domingo, 1 de abril de 2012

6 años del gobierno de Felipe Calderón

Raúl Abraham López Martínez*
Coyuntura Política XXI

La llegada a Los Pinos de Felipe Calderón se encuentra marcada por el resultado de un proceso electoral de dudosa legalidad aunado a una carente legitimidad política.
Esta forma poco democrática con la que Calderón se apoderó de la presidencia, desembocó en la manifestación de miles de ciudadanos que optaron en no reconocer al gobierno usurpador. De ciudadanos que decidieron de manera libre y voluntaria elegir en el Zócalo de la Ciudad de México el día 16 de septiembre de 2006 a Andrés Manuel López Obrador en calidad de su presidente legítimo.
Sobre el concepto de la Convención Nacional Democrática, se definió bajo dos ejes: a) Una iniciativa para organizar la resistencia civil pacífica de la sociedad y exigir el respeto de la voluntad popular; y b) un diálogo democrático por la libertad, la justicia y la democracia, entre las diversas expresiones sociales, políticas y culturales de la Nación. Se trata de una discusión sobre la crisis política abierta por la imposición antidemocrática y la solución a los problemas fundamentales de México.
En esencia la Convención Nacional Democrática (CND), se fundó para contar con una plataforma de organización de la resistencia civil en rechazo al resultado del cómputo final de la elección presidencial del 2006 emitido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Los efectos de la conformación de la CND tuvieron una amplia repercusión tanto en el territorio nacional como en el extranjero. Fueron miles los delegados, entre los que me incluyo, que en un hecho inusitado en la historia contemporánea de México se atrevieron a desconocer un proceso de elección presidencial.
Lo anterior, sumado a la toma de la tribuna en San Lázaro para evitar la toma de protesta del espurio, obligó al deslegitimado gobierno a implementar un conjunto de medidas para enfrentar el descontento popular.
Estas medidas acordadas en conjunto con el gobierno de Estados Unidos, tuvieron como propósito central neutralizar el descontento popular y asegurar la tutela del “nuevo gobierno” mexicano ante EUA.
La vía a la que recurrió Calderón en su búsqueda de neutralizar a la disidencia consistió en recurrir al pretexto del narcotráfico para iniciar un proceso de militarización en distintos ámbitos de la sociedad.
Esta estrategia de sacar a los militares a las calles conllevo usar la fuerza simbólica del ejército para amedrentar a los opositores y al mismo tiempo crear un ambiente político delineado en dos bandos: sus amigos y sus enemigos. Colocando en el saco de los enemigos, a sus críticos y a los que se han levantado en armas para incursionar en el mercado de las drogas.
El resultado de privilegiar el uso del ejército para revestir al gobierno de Felipe Calderón de una legitimidad que no obtuvo en el proceso electoral del 2006 ha sido desastroso.
Se habla de más de 60 mil muertos, que en términos macro, son el resultado de una política criminal de Estado, que lejos de considerar la inclusión a los marcos normativos de los “descarrilados”, ha optado por fomentar la industria de la muerte, contando como su principal proveedor de equipamiento bélico al Pentágono.
Dentro de esta política criminal de Estado, también hay que incluir a los varios millones de mexicanos que se encuentran en peligro de hambruna, a los que se encuentran viviendo en condiciones de pobreza y pobreza extrema. Tampoco hay que olvidar a los millones de mexicanos que se han quedado sin empleo, a los que han visto disminuir sus ingresos. Sin olvidar a los más de 7.5 millones de jóvenes que no cuentan con la oportunidad de trabajar o de estudiar. En esta política criminal de Estado, también se encuentran la falta de una política seria para detener a los feminicidios en su variante estructural.
En síntesis, en estos seis años de gobierno, Felipe Calderón se ha dedicado a llenar las fosas comunes, y a intensificar la pobreza y la desigualdad, todo esto en nombre de una derecha sumisa a los poderes facticos nacionales y extranjeros.
*Director de la Revista Digital Independiente Voz Universitaria www.vozuniversitaria.org.mx raul@vozuniversitaria.org.mx facebook.com/raul.lopezmartinez Twitter: @raulcronos

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