martes, 3 de enero de 2012

Las decisiones de Javier Ciudadano

Salvador Muñoz
Los Políticos

Javier Ciudadano llevó su carro al mecánico. Un enorme bache, producto de estas lloviznas pertinaces, le destrozó el ring.
–¿Para cuándo me lo tiene listo, maestro?
–¡En tres días jefe!
Con la confianza depositada y un adelanto, Javier Ciudadano se retiró en espera de que en dicho plazo, su problema estuviera resuelto. Su paso lo encaminó al sastre pues le urgía un nuevo traje; habría de casarse en tres meses.
–¿Para cuándo me lo tiene listo, maestro?
–En un mes, jefe...
Satisfecho, con la confianza depositada y un adelanto, se dirigió entonces con el maestro albañil.
–Me urge que amplíe mi sala y la recámara principal de esta casa porque en tres meses me caso... ¿para cuándo lo tendrá?
Cuentas, cálculos en papel estraza, ojos mirando al cielo y un largo suspiro, concluyó en dos meses, exacto para que todo estuviera listo para su boda.
Sí, confianza depositada y un adelanto también.
Entonces, a los tres días, se presentó en el taller mecánico ¡y el carro aún no estaba listo! es más, evidenciaba que ni siquiera lo habían movido ni un tantito.
–¡Ooops! Pues lo que pasa, jefe, es que ya ve cómo han estado las lluvias y pues llegaron otros carros más fáciles de resolver que el de usted, ¿porque le dije que va a estar canijo su asunto? ¿no? Pues se lo digo, y lo más seguro es que me tome otros dos días arreglarlo...
Ahí vino el dilema: Pedía que le remolcaran el carro a otro taller o se lo dejaba otros dos días al mecánico para arreglarlo...
¿Usted qué hubiera hecho en lugar de Javier Ciudadano?
Tras el plazo cumplido para el sastre, Javier Ciudadano se hizo presente para llevarse el traje en su carro que ahora tenía un raro sube-y-baja en el ring “nuevo” sin contar lo caro que le había salido la “compostura”. Pero... ¡el traje aún no había sido terminado!
–¡Oiga! me caso en dos meses... tengo que checar preparativos, salón ¡y todavía no tiene el traje!
–Debe usted comprender que un traje para esta ocasión tan especial requiere de su tiempo, de su espacio, dejar que respire la tela, dejar que el hilo se suavice y que las tijeras no les dé la luna llena porque si no, el traje se constriñe... se aprieta... deme quince días y lo tendrá listo.
¿Usted qué hubiera hecho en lugar de Javier Ciudadano?
Javier Ciudadano no quiso esperar a que pasara el mes para ver al maestro albañil. A madrazos y tumbos de su carro llegó a la casa que habría de habitar y ¡exacto! poco avance en la obra y los pretextos sobraron: que la lluvia, que los recursos, que los proveedores, que las fiestas patronales, etcétera... veinte días más después del plazo acordado y la casa estaría lista...
¿Usted qué hubiera hecho en lugar de Javier Ciudadano?
Sinceramente, no lo sé, pero es seguro que el Gobernador les hubiera dado una ampliación a su trabajo aunque ello implique mayores gastos.
Sí, así es como veo esa ampliación del periodo de gestión de alcaldes, de tres a cuatro años.
Lo encantador de todo esto, es que tanto Gobernador como diputados (los que aprobaron esta Ley) asumen actitudes unilaterales en donde creen que eso es lo que queremos los ciudadanos: ¡alcaldes de cuatro años!
No sé el lector, pero a mí, no me interesa que tengan un año más los alcaldes. Las cosas que me interesan como ciudadano son más simples: Calles limpias, alumbrado, seguridad, ¡vialidad sin tantas broncas!, carros que no contaminen, ¿empleo? ¿me lo va a dar el ayuntamiento? No creo, porque a lo mejor soy corto de vista pero a un presidente municipal lo veo como el administrador de una ciudad nada más, ahora que si es generador de chamba, ¡bien!
Pero para que no digan que soy un “contreras”, me gustaría saber por qué, si el tema de los ayuntamientos es lo más cercano que podemos tener los ciudadanos, no fuimos tomados en cuenta en un simple referendum... ¡vaya! en una encuesta, en un análisis donde la participación ciudadana se hiciera presente con estudiosos del tema.
Vaya, si en un grueso de países centroamericanos y sudamericanos, los alcaldes o como quiera que se les llame, sus periodos son de cuatro años o más, no veo por qué en Veracruz no. El asunto es que hay modos y otras prioridades que atender que tener alcaldes por cuatro años...
Ejemplos: Dos.
1) Educación y 2) Campo laboral.
Pero no una educación de A, b, c... sino esa que refiera a ¿por qué el A, b, c? exacto, una educación que vaya más de un simple adoctrinamiento y memorizar, que se acompleta con la televisión, antes que razonar.
2) ¿Para qué queremos miles y miles de empleos para profesionistas y no profesionistas de $1500 quincenales? Creo que nuestras autoridades confunden empleo con “subempleo”.
A lo mejor haya otras prioridades más urgentes que las que planteo y conste que no me meto en lo que plantea Pola Estrada, al definir esta reforma a la Ley como “un atraco a los ciudadanos (...) ya que al desfasar las elecciones de ayuntamientos con la de diputados locales y con la de gobernador, el Estado de Veracruz tendrá más procesos electorales generando con ello un gasto de aproximadamente 500 millones de pesos por cada proceso electoral, ello sin contar las elecciones federales. La reforma al artículo 70, implica que en Veracruz haya 25 elecciones en tan solo 30 años”.
Cuauhtémoc Pola Estrada, dirigente de Movimiento Ciudadano, hace un llamado a los cabildos de todo el estado “a que nos unamos en un frente, votando en contra, en sus respectivos cabildos, para no permitir que la reforma de mérito sea aprobada por la mayoría de ayuntamientos que se requieren”.
En fin... la decisión de tener alcaldes de cuatro años ahora compete a los 212 cabildos de Veracruz y por supuesto, ninguno de los ayuntamientos habrá de tomar en cuenta la opinión ciudadana... ¿para qué? si el gobernador, los diputados y nuestros alcaldes creen saber cuáles son nuestras necesidades que para qué se preocupan por preguntarnos..
¿O usted qué hubiera hecho si fuera Javier Ciudadano?

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