viernes, 29 de junio de 2012

¡Domingo de furia!


Brenda Caballero
Números Rojos

Haga lo que haga el sábado, trate de dormirse temprano, pues el domingo ¡hay que madrugar para ir a votar!
Aunque, por favor, si es de los primeros en llegar, tenga un poquito de paciencia... no es fácil ser funcionario de casilla electoral.
Aún recuerdo mi experiencia en las elecciones federales del 2006 cuando el IFE me designó Presidenta de Casilla. Tuve de todo, desde ciudadanos que exigían votar en punto a las ocho hasta periodistas que sacaban fotos y más fotos exhibiendo el retraso de la instalación así como la falta de mobiliario.
Y es cierto, la casilla debe estar instalada a las ocho de la mañana, pero en esa ocasión no teníamos ni mesa para contar las boletas.
Y por si algo faltara, no asistió el ciudadano que haría la función de secretario de casilla y ni ningún ciudadano suplente. ¡Caos total!

Para no hacérsela larga, como ninguno de los presentes de la fila quiso ser funcionario de casilla y al ver mi marido tal situación, no nos quedó de otra que medio-desayunar entre electores y boletas. Ya ni le cuento a qué hora comimos, pero fue algo así como cerca de las once de la noche, pues había que llevar la urna sellada a las oficinas del IFE, pero dijera Marc Antony ¡Valió la Pena!
Hubo también aspectos positivos, como el ver a familias completas que asistían a votar y explicaban a sus hijos más pequeños lo importante del proceso.
Me encontré también con personas con capacidades diferentes, que parecían más capaces que todo el padrón que no asistió a ejercer su voto.
Motivaba mucho ver a los jóvenes de 18 años ir a votar, allí recordé ¡mi primera vez! ¡cómo no!
Mañana volveré a vivir otra elección presidencial, aunque desde otra trinchera… como ciudadano.
Y es que pareciera que un voto no es importante, pero ¡cómo hace la diferencia!
Así es que mañana haga usted la diferencia, no se deje llevar por el pesimismo, la indiferencia o el valemadrismo de los que no asisten a las urnas, ¡sea positivo y vote!
No importa si se levanta diferente, amoroso, con copete o como un ciudadano cualquiera, ejerza su derecho al voto ¡Haga historia!
Y si tiene desconfianza a los lápices que van a dar para votar en la casilla ¡lleve su propio lápiz! Y remarque bien su voto.
Ahora que si no le convenció ninguno de los candidatos vote por usted o por quien usted quiera, pues la Ley Electoral le permite votar por un candidato no registrado y su voto será válido.
Levántese temprano, olvide por un momento el cuchi cuchi e invite a sus familiares a votar en paz y en forma razonada.
En lo particular, trataré de ir temprano a mi casilla, y no porque me sienta insegura, no, sino porque quiero ver la final de la Eurocopa entre España e Italia.
Sólo espero al final del día estar furiosa y no precisamente porque no hayan ganado mis candidatos por los que voté, no ¡quiero una furia y que sea roja!

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