domingo, 19 de mayo de 2013

Hay calor

Salvador Muñoz
Los Políticos

Confieso... yo le iba al Cruz Azul... pero me era imposible no reconocer la contundencia de un Batata, la entrega de un Manzo, la pasión de un Aguirre o la magia de un Brailowsky, entre otros... y cuando conocí a Brenda, una mujer a la que le gustaba el futbol y supe que le iba al América, no se me hizo complicado una ligera mentirilla cuando me preguntó por mi equipo, ¡vamos!, estaba “en campaña de pretendiente” y lo dije: “Le voy al América”.
Era el calor del romanticismo lo que me llevó a ese enunciado.
Ya casados, ya hechos marido y mujer, un día, llegó mi madre y vio la devoción de Brenda y mía por el América y se sorprendió: “Si tú de niño le ibas al Cruz Azul” y cayó mi mentira...
II
Son las seis y media de la mañana del domingo... ya estamos arriba... Un poco por el calor y otro por Cecilia, mi hija, que aplicará exámenes en la UV... 500 pesos extra. La llevaremos a la facultad de Medicina y después compraremos despensa, ¡ah! y una tapa para la taza del baño que me insultó hace unas mañanas cuando me senté y tronó... volteo y en realidad no me veo el culo tan gordo... creo que exageró esa taza.
En el Camino Antiguo al Sumidero esquina con Chedraui Caram, una larga fila de carros. Percibo problemas cuando un par de jóvenes en moto discuten con un taxista. Aún alcanzo a ver desde mi posición de copiloto que otro taxista se les cierra a los chavos. El primer ruletero se dirige a la cajuela y saca... ¿un bate? No... un machete enfundado... da un planazo al brazo del motociclista cuyo compañero ya se apeó y mantiene distancia. La discusión sigue y otro planazo sobre el brazo. El otro taxista le dice algo al muchacho de la moto y con un empujón lo hace caer de la moto. En el suelo, le da una patada... “¡No se vale!” le digo a Brenda y me dice: “Ai vas”... me bajo y trato de grabar la agresión... un ruletero me ve y se pierde del cuadro de la cámara... pasa corriendo el copiloto de la moto sobre Camino Antiguo al Sumidero; el otro taxista, mientras, propina otra patada al muchacho que se levanta y sale corriendo en sentido contrario de donde bajo. El taxista levanta la moto y la mueve sobre la avenida Chedraui y emprende su camino.
Regreso al carro y divagamos Brenda y yo sobre las posibles causas de la agresión... un alcance, quizás... un malentendido... ¡no! de seguro fue el calor...

III
Sí, quizás ese mismo calor que nos obligó a que, una vez desayunado, viéramos adormilados la despedida de Sir Ferguson del ManU... ¡fueron diez goles! que amodorrados, abríamos un ojo para admirarlos y seguir durmiendo... ya después, como a las dos, con la exigencia de Harry por salir a dar su acostumbrada vuelta, salimos, todos enfuruñados... al pasar por el jardín de niños Beatriz Velasco de Alemán, una hoja llama mi atención que dice así:
“En virtud de que desde hace varios meses se presentaron casos aislados de piojos y liendres en sus niños y no se ha resuelto el problema, al contrario; a pesar de que se les dieron recetas caseras y farmacéuticas, la escuela les proporcionó un líquido especial, etc. Los casos han ido en aumento y a la fecha son más los niños y adultos que se presentan contagiados. Se les informa que a partir de hoy, 13 de mayo de 2013, se revisarán las cabecitas de sus niños a la hora de la entrada y se regresarán a sus casas a los que tengan dichos animalitos para que los limpien y podrán reincorporarse cuando ya no los tengan. Evitemos una propagación mayor. Por el número de niños contagiados se dio aviso a la secretaría de Salud. Próximamente nos harán una visita. Atentamente: La dirección”.
Me acordé de mi madre que, con una tela blanca bañada en alcohol con ruda, me ponía a manera de turbante durante un lapso considerado. Después, empuñando un peine de madera con cerrados dientes, lo pasaba por mi ensortijado cabello y dejaba caer “piojos borrachos”. Fue en primer año de primaria, recién ingresado, que hubo una infestación de piojos... bastaba sacudirte la cabeza para que cayeran en tu pupitre...
Casi llorando, por el jalón de pelos con el peine de madera, le preguntaba a mi mamá por qué salían los piojos... con paciencia, sosteniendo mi cabeza en sus piernas, matando a cantidad de piojos y liendres, me respondía: “por el calor”.

IV
Algo ha de tener el calor que nos afecta... digo... no están ustedes para saberlo ni yo para contarlo, pero no aguanté más y acabé en calzones frente a mi compu. Veo las noticias donde sale Olga Alarcón Ricardez, dirigente xalapeña del Ompri, invitando a Mayra Cortés, panista “hecha a un lado” para la diputación local de Xalapa. Se habla de la pretensión que ocupe su lugar ¡Dalos Ulises Rodríguez! un priista que seguiría mamando del presupuesto pero del lado azul.
La noticia me da risa... hasta me acalora más de la cuenta... simplemente no imagino a Mayra Cortés aceptando la propuesta del PRI... cavilo... y un momento de frescura recorre mi cuerpo... ¡vamos! ni priistas ni panistas, ni perredistas ni ecologistas, ni de cualquier otro partido que me mencione, tienen respeto por las siglas que abanderan porque igual, al calor de la efervescencia electoral, se cambian de camiseta, de partido, de chaqueta y ahí tenemos a un Gerardo Buganza, un Joserra, un Yunes Linares, un Dalos Ulises, etcétera... no obstante, le tengo fe a Mayra Cortés, en espera de que mantenga la cabeza fría y no sea parte de este circo de chapulines y chaqueteros en que se ha vuelto nuestra política...
¿De qué habla el que le iba al Cruz Azul y hoy le va al América? Muy sencillo... mi campaña era de amor, no de política... y el calor se mantiene... tanto por Brenda como por el América...

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