domingo, 11 de noviembre de 2012

Y después del gimnasio... ¡el molito!

Salvador Muñoz

Policías y locatarios vivieron ayer el jolgorio propio que significa la visita del Gobernador.
En el Cuartel de San José, para inaugurar el Centro Deportivo de la Policía Estatal. En el mercado Alcalde y García, una remodelación de lujo.
Dos cosas: O el secretario de Seguridad Pública puso a correr a sus muchachos y con dieta, o escogieron a los más flacos para el evento. Ni un oficial de SSP que estaba formado en el acto, era el prototipo del policía que regularmente imaginamos: panzón y chaparro.
Donde antes era estacionamiento de patrullas, hoy es una cancha de basquetbol, justo donde se hacía la presentación del Centro Deportivo.
Arriba de la cancha, que no sólo disfrutarán los policías, sino también sus familiares, un gimnasio, baños y un espacio donde jugar ping pong... y si eso fuera poco, ¡un tercer piso! allí celebraban un partido de volibol.
Pero ojo, a un costado del presidium, una gota hizo levantar la vista de la regidora Corintia Cruz... al parecer, paradójicamente, se presentaba una fuga (de agua, pero fuga al fin), casi en las narices del secretario de Seguridad Pública.
Por cierto, Bermúdez Zurita lucía pants azul con franjas naranjas, de Adidas... mismo uniforme que portaban otros elementos con la leyenda "Predator" en la espalda, algo discreta.
El gobernador recorrió los tres pisos que conforman el Centro Deportivo ¡y hasta el baño conoció! Igual se subió a una caminadora y discretamente, el diputado Américo Zúñiga se retiró al igual que Fernando Perera Escamilla, quien de plano confesó: "no vayan a ponerme a hacer ejercicio".
En el último piso, jugaban volibol. Pidieron al gobernador entonces que, simbólicamente, diera el saque inicial... ¡y la intención es lo que cuenta! porque es evidente que el voli no es lo suyo del gobernador, quien con una cachetada al balón, apenas si pasó la red pero ¡qué importa! el público conformado por lo que parecían cadetes de la Academia de Policía, no sólo aplaudió, sino vitoreó a Duarte de Ochoa...
Y como en todo buen domingo, ¡había que ir al mercado!
Sólo se tenía que cruzar la calle pero hacerlo significó atender a cuanto parroquiano se le paró enfrente al gobernador, aunque en ese caso, los requirimientos y saludos se dividían y recibían por la alcaldesa Ely Morales, así como por los diputados locales, Américo Zúñiga y Carlos Aceves, como por los federales, Alejandro Montano y Uriel Flores.
El Mercado Alcalde y García, conocido popularmente como San José, era otro al que tradicionalmente conocemos y conocimos... totalmente remodelado... en sus entradas principales, en la parte superior, la obra de Rabí Montoya, "Tierra Madura", cerámica en alta temperatura, así como "Mercado de colores", acrílico sobre panel de cemento, reciben a los clientes. Los puestos lucen impecables, no hay cables colgando ni el clásico lodazal en sus suelos... El arquitecto Raúl García, orgulloso, admira la obra que junto con artistas diversos, hicieron del mercado...
Lo que sí se espera, para mantener esta obra, es que se cree un patronato entre Ayuntamiento, locatarios y los mismos vecinos...
Cuauhtémoc Velázquez recordaba cuando venía al mercado después de estudiar en el Pestalozzi con Miguel Ángel Yunes Márquez... nostálgico, compró unas mandarinas... el único funcionario que en lugar de dar "chayotazos" da "mandarinazos".
Mientras, la presidenta municipal Elizabeth Morales y el Gobernador Javier Duarte iniciaban un recorrido por las instalaciones... saludos y más saludos... y ya cuando iba de salida el gobernador, fue interceptado por Mónica Hernández, secretaria general de la Unión de Locatarios y Tianguistas del mercado Alcalde y García, para invitarle un molito con pollo y arroz...
¿Cómo rechazar esa invitación?
Gober, alcaldesa y regidora, entre otros, se sentaron y degustaron el molito...
Tras acabar su platillo, el gobernador se retiró...
El reportero se acercó a la lideresa del mercado de San José, Mónica Hernández, y le preguntó:
—¿Qué comió el gobernador?
—Un muslo con mole y arroz...
—¿Y quién hizo el mole?
—¡Su servidora!— dijo orgullosa...
Por supuesto, un taco de mole de su propio plato se le robó a Mónica Hernández para verificar si había salido contento el gobernador... ¡efectivamente! Estaba para chuparse los dedos.
Y la verdad que, después de salir del gimnasio del Cuartel, bien se ameritaba un buen mole.

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