domingo, 19 de mayo de 2013

¿Se puede crecer?

Brenda Caballero 
Números Rojos 

Este fin de semana me di un pequeño lujo. No…no fui al Azteca a ver el juego entre el América y Monterrey; tampoco fui al salsódromo de Boca del Río a ver a los artistas de este evento, que aunque algunos juran era gratuito, no faltó quien hizo su agosto en mayo con las famosas pulseritas que eran pase de entrada para los espectáculos.
Mi lujo fue más sencillo… ¡unos huevos en salsa verde acompañados con un jugo de naranja y betabel!
¿Y en dónde está el lujo? Preguntará usted. ¿Desayuno en un Penthouse, un avión, un crucero o “de perdis” en un día de campo?
Bueno hubiese sido, mínimo en la cama, pero hoy en día, a como están las cosas en el país, los huevos en salsa verde ¡son todo un lujo!
Para empezar, el tomate verde está a 49 pesos el kilo, a pesar de que el estado de Veracruz es productor. El chile, dependiendo su tipo, varía, pues el xalapeño está desde 35 pesos; el serrano, 39; hasta el de árbol, que casi llega a los 80 pesos. Súmele (sin albur) el costo del huevo, la cebolla y el gas LP.
Pero eso no es todo, el litro de jugo de naranja, betabel, zanahoria o toronja subió dos pesos. Es probable que me los ahorrara si yo lo hiciera y no lo comprara, pero repito: me di un pequeño lujo.
¿A poco no es cierto?
Por eso somos un país que come chatarra, porque mientras una bolsa de Cheetos cuesta 10 pesos, el kilo de papaya está en 16. Hasta un litro de leche es más caro que una Caribe Cooler. El precio de la primera oscila alrededor de los 14 pesos 30 centavos y el de la Caribe, 12 pesos 50 centavos.
¡Vaya discrepancias nutricionales!, es increíble que productos que deben ser básicos para la alimentación eleven su costo hasta en un 200 por ciento.
Apenas el viernes pasado, nuestro paisano Fernando Aportela, Subsecretario de Hacienda y Crédito Público, ajustó a la baja el crecimiento económico de México para este año de un 3.5 por ciento a 3.1 por ciento.
En otras palabras, el crecimiento económico significa el incremento de productos, bienes y servicios en un país, asimismo tiene que aumentar también la inversión y el ahorro, pero sobre todo mejorar la calidad de vida de la población.
Desde luego, esta medida era necesaria, pues dijeran por allí, crecimiento económico que no se ve reflejado los bolsillos de los ciudadanos, no es crecimiento.
No sé aún si el actual gobierno de Kike Peña sea bueno o malo, aún falta tiempo para poder contestar esa pregunta. Aunque he de reconocer que al menos las acciones emprendidas hasta el momento, así como el ajuste realizado al crecimiento económico es una medida para no ocultar las cifras.
Pero ¿se podían ocultar?... Posiblemente en un país que todo se puede…
Los gobiernos anteriores, del partido que fueran, lo hacían, bueno hasta nuestros días se puede ver que gobernadores y alcaldes se siguen empeñando en ocultar datos y cifras a la población, como si careciéramos de ojos, oídos y como si no nos diéramos cuenta que andamos con los bolsillos vacíos.
El ajuste al crecimiento se hace con base en información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en virtud de que precisamente en marzo, la producción industrial fue menor a la esperada, así como la actividad económica y el Producto Interno Bruto (PIB).
A lo mejor los gobernantes en turno nos oculten cosas, cifras y hechos que suceden, pero creo que todos sabemos cuánto traemos en los bolsillos y lo que nos cuesta comer unos huevos en salsa verde.

Email: caballero_brenda@hotmail.com

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