viernes, 3 de agosto de 2012

Boquiabierto

Salvador Muñoz
Los Políticos

¿Cuánto llevo aquí? ¿media hora? ¿45 minutos? ¿La hora? Ni idea, intenté distraerme con un juego en el celular pero la gente que a mi lado pedía permiso a cada rato para pasar, me distraía bastante y rompía mi concentración lúdica, así que opté por dejar el teléfono y sorber un enorme trago de paciencia en esa enorme fila del banco... cuando estaba a tres personas para pasar a caja, vi algo que me dejó con la boca abierta: ¡Nada más había una cajera! Por eso tanto pinche tiempo...
Pero bien decía Einstein sobre la relatividad del tiempo... antes de situarme en esa fila, estuve dos horas sentado y ese lapso fue agua, pero un agua furiosa, impetuosa, veleidosa y arrastrante que no supe cómo de las nueve, el tiempo se situó a las 11 horas... bueno, sí sé... Federer contra Del Potro.
Si no vio ese encuentro, déjeme decirle que se perdió de un gran partido de tenis entre el primer lugar y noveno del ranking mundial.
Sencillamente me tenía esa justa con la boca abierta y créame que el tenis no es un deporte que me apasione, pero hoy, sencillamente me tenía gritando, brincando, maldiciendo y vitupereando como si estuviera viviendo un buen partido del América (que dicho sea de paso, está mas cabrón), tan fue así, que creí que mi mujer, que tampoco es muy afecta al tenis, empezó a disfrutar la contienda blanca.
Es cierto, el tenis no es nuestro fuerte, pero mientras veíamos reveses, saques "aces", errores garrafales del nativo de Basilea y jugadas increíbles del gaucho, mi esposa me recordó a Andrea Agassi, "claro, el que fue novio de Brooke Shields", le respondía a la vez que veía que en el ranking mundial, no figuraba entre los cien grandes ni un mexicano...
—Recuerdo a Raúl Ramírez, uno de los mejores tenistas que ha tenido México— le dije aunque realmente estaba vigente en mi mente ese bigotón por dos razones: que estaba casado con una ex Miss Universo, de apellido raro... ¿Sarayela? y además porque anunciaba "Wildrot" (no recuerdo si así se escribe), pero era una especie de crema o vaselina para el cabello que mis tíos utilizaban ¡ah! y porque mi inolvidable Miguel "El Gato" Marín igual lo anunciaba.
Y el juego se prolongó por más de cuatro horas y nuestra atención y tensión continuaba manteniéndonos a la mujer y a mí, con la boca abierta... y mire para que a los dos nos tengan así, es raro... bueno, no tanto, sólo una persona lo ha logrado: Alejandro Junior Díaz Ladrón de Guevara...
No, no es tenista y mucho menos deportista... quizás lo más atleta que tenga sea el pie, no lo sé, pero el muy cabrón hace que cuando estamos con él, nos mantenga con la boca abierta... es nuestro dentista. Pero además de eso es nuestro amigo, una especie de hermano pequeño, cabrón, travieso, niño y maduro a la vez, que puede llamarme la atención por descuidar mi "mazorca" sin que parezca regaño.
Y mientras limpia caries, raspa, inyecta, pone la fresa en activo, nos platica de su vida que siempre está plasmada de anécdotas que hacen que uno ría por dentro y allí, en el estómago, se ahoguen nuestras carcajadas porque es difícil hacerlo con la boca abierta mientras él limpia y aplica resina...
Su profesionalismo me impresiona... ama su carrera y se entrega de una forma total a sus pacientes que me hace recordar a esos viejos maestros que alcanzaban un respeto y admiración tanto por sus alumnos como por padres de familia... sí, y yo que pensaba que Ale era el único que nos mantenía con la boca abierta...
—¿A quién le vas?— me preguntó mi mujer...
—A ninguno, sólo estoy disfrutando el juego, pero si me preguntas y si fuera por justicia, espero que triunfe Del Potro...
—¡Yo le voy a Del Potro!— me dijo pero mi entusiasmo no me permitió escuchar, sino oír...
Seguimos en la expectativa de ver quién ganaba y platicamos de lo pobre que estamos en cuestión de deporte, donde nuestros jóvenes en lo general, tienen sólo canchas de futbol y basquetbol y en lo particular, deportes que parecen más elitistas que otra cosa, como el tenis... creo que para que pueda jugar este deporte debo estar en un club "nais" y si se trata de natación, el IMSS o la UV mis opciones, pero pues igual es reducido el espacio...
Fue entonces que en un momento de éxtasis tenístico, justo cuando ella levantó a mi fiel Harry, entendí su súbito gusto por el deporte blanco: "¡Mi Potrito!" llamó a mi perrito mientras lo apapachaba...
Sí... no fue el tenis, fue el tenista que la dejó con la boca abierta... pero como dicen que en la vida y en la cancha hay revancha, remato mi día viendo volibol de playa ¡femenil! a riesgo de que en lugar de boca abierta, me partan el hocico.

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