lunes, 14 de mayo de 2012

El candidato de Chicle

Erwin Bárcenas Oliveros
Un clavo al Ataúd

En dos minutos puedo revisar mi correo electrónico, tomar dos sorbos substanciosos a mi frío refresco de cola, voltear y checar quién esta riéndose en el pasillo, darle dos mordidas a mi almuerzo, mirar las entradas en Facebook, leer dos o tres twits y rematar con un par de sorbos mas a mi bebida... y aun tener tiempo de dejar cargando un nuevo vídeo acerca de lo sucedido en la IBERO.
Dos minutos es lo que regularmente me tardo en extraerle el sabor a un chicle, extraerle lo que debe ser y entender que después de todo, es solo un pedazo de plástico que ya perdió el chiste. Dos minutos de mi día en formas espaciadas entre lo que dibujo, lo que escribo y lo que digo... dos minutos en lo que veo un vídeo mas en Youtube, de una entrevista hecha cuando era gobernador del Estado de México y hoy candidato de (la) moda, al preciado estandarte del PRI, a esa joyita que se hace llamar Enrique Peña Nieto.
Dos minutos de una entrevista de preguntas directas, no condicionadas, venidas de fuera del rango de influencias nacionales y respondidas de maneras tan torpes, vacías, timoratas, evasivas que resultan insultantes a quien tenga menos de dos dedos de frente y un poco de memoria a mediano plazo. Cada vez que ha sido expuesto, cada que alguien ha rebasado la brecha de protección o los escudos de campaña, Peña Nieto cae en su abismo personal, en el mayor de sus temores, el de pensar, el de tener que ser él quien haga el esfuerzo, el de no ser solo admirado sino cuestionado y exigido...
Echar polvo sobre las razones por las que su mujer murió, no mostrar interés en qué enfermedad se la llevó; minimizar las terribles marcas negras de su gobierno estatal como feminicidios, caso Atenco, deuda pública, niñas asesinadas por colchones... la lista es tan oscura que es mejor negarla, ocultarla, sonreír para la cámara y extrañamente no mentir al decir: “Son datos que no recuerdo, no lo sé, lo ignoro”, respuestas nada deshonestas de una persona que de lejos denota gozar de pobreza cultural.
Candidato ideal para esa gente temerosa, gente ignorante, gente pobre tan pobre que solo tiene dinero, que vive besando traseros para amasar fortunas, ellos no reparan en gastar recursos para mantenerlo a flote a pesar de ser una coladera, pero esta gente, ese espectro de México que no entiende cómo vivir sin la corrupción, la traición y el agachismo siempre ha abusado de los más desprotegidos para seguir lamiéndole los pies a los que están arriba.
Peña Nieto es un candidato de chicle, mascar su esencia por menos de dos minutos te hace entender que el sabor se le fue desde que le quitaste la envoltura y descubres solo el plástico, sin sustancia ni perseverancia... si llega a ganar, si es elegido presidente de este país, entenderé lo que dijo Epigmenio Ibarra, que a este pueblo lo único que no tiene, es vergüenza.
Bajo esta perspectiva, y con este punto de vista, los dejo masticarlo.

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