lunes, 12 de agosto de 2013

Impuesto al Refresco

Brenda Caballero
Números Rojos

¡Ver para creer! pensé mientras miraba el envase de refresco de cola medio vacío en un puesto de jugos. ¿Por qué consumen refresco si tienen allí una variedad de jugos? pregunté a mi acompañante un poco incrédula. Creo que su respuesta fue la más obvia: “porque sale más barato”, me dijo.
Desde luego que no me convenció; ése no creo que fuera el motivo.
¿Por qué consumimos refresco? Esa es una pregunta que tiene muchas respuestas, dependiendo el individuo que la consume. Hay quienes manifiestan que es por cultura; otros, por flojera ante hacer un agua de frutas; no falta quien dice que por culpa del gobierno por no normar la publicidad, y la mayoría dice que por su sabor, además de que se lleva bien con los tacos de suaperro, el mole y el alcohol, razón por la que se consume mañana, tarde y noche.
Alguna vez en el supermercado escuché a un chico reclamarle a su madre el hecho de que no le había comprado refresco, y es que desde hace un buen tiempo, el refresco se ha convertido en un básico de la canasta y por desgracia, una “necesidad” del ser humano, pues pasó del tomarlo “de vez en cuando” al “de vez en siempre”.
No hace falta recalcar que nuestro país es el mayor consumidor de refresco al año por persona, aún más que la propia leche (180 litros de refresco contra 40 de leche) y que éste es uno de los principales factores por lo que ahora México esté gordo y tenga obesidad así como un incremento en diversas enfermedades como la diabetes mellitus, consecuencia de las grandes cantidades de azúcar que incluye cada litro.
A mediados de marzo de este año, la senadora panista Marcela Torres Peimbert propuso un impuesto al refresco ¿otrooo? diría usted, ¡cierto es que estamos hasta la madre de impuestos! pero créame que en ése estoy de acuerdo.
Según Maureen Birmingham, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el mundo mira a México por ser el país con mayor consumo de refresco y sobrepeso, por lo que dejó en claro su respaldo a dicho gravamen: “Sí apoyamos en México el impuesto al refresco, porque basados en la evidencia, existe una falla en el mercado, y esta medida no sólo salva vidas, sino que revierte la pobreza”.
Aunque el impuesto al refresco es una medida reciente, en el mundo, 35 estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya tienen implementada tal acción, como es el caso de Noruega, Finlandia, Francia y Hungría.
Asimismo, para que el impuesto fuera realmente impactante, tendrá que considerarse en 20 por ciento, pues sólo así lo recaudado podría reflejarse en acciones y medidas contra sus consecuencias como la diabetes, impidiendo que en algunos años, el sistema de salud mexicano colapse.
No digo que esto impida que la gente consuma menos refresco, incluso estiman que sólo disminuya un 10 por ciento, pues como dicen por allí: “El que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe”; incluso, existe la posibilidad que se baje aún más en el consumo de leche pues hay que comprar el refresco y como está más caro, pues hay que quitarle unas monedas a otros productos básicos.
Es un hecho que el gobierno tiene que tomar medidas ante estas compañías refresqueras, pues aparte de incluir entre sus comerciales información engañosa, pone con letras chiquitas “consume frutas y verduras”, ¡ah! y refresco, ¡por supuesto! Estas compañías han provocado indirectamente el quiebre de los ingenios en nuestro país al consumir endulcolorantes más baratos y de menos calidad.
¿Se imagina usted si en lugar de esos comerciales de refrescos de cola en donde está la familia reunida, llenos de amor, canciones con coros de niños angelicales o de estrellas famosas como Beyoncé (que por cierto usa dietas desintoxicantes basadas en agua y limón) mostraran tal y como es tomar un refresco?
Desde luego, todas las cucharadas de endulzantes que incluye la bebida, así como el sistema de metabolización en el cuerpo, para después enseñar la realidad: una persona obesa, con diabetes y descalcificación entre otras cosas… antes flaco, ahora gordo.
¿Se ha preguntado por qué la Profeco no les aplica una multa a las refresqueras por publicidad engañosa? Dicen los que saben que estas compañías, durante todos los procesos electorales, apoyan a diversos partidos en sus campañas, ¡claro! previa factura por cobrar después.
Después de la sugerencia y respaldo de la OPS, habrá que ver cómo se lo toma el gobierno de Kike Peña y los legisladores, pues si verdaderamente trabajan para la población, esta medida será aprobada a menos que las empresas de refrescos presionen fuertemente para que se quede sólo en propuesta. ¡Pues es más sano un impuesto al Refresco que uno al IVA generalizado! ¿No lo cree?

Email: caballero_brenda@hotmail.com

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