Ahora, ¡en El Sumidero!

Salvador Muñoz
Los Políticos

El timbre del celular de mi mujer me despertó... “¿qué hora es?” cual si tuviera al “Compayito” como extremidad, mi mano buscó algo que me dijera qué hora era... ¡la una de la mañana! ¡A quién madres se le ocurre hablar a esa hora! Ya iba a reclamar cuando la mujer me acercó el celular a la oreja: “¿Oyen los disparos?”
Todo asomo de reclamo o enojo se disipó para que mis aletargados sentidos se pusieran al máximo... callamos y esperamos entre los sonidos del silencio nocturno algo... no tuvimos que esperar mucho: ¡tac, tac, tac! y silencio... ¡tac, tac, tac, tac, tac, tac! y otro silencio... sí, estábamos escuchando una balacera que parecía venir allá por El Sumidero...
Del otro lado del teléfono nos decían que un vecino que tenía reunión de amigos, al oír el bang-bang nocturno, salió a bajar la “pluma” para evitar que entraran al fraccionamiento donde nos alertaban de los disparos.
Fueron quince minutos aproximados de disparos con sus respectivas pausas... hasta que ganó el silencio.
A la una de la mañana con 20 minutos oímos pasar varias sirenas por la casa... entonces asumimos que eran de Seguridad Pública...
Sí, los disparos habían cesado... la incertidumbre no. Apenas iniciaba.
Cerca de la una con 35 minutos, dos sirenas más... ¿serían de la Cruz Roja? ¡Quién sabe!
De plano me costó harto conciliar el sueño... veía las luces de las torretas de carros de Seguridad Pública pasando de un lado para otro... volteo a ver a la mujer, y noto que algo está mal en mí cuando ella duerme como un angelito ¡Quién tuviera su conciencia!
La mañana de este miércoles, un voceador me dice en parte lo que ocurrió: “¡Vea la balacera! ¡vea cómo los dejaron!”
Por supuesto, omito comprar el morbo confiado en que nuestras autoridades, sean federales o estatales, habrán de informarnos con precisión, qué es lo que ocurre en nuestra vecindad...
¡Vaya! por eso cuando en la mañana vi que Gina Domínguez anunciaba una conferencia de prensa, me alisté y dije: ¡De seguro nos va a decir qué ocurrió en Xalapa o en El Sumidero!
Desempolvé mi viejo chaleco de reportero, le puse un poco de loción para matar ese olor a rancio que adquieren las cosas que están allí, escondidas, en la sombra; enfundé mi video-cámara, mi libreta y lapicero, y salí rumbo a palacio de Gobierno.
Puntual como inglesa, Gina tomó el micrófono y nos informó que la Marina se hará cargo de la seguridad de los jarochos mientras SSP alista a los nuevos polis que habrán de incorporarse a las filas ya que la Intermunicipal desapareció desde este 20 de diciembre por decreto. ¡Amarga navidad! ¡se quedaron sin chamba!
Aun cuado me advirtieron que no había lugar para preguntas y respuestas, Gina Domínguez accedió a responder las dudas que me tenían en ascuas...
—¿Qué pasó en el Sumidero?
—La procuraduría dará informes de ello.
—Respecto a lo ocurrido en Jardines de Xalapa...
—Le correspondería al Ejército...
Esperanzado, di tiempo al encargado de prensa que escribiera el reporte, lo pasara a manos del Tiburón Amadeo Flores Espinosa y lo autorizara; a su vez, pasarlo a la Dirección General de Comunicación Social de Gobierno del Estado... ¡es más! que apareciera en mi correo electrónico y después en la página oficial de Veracruz (no, no me refiero a ningún portal de ningún medio) ¡y nada! Al menos hasta las 14:25 horas en que redacto esto... digo, habían pasado más de 13 horas de lo ocurrido.
En fin, entonces acudí a la web de la Sedena para ver si ya podría saber qué madres pasó en Jardines de Xalapa ¡y tampoco había nada!
Acudí a los medios de información masiva... pocos reportaban el hecho: dos muertos, casi destrozados por los impactos, en la calle de Iguazú con Camino Antiguo al Sumidero.
¿Quién los mató?
¡Sepa!
Pudo ser cualquiera, con eso de que aquí en Veracruz se “mata” con suma facilidad hasta a ex presidentes de la República... sí, todo puede ocurrir en Veracruz pero menos informarnos ¡qué pasa en nuestra vecindad!

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