martes, 14 de febrero de 2012

Peña Nieto ¿verde?

Salvador Muñoz
Los Políticos 

La especie ésa de que Enrique Peña Nieto abandona el rojo, me cuesta creerla.
No tanto porque sea imposible, sino porque durante muchos años (o sexenios), los gobiernos priistas lo impusieron como un dogma, como una identidad... claro, acá en Veracruz el rojo fue parte de una religión llamada “Fidelismo” que defendió a capa y espada Jorge Carvallo y hoy, ni siquiera la menciona por casualidad.
Luego entonces, sinceramente no creo que Enrique Peña Nieto se despoje de una camisa roja por ponerse una verde aun con la alianza al PVEM.
Sería un poco absurdo pues a los políticos (incluido PRI, PAN, PRD hasta el PVEM), si algo poco les importa es el medio ambiente... a menos que lo conviertan en bandera política...
Como ésa que se llama “Limpiemos Nuestro México”.
No... no imagino a Enrique Peña Nieto en camisa verde...
A lo mejor se pensó en ese brusco cambio por confusión, por tomar protesta como abanderado del Ecologista... ¿pero dejar el rojo? no creo.
Es como si el PAN decidiera ponerse camisas blancas en lugar de azules... o el PRD abandonara el amarillo por el Rojo comunista...
Además, la intención de dejar el carmesí, según la hipótesis, es hacer olvidar al viejo PRI que se refleja en el espejo de “La Ley de Herodes” que para muchos, denigra, pero para otros, es una escuela.
El rojo, en sí, dicen, es el dinosaurio... ¿el verde significará el huevo del dinosaurio?
La idea, desde mi punto de vista, es absurda.
El PRI o cualquier partido, no debe fundamentarse como punto primario, en un color. Creo que los ciudadanos, los electores, sabemos quién es el PRI, quién el PAN, quién el PRD, PT, Movimiento Ciudadano y hasta el Panal.
¿Deben apoyarse en propuestas? Creo que todos ya las conocemos: Vienen a resolver todos nuestros problemas.
Quizás por eso, ante la ausencia de proyectos políticos creíbles, sustantivos y convincentes, se piense en llevar la contienda electoral en un simple cambio de color o a la arena del físico versus el género. Sí, es decir: ¿Votar por una cara bonita o por una mujer?
Y volvemos a lo mismo... uno quisiera responder: Votar por la propuesta... pero cómo hacerlo cuando nos pretenden vender la idea de que un color es mejor que otro o peor aún: que un copete, que una falda o el amor y paz, son la solución para el país.
Y esto todavía no agarra color...

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