miércoles, 24 de abril de 2013

Amorodio

Brenda Caballero 
Números Rojos 

¿Cuántas veces ha peleado con su pareja y siente que lo quisiera desaparecer?
No sé usted pero, en lo personal más de una. Incluso, he hecho mía la canción de Caifanes “La célula que explota”: Hay veces que no tengo ganas de verte/ Hay veces que no quiero ni tocarte/ Hay veces que quisiera ahogarte en un grito/ Y olvidarme de esa imagen tuya/ Pero no me atrevo…
El dicho dice que del amor al odio… hay un paso, ¡es verdad! más de una ocasión lo he comprobado. ¡Cuánta razón tiene Julio Jaramillo en su canción Ódiame! cuando dice: “Odio quiero más que indiferencia…” y hace hincapié: “Pero ten presente que de acuerdo a la experiencia, tan sólo se odia lo querido”.
Alejandro Jodorowsky en su libro “Ojo de Oro” se refiere a esa extraña relación, cuando le preguntan ¿Por qué puedo amar y odiar al mismo ser? A lo que contesta: El “amorodio” es un sentimiento común en los seres humanos: amorodian, no aman.
¡Ayyy! Cuánto sufrimos los seres humanos por esas relaciones tormentosas, pero afortunadamente no somos los únicos. En política, las relaciones son muy inestables y extrañas, sólo hay que recordar el amor de ciertos militantes de un partido, que saltan a otro, o las alianzas entre los partidos políticos cuya ideología es totalmente diferente, (porque sino serian del mismo partido) ¿o no?
Lo último en relaciones políticas es el muy conocido Pacto por México, aquel acuerdo político relevante que no se había realizado en décadas en nuestro país y que como todo inicio de relación amorosa su objetivo consiste en lograr grandes reformas y acciones que proyecten a nuestro país a un futuro próspero.
Por supuesto que esta relación la integraron el presidente de la República, Kike Peña y los principales partidos políticos PRI, PAN y PRD.
Pero como en toda relación nada es perfecto, ahora los panistas y perredistas quieren que ésta se termine, explicando sus diferencias, llegando al “odio jarocho” y todo por un manejo de recursos, dicen, de manera electorera en Veracruz.
Ante tal pleito, Kike Peña optó por el diálogo, dejando pendiente la Reforma Financiera, con la finalidad de tener un encuentro franco que aclare las diferencias y desencuentros y que fortalezca la relación.
Pues la comunicación es la base de toda relación. Pero ¿se puede dialogar cuando se está muy enojado?
Antes, mis dichos eran: “al mal paso, darle prisa”, “en caliente hasta los huesos se acomodan”, y trataba de solucionar las cosas al momento, cosa que no siempre me funcionó.
Hoy he aprendido que en ocasiones es mejor esperar a que las pasiones se enfríen, darles su espacio y su tiempo, pues cuando uno está enojado dice y hace muchas cosas de las que luego se arrepiente.
La política no es la excepción: la efervescencia del momento obliga a decir y hacer muchas cosas que después son recordadas una y otra vez en los medios de comunicación y pasan derechito a la historia como algo realmente malo, claro ejemplo el espaldarazo de Kike Peña a Rosario Robles.
¿Que no gustó? Claro que no, pues estamos acostumbrados a esperar castigos.
Hoy, Peña trata de salvar la relación, hablando para que no haya separación… un divorcio, no importa si al final se siga como dice Caifanes en su canción: Somos como gatos en celo / Somos una célula que explota / y ésa no la paras / no, no, no, no la paras.

Email: caballero_brenda@hotmail.com

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