domingo, 27 de noviembre de 2011

Polis con silbato

Miguel Ángel Gómez Polanco
Vía Crítica

Iba en serio. La iniciativa enviada por el gobernador Javier Duarte de Ochoa al Congrego local, en la que se plantea la desaparición de la Dirección de Tránsito y Transporte del Estado para dividir las funciones de ésta entre la secretarías de Gobierno y Seguridad Pública, ha sido turnada a comisiones.
El resultado ya se puede vislumbrar, tal como ha sucedido con todas las iniciativas enviadas por Duarte de Ochoa. Un cambio se avecina y será determinante el replanteamiento de la normativa de Tránsito y, por otro lado, la que asuma la Secretaría de Gobierno en relación al Transporte.

Con base en lo anterior, las fracciones III y IV del Artículo 14 del documento en cuestión mencionan algo fundamental: “proponer al Secretario de Seguridad Pública los programas relativos a la vigilancia del tránsito en las vías públicas” y “proponer al Secretario de Seguridad Pública las medidas que considere necesarias para optimizar los servicios de tránsito a que se refieren la presente Ley y su Reglamento”, cita el texto.
Proponer: palabra clave. Por consecuencia, dotar de armamento a los “policías de tránsito” una vez que esta reforma tenga luz verde, es una decisión que debe ser analizada.
De esta manera, la oportunidad se abre nuevamente para que la dependencia más propensa a ser objeto de desconfianza, la SSP, demuestre su cercanía y consideración a través de un ejercicio de consulta ciudadana, tal como lo mencionara el regidor IX del ayuntamiento xalapeño, Omar Miranda Romero.
Y es que precisamente la Constitución Política del Estado de Veracruz establece que “es obligación del Titular del Poder Ejecutivo del Estado instruir las medidas necesarias para velar por la conservación del orden, la tranquilidad y la seguridad del Estado”, por lo que seguir haciendo cambios que generen intranquilidad en la población, no es algo que convenga ahora.
Así pues, aunque el “capi” Montano insista en que “hace tiempo” los agentes de Tránsito estaban armados y no habría por qué preocuparse de que esto vuelva a suceder, la realidad es que los tiempos, las necesidades y el contexto del Veracruz actual son otras y eso, es prioridad.

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