jueves, 23 de mayo de 2013

¿El mundo está loco, loco, loco…?

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Desgracias y más desgracias; violencia y más violencia… Desigualdades y más desigualdades; indiferencia y más indiferencia… Ahora más que nunca llueve sobre mojado. Y lo peor de todo es que estamos indefensos: avasallante ir hacia ninguna parte… Impotentes, la agresión nos viene por todas partes y realmente no sabemos por qué lado preciso nos golpeará la vida… ¿o la muerte?
 Cada día nos alteramos más con más facilidad por cualquier cosa. Nos han robado la paz, nos han cortado las alas… Nos hemos perdido y todos tenemos la culpa. Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra… Estamos enfermos, desde la uña del pie hasta el cabello, trayéndonos de pilón a los piojos, las chinches y los ácaros, por mencionar algunos seres tan inofensivos...
 María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Siquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, señaló hace unos días que la violencia, los secuestros y que la gente fuera testigo de agresiones y muertes, así como el consumo de drogas ilegales, provocaron un incremento de 30 por ciento en la prevalencia de enfermedades mentales.
 En entrevista, dio cifras: “Un fenómeno concreto, asociado con una mayor presencia de trastornos del sistema nervioso central, son los suicidios, cuya frecuencia se duplicó entre 1990 y 2011, pero entre los jóvenes de 15 a 19 años el crecimiento fue de casi el triple, al pasar de 4.9 a 13.6 por ciento”.
 La investigadora sostuvo que en el Instituto Nacional de Siquiatría se ha documentado cómo ha afectado a la población el incremento de la violencia. Está comprobado, indicó, que los secuestros están asociados con estrés postraumático, que a su vez lleva a depresión en la mayoría de los casos y, en situaciones más graves, al suicidio. (La Jornada/7 de mayo/2013).
 ¿El mundo está loco, loco, loco…? ¿O es acaso como dijo la actriz estadounidense Shirley MacLaine, que la conciencia del tiempo es igual a estrés y agotamiento corporal y emocional? ¿Cómo sanarnos? Ojalá el PND que acaba de presentar mi presidente Enrique Peña Nieto haya contemplado esta situación. Estaremos pendientes.
 Por lo pronto, como dijo el filósofo griego Diógenes de Sínope, cuando estoy entre locos me hago el loco. O dijera Salvador Dalí, la única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco, ¿o no?

De cinismo y anexas 
De un correo electrónico me enviaron lo siguiente, quizás sirva de algo, ahora que nos llueve sobre mojado: “Juan trabajaba en una planta distribuidora de carne. Un día, terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; en ese momento se cerró la puerta, se bajó el seguro y quedó atrapado dentro.
“Aunque golpeó la puerta fuertemente y comenzó a gritar, nadie pudo escucharlo. La mayoría de los trabajadores habían partido a sus casas, y fuera del refrigerador era imposible escuchar lo que ocurría dentro.
“Cinco horas después, y al borde de la muerte, alguien abrió la puerta. Era el guardia de seguridad que entró y lo rescató. Juan preguntó a su salvador cómo se le ocurrió abrir esa puerta si no era parte de su rutina de trabajo, y él le explicó:
"Llevo trabajando en esta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero tú eres el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible. Hoy, como todos los días, me dijiste tu simple "Hola" a la entrada, pero nunca escuché el "Hasta mañana".
“Espero por ese "Hola" y ese "Hasta mañana" todos los días. Para ti yo soy alguien, y eso me levanta cada día. Cuando no oí tu despedida, supe que algo te había pasado... Te busqué y te encontré.
“Reflexión: se humilde y ama a tu prójimo. Todos somos importantes, desde tu jefe hasta el que te sirve el café en la mañana”. Tantán.
Por lo pronto, ahí se ven.
Hasta la próxima

jarl63@yahoo.com.mx

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