domingo, 10 de febrero de 2013

¿Qué es una democracia de calidad?

Raúl Abraham López Martínez*
Coyuntura Política XXI

¿Por qué a pesar de contar con órganos electorales legalmente autónomos y con tribunales en la materia los ciudadanos no confían del todo en los resultados de los procesos electorales? ¿Por qué México sigue arrastrando la secuela del manejo ilegal de recursos del grupo “Amigos de Fox”? ¿Por qué el país no se ha recuperado de la cuestionable elección que llevó a Los Pinos a Felipe Calderón? ¿Por qué el IFE no ha convencido a la población de que Peña Nieto ganó la elección con recursos económicos legales? ¿Cuál es el estado actual de la democracia en México?
Para intentar responder estas preguntas que expresan el sentir de muchos mexicanos podemos retomar el ensayo “Calidad de la democracia. Notas para su discusión” elaborado por el politólogo italiano Leonardo Morlino. Ensayo publicado en el libro “Por una democracia de calidad” coordinado por César Cansino e Israel Covarrubias.
Morlino señala que un análisis sobre la calidad de una democracia nos puede permitir abrir un “escrutinio empírico sobre qué tan “buena” es una democracia”. Definiendo a una democracia de calidad como “aquella que presenta una estructura institucional estable que hace posibles la libertad y la igualdad de los ciudadanos mediante el funcionamiento legítimo y correcto de sus instituciones y mecanismos. Una buena democracia es por tanto y ante todo un régimen ampliamente legitimado, que satisface completamente a los ciudadanos (calidad en términos de resultados)”.
Otro aspecto que debe de existir en una democracia de calidad, se da en un contexto en donde “los ciudadanos, asociaciones y comunidades que la componen disfrutan de la libertad e igualdad (calidad en términos de contenidos)”.
Un tercer elemento que integra la propuesta del politólogo italiano, consiste en que en una democracia de calidad “los propios ciudadanos tienen el poder de verificar y evaluar si el gobierno trabaja por los objetivos de libertad e igualdad de acuerdo al gobierno de la ley. Monitorean la eficiencia de la aplicación de las leyes vigentes, la eficacia de las decisiones tomadas por el gobierno, la responsabilidad y la rendición de cuentas políticas de los gobernantes electos en relación con las demandas expresadas por la sociedad civil (calidad en términos de procedimiento)”.
A partir de estos ejes, Morlino desarrolla un marco analítico incorporando dos dimensiones procedimentales, una dimensión de resultados y dos de tipo sustantivas. Todas estas dimensiones de aplicación empírica nos van a permitir apreciar que tan buena es una democracia o en otras palabras conocer la calidad de la democracia que prevalece en un sistema político supranacional, nacional, estatal o municipal.
Estas cinco dimensiones son las siguientes: a) Procedimentales: el gobierno de la ley y la rendición de cuentas, b) De resultados: reciprocidad o “de correspondencia de las decisiones políticas a los deseos de los ciudadanos y la sociedad civil en general”; y c) Sustantivas: la primera se ubica en “el respeto pleno de los derechos que se extienden al logro de un espectro de libertades” y la segunda abarca “la implementación progresiva de mayor igualdad política, social y económica”.
Estas cinco dimensiones propuestas por Leonardo Morlino, le van a permitir al analista político, a los dirigentes de partidos, a los líderes de movimientos sociales, y a los ciudadanos interesados en conocer qué tan buena es la democracia de su entorno.
Pongamos un ejemplo práctico para entender la manera en que se podría aplicar este marco analítico.
Acudamos al escenario de un sistema político de carácter estatal, para mayor precisión ubiquémonos en el estado de Veracruz. Con la intención de conocer un diagnóstico sobre la calidad de la democracia que predomina en esta entidad que lleva 84 años bajo la sombra del PRI, tendríamos que plantear las siguientes interrogantes:
a) ¿El gobierno de Veracruz y sus instituciones se caracterizan por respetar la ley? ¿El Congreso de Veracruz realiza efectivamente sus funciones de control? ¿Existe una rendición de cuentas suficientemente legitimada por la sociedad civil?
b) ¿Prevalece una relación de reciprocidad entre las decisiones que toman los legisladores, los integrantes del gobierno estatal y lo que realmente aspira y desea que haga la población?
c) ¿Se respetan en un alto grado los derechos y libertades de los veracruzanos? ¿Existe una política que permita una mayor igualdad política, social y económica de los ciudadanos?
Al responder cada una de estas interrogantes, vamos a estar en condiciones de visualizar el estado que guarda la calidad de la democracia en Veracruz. Interrogantes que se hacen necesarias sostener de manera abierta y sin ningún tipo de cortapisas. Contribuyendo de esta manera en abatir el rezago democrático que caracteriza al estado de Veracruz.
Lo anterior se desprende de un ejemplo sobre cómo aplicar el marco analítico que propone Leonardo Morlino para estudiar empíricamente el tema de la calidad de la democracia.

*Analista político y Director de la Revista Digital Independiente Voz Universitaria

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