viernes, 28 de octubre de 2011

Malos resultados en Educación

Sergio R. Vaca Betancourt Bretón

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Econó-mico (OCDE) para saber el aprovechamiento de los alumnos de 15 años en lectura de comprensión, matemáticas y ciencias, cada 3 años hace una evaluación identificada como “prueba PISA”.
Esa prueba se lleva a cabo en países de América, Asia y Europa tan diferentes como Canadá, Estados Unidos, México, Japón, Corea del Sur, Alemania, Francia, Suiza, etc., por encargo de sus gobiernos e instituciones educativas.
Los últimos resultados, publicados esta semana, corresponden a la evaluación efectuada en 2009 sobre más de 470,000 alumnos de 65 países, y demuestran que en las áreas del conocimiento exploradas nuestros estudiantes, con algunas excepciones, están muy mal.
Por ejemplo, en lectura de comprensión el promedio de calificación fue de 425 puntos contra 422 en 2006. A su vez, en matemáticas se obtuvo un promedio de 419 puntos contra 406 de 2006. Y en cien-cias se logró el promedio de 416 contra 406 de 2006.
Como las posibilidades de error fluctúan entre 4 y 5%, pudiera ser que los promedios entre 2006 y 2009 sean iguales. Sin embargo, la Sra. Margarita Zorrilla, que en marzo de este año era Directora Ge-neral del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, de-claró que analizando los resultados de la prueba PISA 2009, donde México ocupó el sitio 48 entre 65 naciones participantes, nuestro país entre 2000 y 2009 cayó 14 puntos en promedio.
Si comparamos esas calificaciones con las de Corea del Sur, un país dividido, prácticamente en “alerta de guerra” con Corea del Norte, que hace 30 años iba tan mal como México (ocupábamos el lugar 30 y ellos el 29), para el 2000 tenían el sexto lugar con 525 puntos en lectura de comprensión; en 2003 el segundo lugar en matemáticas con 542 puntos y en 2006, dentro del área de ciencias, el séptimo lugar (mejor posición que Alemania) con 522 puntos.
Lo anterior es muy preocupante. Significa que los estudiantes mexi-canos no avanzan, ni siquiera conservan el lugar que tenían, sino que retroceden. Van como los cangrejos, para atrás.
Lo más grave es que no se advierte que los gobiernos federal y estatales tomen medidas para resolver ese problema, que es de importancia nacional, pues con estudiantes de tan escaso apro-vechamiento, que ni siquiera entienden lo que leen y poco aprenden, vamos al precipicio.
Al ramo de educación pública se destinan cada año las mayores par-tidas presupuestales sin obtener resultados satisfactorios para los estudiantes, que cada vez reciben menos preparación. Los únicos beneficiados son los líderes magisteriales, ni siquiera los maestros, que siguen estando mal pagados.
Como egresado de colegios públicos, pues cursé la instrucción pri-maria en la escuela José Miguel Macías; la secundaria y el bachille-rato en el Ilustre Instituto Veracruzano y la Licenciatura en Derecho en la Facultad de Leyes de la Universidad Veracruzana, reconozco una vez más que lo que sé y lo que soy se los debo a mis maestros, con quienes siempre estaré en deuda.
Y lamento mucho que actualmente en la mayoría de las escuelas públicas y privadas se ha cambiado la cantidad de alumnos aten-didos por la calidad de los aprobados.
No podemos seguir así. Los padres de familia, y abuelos como es mi caso, debemos exigir tanto en las escuelas de paga como en las públicas enseñanza de calidad, no conformarnos con que los aprueben, para que nuestros hijos y nietos aprendan, y tengan los conocimientos necesarios para desempeñar dignamente el trabajo o profesión a que se dediquen.
Si no actuamos de tal manera, seremos cómplices y consecuente-mente responsables de que la educación empeore.

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