jueves, 23 de agosto de 2012

Nuestros “Juegos del Hambre”

Claudia Constantino
Las Crónicas del 2012  

El filósofo y profesor universitario Enrique Dussel envió un mensaje claro al movimiento #YoSoy132: “O se organizan bien o desaparecen”.
En Los Juegos del Hambre, hace años, de una tierra destrozada llamada Norteamérica surgió Panem, una ciudad formada por trece distritos que rodean el Capitolio, centro neutral del país. Pero aunque el Capitolio llevó la paz y prosperidad, los trece distritos se rebelaron contra él. Doce de ellos fueron vencidos, y el decimotercero aniquilado. El Capitolio, para recordar a los distritos supervivientes quién mandaba, creó los Juegos del Hambre, un cruel juego de supervivencia que se emite por televisión a manera de reality y que todo el mundo está obligado a ver. En él, veinticuatro adolescentes de entre doce y dieciocho años, un chico y una chica por cada distrito, son elegidos al azar para participar en los juegos. El objetivo es sencillo: luchar a muerte entre ellos, pues solo uno de los veinticuatro puede ganar. En este ambiente de opresión vive Katniss Everdeen, una chica de dieciséis años del distrito doce que caza fuera de los límites permitidos por el Capitolio para alimentar a su madre y a su hermana Prim, de doce años, haciéndose de invaluables habilidades y conocimiento. Pero todo cambia cuando se celebra el sorteo de los Tributos y la pequeña Prim sale elegida. Katniss se ofrece sin dudarlo para ocupar su lugar, y pronto se encuentra en la Arena luchando contra veintitrés Tributos más.
Al participar en el primer encuentro metropolitano de académicos, “Crisis de las instituciones y la invalidez de la elección presidencial: un debate político”, Dussel, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la UNAM, hizo una crítica a la estructura actual de #YoSoy132 y propuso la creación de centros universitarios en todas las facultades y que cada universidad se constituya en una federación estudiantil, con la idea de que el voto de cada representante en verdad tenga un trabajo y apoyo detrás.
“Hay que organizar centros en las facultades. Luego se organiza la federación de la universidad: la federación universitaria de la UNAM, de la UAM, de la Ibero y de todas las demás. Después la federación universitaria del Distrito Federal, de Chihuahua, Veracruz y de Chiapas, y luego la Federación Universitaria Mexicana.
“Ahí puede haber una coordinación rotativa, pero te aseguro que ser presidente o presidenta o coordinadora de la Federación Universitaria Mexicana es una autoridad importante en el país, vale más a veces que un partido político, porque son miles de estudiantes los que están detrás, y más en un movimiento como el de ustedes; eso puede ser la base organizativa de un movimiento #YoSoy132”. Además, planteó distinguir entre la base estudiantil y la célula que debe mantener el contacto con el resto de los movimientos sociales.
La novela de Suzanne Collins nos pone en la piel de Katniss, pero también en la de los jóvenes, sin importar si lo eres o ya no, y nos recuerda que la inteligencia, las habilidades, la amistad, el compañerismo, el trabajo en equipo y el amor en sus distintas manifestaciones, se abren paso en las peores circunstancias y que la creatividad también sirve para sobrevivir en el peor de los mundos. Katniss en la ficción es a través de quien vemos la difícil vida de los distritos, controlados día y noche por el Capitolio. En nuestra realidad inmediata vemos a miles de jóvenes intentando lo mismo.
De carácter fuerte y algo reservada, los principios de Katniss se ven puestos a prueba en los terribles Juegos del Hambre, todo un espectáculo para el Capitolio y una humillación para los distritos. Sin duda lo que más sorprende en este libro llevado a la pantalla es la sangre fría de los Tributos en la Arena, que deben hacer de todo para conseguir sobrevivir. Y el modo en que lo bueno pervive entre la deshumanización más cruenta. En el aquí y ahora el país expectante ante el hecho si #YoSoy132 muere o vive.
Enrique Dussel en la UNAM finalmente cuestionó que desde hace diez años un “grupo de muchachos” que entonces participaron en la huelga tenga tomado el auditorio Che Guevara, anexo a la FFL. Propuso la recuperación de ese espacio a cambio de la gestión de que en cada facultad de la casa de estudios se asigne un cubículo para los centros estudiantiles o para la representación de #YoSoy132.
Que la inteligencia, pasión, habilidades, amor y creatividad de los jóvenes mexicanos consiga abrirse paso y el #YoSoy132 se alce ganador en esta otra versión de Los Juegos del Hambre.
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