Las cifras de Manuel Vicent

Salvador Muñoz
Los Políticos

La palabra de Manuel Vicent es muy respetada en cada línea que se lee en “El País”, allá en España. Leo su artículo “La Bestia”, y la sola entrada es espeluznante:
“Poco antes de comenzar la fiesta literaria fueron arrojados desde un puente sobre la autopista unos veinte cadáveres, los cuerpos por un lado y por otro las cabezas cercenadas. En una sola semana las consiguientes balaceras entre bandas rivales del narcotráfico habían producido casi un centenar de muertos más, unos degollados, otros simplemente ultimados con un tiro en la nuca. En medio de este festín de sangre el Hay Festival se celebró en Xalapa, capital del mexicano Estado de Veracruz”.
En la ambigüedad que ofrece la licencia literaria, me resisto a imaginar que Manuel Vicent ubique de esa forma a Veracruz.
Vamos, no negamos que hayan arrojado 35 cadáveres en una principal avenida, pero si a eso se refiere, manejar “una veintena de decapitados” se percibe, por mí, como un exceso... lo de los decapitados... en cifras se quedó corto. Mas en descargo de Manuel Vicent, he decir que fue la percepción que pudo asimilar durante su estancia en nuestro Veracruz... es decir, es lo que escuchó, es lo que leyó, es lo que ve un extranjero en esta tierra.
El articulista de “El País” narra de manera exquisita el festival Hay Xalapa (que alguno que otro maloso llamó Gay Xalapa) y en un juego de metahistorias, nos pone dos mundos o quizás más. Chequen este bello ejemplo: “Mientras el sexo de los ángeles era analizado en ponencias y mesas redondas desde todos los ángulos, a pie o en el tren de la muerte, al que también llaman La Bestia, decenas de miles de emigrantes cruzaban todo México hacia Estados Unidos desde el fondo de Latinoamérica”.
Manuel Vicent se ve, se nota, quizás por ese oficio de periodista, que no se dejó envolver con el mito de la Atenas Veracruzana como pomposamente se llamó a Xalapa, y descubrió algo más que intelectuales, escritores, literatura y cultura: “en un motel costroso llamado Eros, hubo un ajuste de cuentas de madrugada que rindió varios muertos y un incendio. En este Hay Festival de Xalapa, la clase práctica de novela negra y de cine de terror estaba a mano de cualquiera”. Sí, singular sentido del humor.
Y quizás para muchos veracruzanos y “atenienses” las palabras de un español inscritas en uno de los periódicos más leídos no sólo en España, sino en diversos países de habla hispana, les resulten ofensivas, transgresoras, ajenas a la realidad (no fueron 20, sino 35 y los que se vayan acumulando... no fueron decapitados, sino asfixiados) y puede que tengan razón... pero también el escritor, el articulista, el periodista que estuvo en Hay Xalapa, puede que tenga razón por una simple lógica:
Escribe lo que percibe, lo que oye, lo que ve y lo plasmó con sus letras como mejor creyó porque para escribir, hay que creer.
No hay nada extraordinario en ello. Vaya. Aquí, podemos encontrar articulistas que nos narren lo maravilloso que es vivir en un estado, en un municipio o un país donde no pasa nada; donde la inversión se mueve, el desarrollo es constante y los empleos son tantos que la gente prefiere desemplearse... deben de creerlo para escribirlo... falta que se los crea su abuela, mi abuela, y los demás. Aunque en otros países, la visión que se tenga de México, de nuestro estado o ciudad, sólo puede ser plasmada como lo hace Manuel Vicent, con los ojos de un periodista que no tiene nada que perder más que una cosa: Que el próximo año no sea invitado al Hay Xalapa por ver como ve: “Bastaba con bajar de la colina de las letras para ver pasar a la Bestia cargada de almas en pena en busca del paraíso a través (de un) México dividido en dos: el culto, rico y sensible; el brutal, violento y encanallado. En medio, un grupo de escritores y artistas tocaba el violín sobre un barrizal de sangre”.
Como sea, a los españoles ya les pintó un panorama de nuestros Veracruz y Xalapa. ¿Qué hacer? Mejor ni doy ideas porque capaz que nuestras autoridades agarran pretexto y se van de nuevo a España. Mientras, ayer por la tarde, los diarios nacionales daban cuenta de la aparición de cuatro nuevos ejecutados en el Puerto que echaban por el suelo las cifras de Manuel Vicent.

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