jueves, 22 de septiembre de 2011

El mundo está podrido

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Tengo para mí al silencio como algo entrañable, como un camino hacia algo más que este que soy, con sus “egos” y egoísmos; como un sendero que me lleva si no a la felicidad, al menos a un estar bien con mi divinidad y los demás. Algo así como decía Jacinto Benavente, que nada fortifica tanto las almas como el silencio; que es como una oración íntima en que ofrecemos a Dios nuestras tristezas.
Quizás sea cierto que el silencio es el elemento en el que se forman todas las cosas grandes, dijera Thomas Carlyle. Incluso, tal vez el silencio es el ruido más fuerte, quizás el más fuerte de los ruidos, mencionara mi recordable Miles Davis. Y claro, creo en lo que expresó el genial Beethoven, que nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo. ¡Caramba, claro que sí! Es como decir que si no tenemos nada interesante que decir, mejor no digamos pendejadas, ¿o no?
Pero pese a esta última observación –perdonad, mis fans, tanta necedad mía-, debo decirles que a veces, sin embargo, es necesario decir, con la religiosa italiana Santa Catalina de Siena: “¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas!, porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!”
¿Acaso no tiene razón? Ya Mahatma Gandhi lo dijo, que lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena.
En fin, pa’ no irnos tan lejos, en días pasados Liduine Zumpolle, líder de Manos por la Paz Internacional, señaló algo muy cierto, que en México se percibe un silencio “como raro” y que ante la violencia, lo que menos debemos hacer es guardar silencio.
Manifestó que “los parques y restaurantes están vacíos, hay un silencio como raro, y hablando con la gente me cuentan que muchos se van, familias enteras se van a Estados Unidos, dejan las cosas aquí”.
Añadió: “Como no creo en las estrategias del gobierno contra el narcotráfico, porque está ligado con el Estado colombiano y con el Estado mexicano y con las familias que siempre han estado en el poder, más bien lo que debe haber es una iniciativa moral, civil e independiente”. ¡Órale!
La activista holandesa destacó que “es necesario denunciar, presentar informes en Europa, hacer marchas, como las que nosotros hicimos contra el secuestro, porque el objetivo de la marcha era crear conciencia, sí, pero también vergüenza”.
Y sostuvo: “No sé si México saldrá pronto de esto. Creo en la iniciativa privada, en la civil”. Pos en verdad que yo también, pero a veces veo, además de silencio y apatía, mucha, mucha indiferencia aún por lo que estamos pasando. Tan sólo es un miedo que va creciendo, pero no hacemos nada, hasta que el destino nos alcance… Ojalá y no.

De cinismo y anexas

Liduine Zumpolle también comentó que “donde no se educa a la juventud, donde no se dan buenas oportunidades y se extiende la conciencia moral, ¿cómo se puede esperar una juventud diferente a los adultos?”. ¿Qué tal mis gobernantes y políticos?
Ahí se ven.

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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