miércoles, 14 de septiembre de 2011

El grito

Salvador Muñoz
Los Políticos

No sé ustedes, pero yo no voy a ir al Grito.
Por favor, no me llamen antipatriota o muchos menos pro-twitterrorista.
No asistiré al Grito por una razón muy simple: No me gusta.
Así que, muy independientemente de ese aire raro que flota en el ambiente, tiene años, muchos años que asistí a una plaza para oír el famoso Grito y jamás lo pude entender.
¿Cuál fue el grito de Miguel Hidalgo?
No creo que haya sido “Viva México” o “Viva la Independencia”... tampoco creo que haya sido “¡A coger gachupines!”... no veo a Erik Porres corriendo este día del Grito.
El grito que le atribuyen a Hidalgo era más sencillo: “¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Viva Fernando VII! ¡Muera el mal gobierno!”
En las colonias donde los pobladores se levantaban en armas, las arengas eran “¡Viva el Rey! ¡Muera el mal gobierno!” bajo el entendido de que los colonos respetaban al rey (o Virrey) pero no a los encargados que muchas veces, abusaban de su poder.
Luego entonces, no sé quién cambió los gritos que habitualmente se oyen en la noche del Grito.
Pero, insisto, no es razón para que por eso, no vaya... es que no me gusta.
Sin embargo, no puedo ser ajeno a la vida cotidiana y acepto que desde niño a la fecha, los gritos me han acompañado siempre.
Vaya para ustedes, estén o no presentes en el Grito, otros Gritos que bien merecen un lugar en nuestra sencilla historia:
* ¡Ay, mis hijos!, clásico de la Llorona.
* ¡Toriiitooo! ¿Cómo prescindir de tan angustiante grito?
* ¡Pepe el Toro es inocente! ¡Ajúa! ¿Quién no lo ha gritado?
* ¡Yaba-daba-doo! Quizás de los primeros gritos que se tengan registrados en la historia.
* ¡Ah-ah-ah-aaahhhh!, tiene que ponerle mucha imaginación para oír a Tarzán.
Bueno... esos son algunos clásicos, lo que podríamos decir: Viejitos pero bonitos... pero aquí están los contemporáneos:
* ¿Por qué no te callas?, del Rey Juan Carlos a Hugo Chávez... y creo que eso deberíamos hacer cada vez que el venezolano se ponga a cantar... o darle una Maruchán.
* ¡Me amarraron como puerco! El hijo del apá en la arenga más enjundiosa contra el sistema.
* Si no pueden, ¡renuncien! Alejandro Martí, tras la muerte de su hijo.
* ¡No tienen madre!, inolvidable la exclamación de Nelson Vargas ante la nula respuesta de las autoridades en el secuestro y homicidio de su hija.
* ¡No más sangre! o ¡Basta de sangre!, grito que popularizó e hizo activo de muchos ciudadanos el famoso “Rius”.
* ¡Ya basta!, quizás un grito desesperado del presidente Calderón contra la delincuencia.
* ¡Que pase el desgraciado! de la Señorita Laura.
* ¡Fuaaa! La fuerza universal aplicada...
* ¡Asalariados de mierda!, de las Ladies de Polanco.
En fin... Gritos para festejar, realmente, son muy pocos. Pero si me dieran a escoger, yo me quedaría con un grito: ¡el de Psicosis! y antes de que me acusen de pro-twitterrorista, he de precisar que me refiero a la película de Alfred Hitchcock y a la escena clásica de la ducha, donde Marion muere.
¡Viva México, cabrones! Pues sí, es un grito que no me motiva ni una milésima que cuando se grita ¡Goool!
Buen puente patrio.

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