano las pérdidas por el terremoto y el tsunami. Es más, ni la caída en las bolsas parece importarle a la tercera economía mundial tanto como la radiactividad.
Japón tiene un objetivo actual: enfriar los reactores de la Central Nucleoeléctrica de Fukushima, la reconstrucción vendrá después, la recuperación económica puede esperar…
Sin lugar a dudas habrá un impacto económico mundial, el efecto dominó ocasionado por las fugas de capitales en las bolsas asiáticas cobrarán la factura correspondiente al menos con un incremento en las tasas de interés. En principio, se han manifestado la caída en la bolsa japonesa del 6 y 10 por ciento solo en esta semana a pesar de las millonarias inyecciones de euros del banco japonés.
Por lo que la pregunta en México es ¿nos afectará la situación de Japón?
Desde luego que la distancia de nuestro país con el del Sol naciente es considerable, por lo que el viento no traería las partículas radiactivas. Sin embargo Japón es el tercer proveedor de bienes del mercado mexicano: nos exportan una cantidad considerable de pescado, además de leche, carne, vegetales, chips de celulares y por supuesto autopartes y electrónicos.
Lógicamente que el Gobierno tomará las medidas de salubridad necesarias en las aduanas donde ingresan los productos, pero por favor! No paniqueemos pensando que todos los productos asiáticos están contaminados, o que si compramos un automóvil simplemente con sentarnos absorberemos partículas radiactivas. No lleguemos a crear ese tipo de leyendas urbanas, pues está comprobado que en México hay otros males más terribles que la radiactividad: la especulación y la obtención de ganancias a causa de los daños a terceros, pues empresas de cómputo han retirado sus precios de lista actuales y ya les incrementaron hasta un 30 por ciento, argumentando como causa principal la situación de Japón.
Así es que si Usted tiene un automóvil Honda, Toyota o Nissan, tome sus precauciones y no se deje sorprender por vividores que le dupliquen los precios a las autopartes de su carro, pues aunque se contempla un desabasto de insumos no es justificación para el aumento de precios.
Las noticias sobre Japón siguen y todo el mundo tenemos puestos los ojos en ese país, esperando que no suba la temperatura en sus reactores y que empiece ya la reconstrucción lo más pronto posible, tal y como lo hicieron en 1995 con en el terremoto de Kobe, demostrando porqué son llamados “El País del Sol Naciente”
Dicen que en Veracruz también hay miedo, pero no a la radiactividad. Los empleados de las secretarías de Finanzas y Comunicaciones tiemblan… mas no por terremotos o tsunamis, sino por el terror psicológico que se vive tras la tragedia que dejaron 156 constructoras y el desfalco millonario que hay en las finanzas de Veracruz, de 8.9 en escala de Richter…

brendacaballero1@hotmail.com

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