Brenda Caballero
Números Rojos
Haga lo que haga el sábado, trate de
dormirse temprano, pues el domingo ¡hay que madrugar para ir a
votar!
Aunque, por favor, si es de los
primeros en llegar, tenga un poquito de paciencia... no es fácil ser
funcionario de casilla electoral.
Aún recuerdo mi experiencia en las
elecciones federales del 2006 cuando el IFE me designó Presidenta de
Casilla. Tuve de todo, desde ciudadanos que exigían votar en punto a
las ocho hasta periodistas que sacaban fotos y más fotos exhibiendo
el retraso de la instalación así como la falta de mobiliario.
Y es cierto, la casilla debe estar
instalada a las ocho de la mañana, pero en esa ocasión no teníamos
ni mesa para contar las boletas.
Y por si algo faltara, no asistió el
ciudadano que haría la función de secretario de casilla y ni ningún
ciudadano suplente. ¡Caos total!
Para no hacérsela larga, como ninguno
de los presentes de la fila quiso ser funcionario de casilla y al ver
mi marido tal situación, no nos quedó de otra que medio-desayunar
entre electores y boletas. Ya ni le cuento a qué hora comimos, pero
fue algo así como cerca de las once de la noche, pues había que
llevar la urna sellada a las oficinas del IFE, pero dijera Marc
Antony ¡Valió la Pena!
Hubo también aspectos positivos, como
el ver a familias completas que asistían a votar y explicaban a sus
hijos más pequeños lo importante del proceso.
Me encontré también con personas con
capacidades diferentes, que parecían más capaces que todo el
padrón que no asistió a ejercer su voto.
Motivaba mucho ver a los jóvenes de 18
años ir a votar, allí recordé ¡mi primera vez! ¡cómo no!
Mañana volveré a vivir otra elección
presidencial, aunque desde otra trinchera… como ciudadano.
Y es que pareciera que un voto no es
importante, pero ¡cómo hace la diferencia!
Así es que mañana haga usted la
diferencia, no se deje llevar por el pesimismo, la indiferencia o el
valemadrismo de los que no asisten a las urnas, ¡sea positivo y
vote!
No importa si se levanta diferente,
amoroso, con copete o como un ciudadano cualquiera, ejerza su derecho
al voto ¡Haga historia!
Y si tiene desconfianza a los lápices
que van a dar para votar en la casilla ¡lleve su propio lápiz! Y
remarque bien su voto.
Ahora que si no le convenció ninguno
de los candidatos vote por usted o por quien usted quiera, pues la
Ley Electoral le permite votar por un candidato no registrado y su
voto será válido.
Levántese temprano, olvide por un
momento el cuchi cuchi e invite a sus familiares a votar en paz y en
forma razonada.
En lo particular, trataré de ir
temprano a mi casilla, y no porque me sienta insegura, no, sino
porque quiero ver la final de la Eurocopa entre España e Italia.
Sólo espero al final del día estar
furiosa y no precisamente porque no hayan ganado mis candidatos por
los que voté, no ¡quiero una furia y que sea roja!
Email: caballero_brenda@hotmail.com
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