jueves, 1 de septiembre de 2011

Universitario balconea a periodista de POLITICA


Oscar Antonio Mendoza
Lo cotidiano

El lunes pasado, como cada semana, y al igual que mayoría de los estudiantes de las facultades ubicadas en la zona universitaria, me decidí a ir a la Unidad de Servicios Bibliotecarios por un libro. Para ahorrarme la fatiga de caminar casi un kilómetro bajo las inclemencias del tiempo de estos últimos meses (llueve, sale el sol, se nubla de nuevo), decidí tomar el camión conocido como “usbito” que lleva en su mayoría a universitarios y personal de la UV a las instalaciones de la USBI.
El camión pasa aproximadamente cada 15 minutos, dependiendo del tráfico y de la hora.
Me dispuse a esperarlo a la 1:20 y como a los 10 minutos ya éramos más de 15 personas (la mayoría universitarios) las que estábamos esperando con ansias.
De repente, llega un coche blanco y se estaciona en la parada universitaria. Varios nos damos cuenta y fruncimos el ceño: “Ya pasó otra vez”. Sí, esto ocurre a menudo, más bien a diario, es algo cotidiano para los choferes del usbito; o es un universitario en su coche, una persona que viene a recoger a un estudiante o cualquier otra la que entorpece el paso vehicular.
¿Qué pasa cuando alguien se estaciona en la parada universitaria? Pues el conductor del usbito tiene que buscar espacio más adelante para estacionarse, o bien, hacerlo en doble fila, pues más allá se encuentra la parada para autobuses provenientes de distintas rutas de todo Xalapa y se tienen que respetar, aunque éstos a veces no respeten la parada universitaria.
Justo cuando se baja el conductor del auto blanco va llegando el del usbito; el chofer se percata del vehículo mal estacionado y le grita a la persona que está cerrando su coche que lo mueva de ahí, porque es uso exclusivo, pero el conductor empieza a caminar ignorándolo, tirándolo a loco.
El chofer del usbito se tuvo que estacionar en doble fila. Uno de los estudiantes que bajó de él le dice a su compañera: “Mira, y es de la prensa”. Al ver su un gafete, colgado en el interior del vehículo ,me acerco y veo que, efectivamente, la persona que se estacionó es el subdirector del diario impreso La Política, Gustavo González Medina.

Esta persona, con actitud prepotente, es alguien que se dedica a denunciar las injusticias, a poner en juicio las acciones de políticos y funcionarios del gobierno. Sí, fue un periodista, ¿no le da vergüenza? Sí, usted el que ignoró al chofer del usbito y lo tiró a loco; usted, el que se estacionó encima de una enorme señal que significa no estacionarse, ¿acaso no sabe ni siquiera que significan las señales de Tránsito? ¿Es de aquellos a quienes se les olvidan las cosas cuando les conviene?


Tal vez es de los que se estacionan en espacios para discapacitados y cuando se dan cuenta de que los van a infraccionar se excusan diciendo que nada más fue por un ratito, mientras esperaban a alguien o “nada más bajé a dejar algo…”.
Los pretextos para no respetar las leyes son infinitos y las mordidas, milagrosas para desaparecer los hechos, mas lo que no desaparece es la falta de respeto hacia los demás.

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