lunes, 15 de julio de 2013

PRI y PAN: sus intereses

Salvador Muñoz
Los Políticos

Una vez pasadas las elecciones, cada partido habrá de hacer un somero análisis de lo que fue su actuación en estos comicios pasados.
Un reconocimiento a aquellos partidos satélites, chiquitos, rémoras, cuya legislación mexicana, aunado a los votos de quienes sufragaron por ellos, les permite seguir viviendo a nuestras costillas.
Quisiera comentar sobre los tres partidos referentes de nuestra democracia, pero hablar del PRD, del Sol Azteca que participó desde su dirigencia en este pasado proceso, resulta ofensivo para el lector, al convertirse algunos de sus militantes en un caballo de Troya para destrozar desde sus intestinos al mismo partido. No en balde, el diputado federal Uriel Flores Aguayo bautizó al mismo partido como el "PRD Rojo".
En términos "democráticos", es ofensiva la sola presencia de un Sergio Rodríguez Cortés, actual "dirigente" del Sol Azteca y que jamás ha de quitarse la imagen de "empleado de gobierno del Estado" y ha de pasar a las hojas del anecdotario como el "perredista" que vendió, no al partido, sino toda una elección. Sacrificó el crecimiento del Sol Azteca por el propio, económicamente hablando... Vamos, esto último es una suposición, porque si no se vendió bien, eso sí sería a una grosería.
Aunque bien cabe aclarar que igual merece un reconocimiento el Político que orquestó la guerra intestinal del Sol Azteca. Desde un punto de vista estratégico, fue la jugada perfecta porque a como iban las cosas, con la posible alianza PAN-PRD, a lo mejor las cosas no hubieran concluido como acabaron. Dijeran: en la guerra y en el amor...
Y si bien no me quería extender tanto con el PRD, lo hice. Así que enfoco ya mi opinión en torno a los dos grandes referentes de esta elección: PRI y PAN.
El PRI fue una máquina casi perfecta. Sus resultados hablan de que se trabajó para ganar. Se apoyó en algunos casos en candidatos con percha de triunfadores, como Ricardo Ahued y Díez Francos; en otros, se apoyó en el partido; y en las imposiciones, es claro que en algunos casos, tuvieron suerte o mucho dinero, y en otros, se castigó el "dedazo".
El Tricolor debe sopesar sus derrotas, porque si bien son pocas, son significativas, aunque se quieran minimizar o calificar de Pírricas para la oposición. El mismo gobernador debe analizar qué razón hay para que en su distrito y municipio le finquen dolorosa derrota. Lo mismo deben hacer en Boca del Río, cuando se gana el distrito pero se pierde el ayuntamiento. Ahora que en términos de calidad, el PRI manda en el mayor número de municipios grandes, económicamente hablando y ni qué decir del control total en el Congreso con una mayoría aplastante, igual, bien pensada, calculada para mantenerse dentro de la margen que permite la Ley en un equilibrio de poderes disfrazado que parece un "camuflage democrático". ¿Válido? Sí, ¿democrático? sí ¿justo? no.
Insisto: El PRI apostó a ganar, jugó a ganar y casi le sale el juego perfecto.
Para concluir, el PAN ya no debe pensar en lo que pudo ser y ya no es, sino ver qué es lo que quiere de hoy en adelante y deberá empezar por su dirigencia y tratar de entender en qué se basaron sus triunfos, sus pocos triunfos pero significativos, en este proceso que fenece.
Al PAN por principio le hace falta un líder estatal, que no un dirigente. Pero, qué tipo de Líder, esa también es una pregunta a sopesar. Uno que sea aguerrido, golpeador, agresivo, que obligue a la admiración del populacho ante la crítica mordaz hacia el gobierno en el poder, o uno con carácter, inteligente, sin mácula, capaz de señalar sin que cuatro dedos de su mano también lo señalen.
Es claro que Cambranis carece de cualesquier de muchas de estas características y que, tras este proceso electoral, ya tiene nada que ofrecer. Entonces, ¿quién pudiera despertar al PAN si es que pretende volver a significarse como una fuerza opositora real?
En Córdoba, dentro de esa camada que nació con Tomás Ríos Bernal o Hugo Fernández, bien pudiera estar allí ese Líder, el que represente los ideales de un Clouthier o quizás, más aldeano el asunto, un Leal Angulo; pero si el PAN busca lo contrario, una fuerza que golpee donde duela, lastime, incomode, ahí está Miguel Ángel Yunes Linares, quien anda sin chamba.
Acaba de pasar el proceso electoral; es más, aún, no concluye en su totalidad, por ello, hay tiempo, tanto para el PRI y el PAN para que vayan pensando, analizando, qué es lo que más les conviene para sus intereses a futuro inmediato... El primer paso ya lo dieron... Uno triunfó y el otro perdió.

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