viernes, 28 de octubre de 2011

Discriminación a gorditos


Brenda Caballero
Números Rojos

¡Bajar de peso! Es una constante que en nuestro país se hace presente día con día. Siendo sincera, en mí también.
Cada mañana, hago un esfuerzo sobrehumano por levantarme temprano y hacer ejercicio, pues he llegado a la conclusión que solo eso y cerrar la boca, es el único remedio para perder peso, aunque a veces las cobijas se me pegan y prefiero seguir durmiendo entre mi marido y mi perro.
Al igual que millones de mexicanos que tienen sobrepeso he intentado de todo: cremas, dietas, pastillas, tés, aparatos milagrosos e inyecciones, y cierto, he logrado uno que otro kilito menos, pero si no me aplico a seguir con la rutina de ejercicios y la comida balanceada, esos kilos tienden a multiplicarse. Incluso, actualmente uno de los mejores negocios en el mercado y el mundo son los productos para bajar de peso, ¿ha notado cuántos comerciales para perder kilos se anuncian en televisión o revistas? La idea es buena, pues desgraciadamente nuestro país ocupa el segundo lugar en obesidad sólo después de Estados Unidos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Tres de cada 10 mexicanos son obesas según la OCDE, y casi siete de cada 10 tienen sobrepeso. Lo malo es la forma en cómo se patrocina el comercial y se vende la idea al consumidor, pues anteponen la belleza a la salud.
Desgraciadamente, no solo los gorditos experimentan problemas físicos y psicológicos. Un análisis de Gobierno de Calidad, asociación civil que da asesoría en programas y políticas públicas en la ciudad de México, demostró que las personas obesas tienen que enfrentar también discriminación y rechazo en sus trabajos. Anteriormente, se discriminaba en función al sexo, generalmente a las mujeres (por los embarazos) y a los homosexuales; se les pagaba menos, no tenían oportunidades de ascenso ni prestaciones laborales.
Con la llegada de la tecnología se segregó por edades, pues se consideró que las personas mayores de 50 años no se podían adaptar, estaban obsoletas y su estado de salud era frágil, aunque también es malo si eran demasiado jóvenes, no eran contratados pues carecían de experiencia laboral.
Después vino “la época” del VIH-Sida y se relegó a las personas extremadamente delgadas o que parecieran enfermas, pues “podían infectar” a los demás empleados.
Hoy, las cosas han cambiado y los rechazados son las personas obesas, puesto que son consideradas poco productivas y lentas para el desarrollo de una actividad, además de que tienen dos veces más posibilidades de ganar un salario bajo, y cuatro veces más de sufrir desprecio, según el estudio realizado por la Organización británica Slimming World dedicada a la pérdida de peso.
El presidente de Gobierno de Calidad, Jorge Manrique, precisa que "las compañías gubernamentales y trasnacionales son las que presentan mayores casos de discriminación laboral", pues en primer lugar la edad es un factor importante para ellos y en segundo se dejan llevar por la apariencia física.
Pero… ¿por qué existe “rechazo” por parte de los patrones? Absurdamente consideran que pueden enfermarse más seguido, incapacitarse e incrementar el monto de los seguros. Los compañeros de trabajo también echan su granito de arena, pues en lugar de motivar a la persona para que baje de peso, lo insultan o le ponen apodos como rotoplas, niño sano, ñoño, botija, etcétera. ¿Cuál apoyo?, con esos amigos, para qué queremos enemigos.
Según la abogada por la UNAM, Claudia Flores, si “una persona ha cumplido con todos los requisitos y exámenes para ser contratada, pero recibe alguna señal de que fue rechazada por su apariencia, puede demandar a la empresa por daño moral”. El problema es que las empresas no van a reconocer que el candidato fue descartado por su peso e inventarán mil excusas, por lo tanto es muy difícil hacer valer la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación. Por lo pronto si a Usted le urge bajar de peso, en este puente de día de muertos evite tamales, pan de huevo, chocolate, dulce de calabaza y demás alimentos dignos del altar, o levántese temprano y póngase a hacer ejercicio... digo, si no quiere ser discriminado.

Email: caballero_brenda@hotmail.com

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