jueves, 2 de agosto de 2012

La burra de Telmex



Salvador Muñoz
Los Políticos

Hace varios días, veíamos en la tele la detención de un sujeto acusado por el homicidio de un policía durante el atraco que perpetraba en una tienda. Llamó la atención de mi esposa y mía la apariencia del criminal: una gorra, lentes y en pants, donde ocultaba su arma... “¡Soy yo!” le dije a la mujer, a lo que ella respondió: “Así te ves”...
Nos referíamos a mi apariencia casi diaria por las mañanas. Unas gafas de sol, una gorra de estambre o con visera y pants, para salir a dar la vuelta por el parque. Fue entonces que recordé algo: las pocas damas que por las mañanas se cruzan por mi camino, al verme a la distancia, a los cinco o diez metros que median entre nosotros, optan por atravesar la calle y evitarme...
A lo que voy es que pudiera decir que por las mañanas parezco un “delincuente”...
Lo acepto... al ver al delincuente de la tele, me identifiqué con él y sin querer estaba criminalizando mi apariencia.
II
La criminalización de la apariencia no es algo nuevo... en mi infancia, el hecho de que alguien llevara unos huaraches para mantener frescos sus pies, era suficiente para ser adjetivizado despectivamente como “indio” o “pata rajada”... sí... estoy de acuerdo, ser indio no es un crimen pero en mi infancia lo enfatizaban tanto que lo parecía.
Hoy, andar en huaraches es calificado como “in” aunque, claro, habrá que ver qué tipo de huaraches porque hasta eso ¡deben ser de marca!
Juzgamos por lo que vemos... si trae tatuajes, si hace uso de un caló, por la forma en que se viste y hasta por la música que oye... si no los calificamos como delincuentes mínimo el adjetivo es ¡naco!
¡Ah! porque eso sí... nos sentimos de sangre azul, la divina garza, con pedigrí, incapaces de entender y sobre todo amar nuestras raíces más profundas.
III
Criminalizar la apariencia es malo... a veces... yo tiendo siempre a sospechar.
Todavía no daban las nueve de la mañana y al dar la vuelta a la manzana con mi esposa y mi fiel Harry, un tipo en las cajas de Telmex, de ésas donde hay muchas terminales de teléfonos, hablaba animadamente utilizando una extensión de auricular... pocos metros más adelante, casi enfrente de una caseta telefónica de la misma compañía, un “vocho” rojo oscuro... o dijeran los modistos: ladrillo quemado, rojo intenso bajo, rojo opaco y la cantidad de variedades que le puedan dar a un color... para mí era un “rojo oscuro”.
Sobre el costado del VW (al que si criminalizáramos su apariencia, sería como del 95), un pegote con la leyenda de “Móvil en Infinitum”... por mera curiosidad tomé la foto del vehículo y apenas lo iba haciendo cuando enfrente de la unidad, otro “vocho”, pero éste blanco, se estacionaba. A bordo, otro varón acompañado de mujer y dos niños en la parte posterior. Se bajó y saludó afectuosamente al que estaba colgado de la extensión telefónica... sí, al costado, también ese VW sólo tenía el pegote de “Móvil en Infinitum”...
Subí la foto al facebook externando lo siguiente:
“Una calcomanía al costado y sin razón social, ¿así trabajan los vochitos de Infinitum sobre casetas y cajas de Telmex...? ¿No le alcanzará a Slim para comprar autos y uniformes a sus empleados? ¿Trabajarán realmente para Telmex?”
A continuación pongo algunos comentarios de amigos respecto a estas unidades:
El excelente rapero y caricaturista Demetrio Granados dijo: “Yo he visto varios de ese tipo y me pregunté lo mismo...”
Lulú López, compañera de medios y amiga externó: “No... son empresas subcontratadas que le prestan el servicio a Telmex para ya no contratar más personal operativo... el problema son los que se cuelan y cometen delitos bajo ese emblema... no, no estoy hablando de Slim jajajajja”...
A lo que respondí que igual me seguía siendo sospechoso... el vochito, no Slim...
Otro gran amigo, Quirino Moreno, agregó: “Pues en la zona de Las Animas hay vecinos que asegurarían que hay bandas que roban en casa-habitación utilizando ese tipo de vehículos... Usan logotipos de Telmex e Infinitum para poder ingresar a las casas con el pretexto de que fueron enviados la reparar la línea de internet o telefónica...”
La amiga Alma Ortega Vásquez enfatizó: “He visto varios, pero lo importante es que deben portar identificación oficial con sello y una orden con número y hoja con logotipo. Si no llevan eso, reportarlos a la oficina y pedir informes sobre la persona... no los dejen pasar al domicilio”.
El maestro y amigo Manuel Rosete comentó: “Podrán decir que se trata de paranoicos pero no, hemos sido testigos o víctimas de la delincuencia, de todo tipo, que ante las dudas sobre la autenticidad de vehículos y ‘trabajadores’ de empresas privadas o de dependencias gubernamentales, brincamos. La burra no era arisca”.
Y es posible que todos tengamos razón o lo peor... que su servidor esté juzgando la apariencia de un vochito bien viejito, sin apariencia de vehículo oficial más que un pegote así como su conductor sin uniforme, metiendo mano a las cajas de Telmex... o como bien dijera el maestro Rosete: ¿me estaré volviendo paranoico? es cierto... la burra no era arisca.

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