Pobres vs Diputados

Brenda Caballero
Números Rojos

Mientras paseaba con Harry, encontré a Olivia, mi vecina, quien indignada se detuvo y expresó: “¿Puedes creer que un reloj es más barato que unas manzanas, unas peras y una papaya?”
Cambió de mano la bolsa de Walmart mientras sacaba el ticket de su cartera, para mostrarme su malestar. Me contaba que iba a ir a un cumpleaños y que había comprado un detalle pequeño, un reloj de pulso, el cual costaba casi 150 pesos, pero que decidió llevar algunas frutas para su merienda.
Sorpresa se llevó cuando al efectuar su pago, la cajera le pidió poco más de trescientos pesos, de inmediato le preguntó si no había algún error, pues eran cuatro cosas ¡para tanto dinero!
Al principio me pareció increíble su historia, sin embargo los números del ticket no mentían... realmente era indignante.
—¡Imagínate! yo soy sola y tengo otro ingreso pero… ¿cómo viven mis otros compañeros que me piden a veces hasta 100 pesos prestados para pagármelos en la quincena?
Días después tenía la terrible respuesta a su pregunta: “Viven 6.6 millones con 60 pesos diarios”, según nota de Verónica Gascón en el periódico Reforma.
Leo una y otra vez la cabeza de la nota y trato de creerlo, ¡eso sí es un milagro! ¡imagínese! repartir esa cantidad en las necesidades básicas, ¡qué va! si ni alcanza para comer, mucho menos para comprar frutas y verduras, vestir y ahorrar ¡es solo un sueño!
La nota hace referencia también que 2.5 millones de personas en México se encuentran desempleadas, principalmente jóvenes (1 millón 300 mil) mientras que 6.2 millones son Ninis, es decir no estudian ni trabajan.
Los números no mienten: más de 800 mil personas buscan empleo en el país y por si fuera poco, según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en enero de este año, el desempleo aumentó y llegó a su mayor nivel en 16 meses. Es decir: 5 personas de cada 100 que trabajaban normalmente, se encuentran desempleadas.
¿Quiere indignarse más?
Mientras millones viven en la miseria, otros viven en la opulencia, y no me refiero a los empresarios, esa es otra historia, sino a nuestros queridos Diputados.
Le cuento: según nota de Ricardo Gómez, del periódico El Universal, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que la pasada legislatura, en 2011, hizo compras entre otras cosas por ¡998 mil 100 pesos! ¿Quiere saber en qué?
Nada más y nada menos que en artículos estrictamente indispensables “pa’ quedar bien” como: arreglos florales, canastas de dulces árabes, corbatas de seda, despensas, vinos y licores y carpetas de piel. Todos ellos cargados a la partida 3820 titulada “Gastos de Orden Social y Cultural”.
¡Ah pa’ nombrecito que se aventaron! Pues yo no veo el orden social, más bien el “desorden económico”, además que si es tan cultural el gasto, ¿porque no regalar dulces y licores típicos mexicanos?
Pero el asunto no queda allí, porque a pesar de que “estos señores representantes de los mexicanos” ganan, si no me equivoco, como 138 pesos mensuales libres de impuestos dependiendo el estado, para apoyarles con “su dieta” les reembolsan las comidas, pues como “están trabajando” se ven obligados a tomar sus sagrados alimentos en el recinto de San Lázaro.
El transporte también se los pagamos, pero no cualquiera, sino avión, ya que al mes les damos 40 mil pesos.
Por supuesto que faltan otros gastos que no incluí, pues el estómago se me revuelve para describir tanta desigualdad social que se vive en México. ¿Por qué cree que en México todos quieren ser diputados? Desde luego que por el fuero… ¡y algo más! 

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