lunes, 1 de julio de 2013

Obsesión, ambición y mala operación

Mónica Camarena Crespo
Parque Juárez

Otra será la historia en el estado de Veracruz después del 7 de julio, la nueva conformación política pasada la elección, provocara una sacudida que podría tambalear a la más fuerte y bien sembrada palmera, aunque esta sea como decimos acá “ choncha “.
El PRI en Veracruz, aunque con un titular en el Comité Directivo Estatal, ha tomado decisiones con la venia de Palacio de Gobierno; en ese sentido, las culpas tendrán varios dueños.
Es un secreto a voces, de la mala operación desde la selección de candidatos a las Presidencias Municipales las cuales, hasta presuntamente precio tuvieron; de la ausencia en la mayoría de los ayuntamientos de buenos operadores priistas, los que a pesar de la falta de dinero, pudieran sacar adelante una responsabilidad, claro en caso de que hubiese compromiso como antes.
Coinciden los que saben como se manejan las cosas al interior, que son pocos los que traen dinero; Boca del Rio y Córdoba, lugares en donde se concentran los grandes cerebros electorales del PRI veracruzano, a los que más les vale entregar triunfos, pues muchos ya adelantan que serán premiados con una Secretaria de Despacho, como si fuera el gran regalo, tomando en cuenta la crisis económica que se vive y se vivirá, como apenas la semana pasada ilustraron los miembros de la CANACINTRA en Xalapa, los cuales exigieron pagos al gobierno del estado por casi 200 millones de pesos.
La obsesión de los priistas por Boca del Rio, les nubla la vista de la cantidad de municipios que pueden perder; los focos rojos en muchos ayuntamientos de gran importancia económica y política están prendidos, el reporte lo tienen bien documentado en la Secretaria de Gobernación.
Aunque los rojos adelantan triunfo en Boca del Rio, el municipio de la obsesión, hay otras encuestas que señalan lo contrario por ello tal vez, el cuidado que tuvo el Senador Emilio Gamboa de no adelantar un triunfo para el PRI en ese disputado ayuntamiento.
Concentrados en las Diputaciones Locales, los priistas podrían reducir considerablemente el número de gobiernos en ayuntamientos en comparación con la elección local de 2010; de ser así, la geografía electoral estaría borrando el rojo, con claros problemas para la elección federal del 2015, prioritaria para el Gobierno de Enrique Peña por la renovación de la Cámara de Diputados.
Para los priistas en Veracruz no hay un después; lo que medianamente pudieron hacer se vera plasmado en muy pocos días. Las campañas, en su mayoría grises, apagadas, sin entusiasmo, ya fueron captadas por la población, la que al final, es la más importante el 7 de julio, aún con todo y la famosa movilización roja.
El único real apoyo para el PRI en Veracruz, es el pleito en el que están enfrascados los panistas en todos los niveles; los escándalos que ellos mismo protagonizan y que podrían ahuyentar votos azules.
De ahí en fuera, el mayor problema para los priistas en Veracruz, son ellos mismos.

monicamarena@me.com

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