domingo, 1 de enero de 2012

Chepina ya no está Solá

Miguel Ángel Gómez Polanco
Vía Crítica

No, amigo lector, no me dio complejo pampero ni escribiré con ese acento. La referencia en el título de este panfleto corresponde la “adquisición” que recientemente selló un nuevo pacto entre amistades de antaño.
Recién desempacado de las elecciones en España, donde después de un segundo intento ha triunfado con el derechista Mariano Rajoy en los comicios ibéricos; el llamado “maestro de las artes electorales oscuras” regresa a México, esta vez, de la mano de la precandidata panista a la presidencia de la república, Josefina Vázquez Mota.
Antonio Sola Reché es consultor y socio de la empresa de comunicación Ostos & Solá, con sede en Madrid. Ha intervenido en campañas en Argentina, Guatemala, Perú y, por supuesto, México, a favor del actual presidente Felipe Calderón Hinojosa.
El “Negro” Solá es el autor de la maniobra “Un peligro para México”, emprendida en el 2006 contra Andrés Manuel López Obrador, y creador de la parafernalia que tuvo como fin principal la denostación del candidato de izquierda.
La principal característica de Solá es hacer de la capacidad de discernimiento un arma que se aproveche de las necesidades de la ciudadanía, confundiéndola y promoviendo, casi literalmente, el caos, para después exaltar las cualidades de sus asesorados a manera de “rescate”.
La pregunta del millón es: si la actual legislación electoral no permite las campañas negras y de desprestigio ¿a qué viene Antonio Solá con una mujer de imagen sensible y respetuosa? Bueno, pues parece que la respuesta ya ha comenzado a darse, en modalidades poco ortodoxas e igualmente impregnadas de desconcierto.
Y es que en días pasados, dos acontecimientos encendieron la mecha a nivel nacional, ambos protagonizados por panistas, uno revivido y el otro actual.
En Septiembre, Luis Fernando Salazar, excoordinador de campaña del senador panista Guillermo Anaya, y José Armando González, secretario particular del mismo, dieron “la nota” aplicando los calificativos de “jodidos” y “MDH” (muertos de hambre) a las personas más necesitadas.
Hoy son recordados gracias a Carlos Talavera Leal; joven michoacano de 26 años, ahora exfuncionario de la Sedesol y con un olfato prodigioso que demostró como jefe de brigada del programa “Oportunidades” en el municipio de Uruapan, cuando al encontrarse cumpliendo con sus funciones frente a un numeroso contingente de mujeres indígenas, aseveró que éstas olían “impresionantemente feo”.
Este comentario fue secundado por otros del mismo Talavera y sus amigos en la red social Facebook; momentos después, ya se encontraba el tema en Twitter, con millones de críticas por sus comentarios y, evidentemente, por su filia política.
¿Cómo o quién hizo circular el mensaje de este muchacho en ambas plataformas sociales? Quién sabe. Lo cierto es que esto podría tomarse como un punto de partida para posicionar el tema que circunda al español, Antonio Solá.
Ahí le va por qué: lo hecho por Talavera sirvió, con absoluta certeza, como una desesperada oportunidad para reivindicar la ética albiazul, dando como resultado su despido de éste, aduciendo que “no cumple con el perfil requerido para brindar un servicio a la sociedad civil, sea cual sea su condición” y capitalizando un error de actitud para “recordarle” a la población los ejes bajo los cuales se sustenta la administración de extracción panista.

SUI GENERIS
Dicen los especialistas que la mala publicidad es muy efectiva, pues pone al “criticado” en el ojo del huracán y promueve cierto cautiverio en el consumidor.
Ejemplo de ello: Enrique Peña Nieto, a quien todos odian, pero también de quien todos hablan, generando opinión pública en el mercado que no tiene un fácil acceso a la Internet, redes sociales, etcétera, y que regularmente es receptor de información sesgada y manipulada.
¿Será esta la línea que abordará Antonio Solá Reché, a través de situaciones protagonizadas por el panismo, que sirvan para “mancharse” a sí mismos y de igual forma “limpiarse”?
No suena descabellado, sobre todo tomando en cuenta las condiciones impuestas en la Reforma Electoral que ya cobró sus primeras “víctimas”, con los bloqueos a los precandidatos únicos del PRI y la izquierda, quienes en esta etapa no podrán difundir spots y hacer proselitismo directo, cosa que los “pre” panistas no sufrirán, debido a su actual proceso de selección interno. ¿Caeremos?

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