lunes, 23 de julio de 2012

Ampudia, el Luca Brasi de Yunes Linares

Roberto Morales Ayala
Zona Franca

Luca Brasi era un matón a sueldo, cuya devoción por Vito Corleone era épica, una sinfonía a la lealtad. Uno, el sicario, otro, El Padrino, borraban del mapa a sus enemigos con la fuerza de las balas, la sangre fría y una pasión por la muerte.
Brasi y Corleone son personajes de Mario Puzzo en El Padrino, la novela de los gangsters italianos, dueños del bajo mundo en Estados Unidos, llevada a la pantalla en una saga célebre, ganadora de premios y los mayores reconocimientos.
Un pasaje de la novela describe al Padrino urdiendo un plan para enfrentar a sus enemigos y, obviamente, someterlos: fingir un pleito con su sicario, Luca Brasi, a quien le distinguía la fama de que podría realizar cualquier “trabajo” –el crimen que le pidieran— solo, sin ayuda de nadie, sin testigos, para evitar ser señalado, culpado y sentado en el banquillo de los acusados.

Brasi había matado en sólo dos semanas a seis individuos que intentaron asesinar a Vito Corleone. Esas muertes dieron fin a la llamada “Guerra del aceite de oliva”.Aunque Brasi fue ultimado por Bruno Tattaglia y Sollozzo, el plan de Corleone fue infiltrar a sus enemigos. “Diles que peleamos y que no hay regreso; es pleito a muerte”, diría El Padrino. Así lo hizo Luca Brasi y pudo penetrar las filas del adversario.
Viene a la mente ese episodio novelesco, retrato de lo que el hombre de poder suele hacer, sin escrúpulo alguno, toda una desproporción política, cuando se lee la controversia epistolar entre el nuevo subsecretario de Gobierno de Veracruz, Enrique Ampudia Mello, y su antiguo pastor, Miguel Angel Yunes Linares.
Pongámoslo en perspectiva: Ampudia Mello fue designado subsecretario de Gobierno por el gobernador Javier Duarte de Ochoa. Terminado el acto protocolario, tomó el teléfono, se puso al habla con el ex candidato panista a la gubernatura de Veracruz, Miguel Angel Yunes Linares, a quien le tendió la mano, se manifestó “a sus órdenes” y le pidió poder platicar en la primera oportunidad.
De la conversación se supo porque fue grabada y filtrada. Al día siguiente apareció en el periódico Notiver, del puerto de Veracruz, y provocó mil comentarios, con las más diversas interpretaciones. Hubo quien lo vio como un Ampudia Mello al servicio de Yunes Linares y otros, como un Yunes Linares que no había intercedido por Ampudia para que ocupara el cargo.
La reacción de Enrique Ampudia fue violenta. En una carta aclaratoria, acusa a Yunes Linares de haber grabado la conversación y haberla filtrado; que Yunes editó algunos fragmentos y la alteró; le advierte que pasa, Ampudia, a ser uno más de sus adversarios, y por el contrario, se desvive en elogios desmedidos para el gobernador Javier Duarte. Describió a Yunes como un “hombre peligroso”.
Pa´ las pulgas de Yunes Linares. Respondió el ex candidato del PAN a la gubernatura que la carta del subsecretario de Gobierno de Veracruz es un compendio de sinrazones: da explicaciones que Yunes no le pidió sobre las motivaciones que pudo tener el gobernador Javier Duarte para otorgarle el cargo; dice Yunes que no fue él quien realizó la llamada, sino al contrario; que no había hablado con Ampudia desde que dejó de darle trabajo, y que le asombra que una simple conversación sin mayores alcances, haya provocado tanta molestia y nerviosismo en el medio político del estado.
Yunes Linares usó una frase calculada para atizar el fuego. Mejorar la idea del pleito:
“La carta de Enrique Ampudia que publica Notiver el día de ayer no me sorprendió, por el contrario, me sirvió para confirmar el nivel de descomposición que viven él y el gobierno al que sirve. Su torpe y penoso comunicado merece los siguientes comentarios: Yo nunca llamé, ni el miércoles pasado ni antes a Enrique Ampudia”.
En la carta, Yunes Linares también le recrimina al gobernador Javier Duarte que se gaste el dinero de los veracruzanos en aparatos de escucha para grabar a sus funcionarios. Le dice que ha transcurrido un tercio de su mandato y “no ha hecho nada”.
Es difícil creer que la carta que escribe Enrique Ampudia Mello, el nuevo titular de la Subsecretaría de gobierno de Veracruz, contra Yunes Linares, su antiguo jefe y amigo, sea un verdadero deslinde.
Mas pareciera que El Padrino —Miguel Angel Yunes Linares— enviará a su más leal hombre, su Luca Brasi —Enrique Ampudia Mello—, a engañar a sus enemigos para ganar su confianza y enterarse de sus planes.
Entre Yunes Linares y Ampudia Mello hubo siempre, y lo hay aún, una relación de complicidad política.
Ampudia fue, durante el mandato de Patricio Chirinos Calero, siendo Yunes secretario de gobierno, un eficiente espía político, bajo el disfraz de director de Desarrollo Político.
Pero no terminó ahí la relación. Cuando Yunes Linares emigró, se confrontó con el PRI y finalmente renunció a su militancia, encontró en el Partido Acción Nacional un espacio a modo: las áreas de seguridad.
Con Vicente Fox, desde el año 2000, tuvo a su cargo tareas dentro de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, y uno de sus hombres de confianza fue Enrique Ampudia Mello, a quien le encomendó la Dirección General de la Coordinación con instancias de Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En el ISSSTE, Yunes Linares lo nombró secretario general de la institución y secretario de la Junta Directiva.
Todavía en la campaña a la gubernatura de Veracruz, Enrique Ampudia Mello fue uno de los coordinadores de Yunes Linares, para enfrentar la guerra sucia desatada por Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte contra el candidato panista.
Que ahora se peleen públicamente, se exhiban sus trapos pestilentes, se descalifiquen, suena a un acto teatral, poco cuidado, cuyas intenciones van desde ganarse la confianza del gobernador Javier Duarte a favor de Ampudia, hasta engañar a la sociedad y a la opinión pública. Allá quien les crea.
Ese pleito es irreal, fingido, dirigido a conocerle los pasos, todos sus movimientos, al gobernador Javier Duarte. Al estilo de Vito Corleone, El Padrino, y Luca Brasi. (romoaya@gmail.com)(@moralesrobert)

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