jueves, 21 de febrero de 2013

La elección de candidatos priistas

Salvador Muñoz
Los Políticos

Digamos que el PRI de Veracruz quiere lo mejor para contender por las alcaldías y curules. La premisa es sencilla pero llevarla a la práctica es sumamente difícil. ¿Cuál es el parámetro que se tiene para decir que un hombre o mujer es “el mejor prospecto a candidato”? Mejor aún: ¿Quién lo decide?
Como los parámetros se pueden medir a través de sondeos, encuestas y hasta consultas, hemos de suponer que de ser así, muchos que hoy citan como candidatos a las alcaldías no irían como tales, por eso, aquí entra la respuesta a la segunda pregunta.
Asumamos que es el Gobernador, en su carácter de eso que pomposamente llaman el Primer Priista del Estado, quien lo decide, se correría el riesgo de incurrir en una falacia de autoridad o para ser más llanos: “Porque lo dice el Jefe” y en ello, se contrae otro riesgo que araña la posibilidad de la derrota democrática, que no “electoral”.
Parece confuso pero no lo es y los ejemplos de ello se dan en Cuauhtémoc Cárdenas y Salinas de Gortari: democráticamente, se dice que ganó el hijo del Tata; “electoralmente” se dice que ganó el hijo de su... padre.
El PRI, preocupado por una alianza entre PAN-PRD, angustia que al parecer va salvando ante la resolución legal del Tribunal Electoral del Gobierno de Veracruz, está olvidando un detalle importante en la prospectiva de candidatos a alcaldes... su militancia, sus bases, sus seccionales.
El discurso de Erick Lagos, dirigente del PRI estatal, en torno a dar espacio a la columna vertebral del partido, debe pasar de las palabras a los hechos porque si no, el papel de ésta sería como ha sido siempre: acarreados, matraqueros, porristas, llena-lugares...
Ahondo en el asunto:
¿Qué priistas le ponen un pero a la inminente candidatura a la alcaldía de Américo Zúñiga? ¡Nadie! ¿Por qué? Por dos razones: Por agachados o porque sencillamente ven en él al político ideal para que el PRI vuelva a tener en la presidencia a un auténtico priista de hueso colorado.
(Recordemos que Vicho Velasco, Ricardo Ahued y Elizabeth fueron candidatos más populares que priistas)
En Orizaba, se habla de que nuevamente vuelva a ser candidato a la alcaldía Juan Manuel Diez Francos. Totalmente impopular pero más efectivo. No es monedita de oro mas los orizabeños reconocen que sabe administrar y lo mejor, también sabe trabajar. Si bien, muchos priistas de hueso colorado pueden ver con recelo su candidatura, siendo razonables, pocos podrían competir contra él.
En Tuxpan, el empresario ganadero Raúl Ruiz Díaz va impregnado del aceptable trabajo de Alberto Silva Ramos y parece que nada lo mueve de la candidatura a la alcaldía. Si bien, tampoco es un priista de cepa, la gente lo ubica como trabajador, honrado y eficiente... ¿qué priista de la zona podría competir con ello? Sólo el que va por la curul...
En Martínez de la Torre es donde tuerce el rabo la marrana... no es alusión personal, si usted la hizo, es bajo su responsabilidad.
Eduardo Sánchez Macías ha hecho un trabajo constante y sonante en Martínez de la Torre. Colonias, congregaciones, casa por casa... desde mi punto de vista, meses antes, era el candidato natural a la alcaldía de Martínez de la Torre... ¡y de repente! ¡Zaz! lo quieren bajar para dar lugar al actual diputado Ernesto Callejas Briones.
La jugada obedece a que por la Alianza con Panal, PVEM y Cardenista, se debe dar cacho de pastel en la repartición de candidaturas para alcaldes y diputados... el asunto es que por esa alianza, se desplaza el trabajo de los militantes, como se pretende hacer en este caso con Lalo Sánchez Macías.
No es el único...
En Boca del Río, El Comas Zarrabal, joven disciplinado, atiende el llamado de los dioses que le dicen: “te vas como candidato a diputado”...
Se insiste, Raúl Zarrabal lo entiende, es soldado... ¡háganle entender a los seccionales! ¡háganle entender a los militantes! ¡a la raza!
¿Quién es Sergio Pazos Navarrete?
La respuesta más simple para la militancia: ¡Quién sabe!
Para los inmiscuidos en la grilla: El cuñado de José Antonio Mansur Beltrán, actual delegado de economía.
Trabajo partidista, tan hechizo como el de muchos candidatos hechos al vapor.
Si bien, la palabra del Gobernador pesa y pesará en la designación de los candidatos del PRI tanto para alcaldías como para diputaciones, sus decisiones podrían generar desencanto si su justificación no está ausente de la falacia de autoridad. No vaya a ser que al final, la alianza PAN-PRD que les quitaba el sueño sea nada con la pesadilla que pueda haber con una mala elección de candidatos.

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