lunes, 15 de julio de 2013

El Sur: el páramo político del 7 de julio…

José Luis Ortega Vidal
Claroscuros

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El mapa político del sur veracruzano se ha reacomodado luego de las elecciones del 7 de julio.
En evolución constante –como la sociedad misma- el escenario electoral se vincula más al surgimiento y consolidación de grupos de poder, que a las depauperadas estructuras de los partidos políticos.

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En la década de los 90s el PRD llegó a dominar buena parte del espectro municipal y las representaciones legislativas desde Los Tuxtlas hasta el corredor industrial del río Coatzacoalcos.
San Andrés Tuxtla, Acayucan, Jáltipan, Cosoleacaque, Minatitlán y Coatzacoalcos son cabeceras importantes que el PRD gobernó en más de una ocasión y donde los diputados locales y federales tuvieron sello solaztequista.
A su vez, el Partido Acción Nacional contó con dos momentos muy importantes en su devenir político dentro de la región. Uno de ellos transcurrió entre la propia década de los 90s y buena parte de los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón.
La primera etapa del PAN sureño surgió del trabajo de construcción de empresarios, profesionistas, sociedad civil e importantes figuras políticas que armaron la barca azul bajo el liderazgo de César Leal Angulo y su malogrado heredero Alejandro “Pipo” Vázquez.
Hay que señalar que tanto en el caso del PAN como el del PRD su presencia en el sur veracruzano se impulsa desde liderazgos nacionales que vencieron al PRI en tres ocasiones y dos de ellas lograron sacarlo de Los Pinos: 1988 con Cuauhtémoc Cárdenas; 2000 con Vicente Fox y 2006 con Felipe Calderón; así como circunstancias históricas locales y regionales.

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La de 1988 fue una elección robada que animó el surgimiento de una oposición electoral de izquierda sureña.
Tal simpatía popular se refrendó en 1994 –aun con Cárdenas- y se consolidó con el surgimiento de Andrés Manuel López Obrador como el líder sucesor en el PRD.
De hecho, en el tabasqueño se montó la mayor parte de figuras políticas que ocuparon alcaldías, diputaciones, regidurías, así como liderazgos partidistas.
El panismo, a su vez, nació como un grupo de idealistas y dio paso poco a poco al surgimiento de hombres y mujeres de poder apoyados por el crecimiento azul en el país.
En los casos específicos de Acayucan y Cosoleacaque, en el 2003 el PAN tuvo en Cirilo Vázquez Lagunes un pacto que le produjo alcaldías y diputaciones federales en ambos distritos; luego de que el último cacique de la región fuera encarcelado por el alemanismo.
El retorno de Vázquez Lagunes al Sur ocurrió a finales de los 90s –tras ser proscrito de la entidad en el gobierno de Fernando Gutiérrez Barrios- y respondió a una coyuntura manejada por Alejandro Montano cuando fue un poderoso y frustrado aspirante a sucesor en el sexenio alemanista.
Desde luego, el trato fue entre priístas pero -fuera de control- Cirilo Vázquez terminó preso y desde el penal de “Pacho Viejo” hizo crecer al PAN como nunca en el Sur.

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En resumen, las décadas de los 90s y 2000 en el sur de Veracruz fueron marcadas por el surgimiento del PRD y el PAN como dos fuerzas opositoras al PRI, que se alimentaron de la consolidación opositora nacional, pero también de inconformidades sociales nativas; algunas de ellas al interior del propio partido tricolor.

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La pregunta es: ¿qué les pasó?
Otra duda: ¿El PRI resurgió como partido o como una organización lejana a su origen popular y transformado en un aparato estrictamente avocado al control político?
Ya sabemos que el dinosaurio aún sigue aquí.
Pero: ¿Está solo o pactó con sus enemigos y los convirtió en nuevos miembros del parque jurásico?

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La elección del 2013 ofrece un panorama distinto al que podemos encontrar en un análisis de los comicios durante las décadas precedentes:
a) Los partidos opositores reales: PAN y PRD se perdieron en su laberinto. Mientras fueron oposición y no contaban con recursos lucharon con fuerza y lograron el éxito en las urnas.
b) Una vez convertidos en gobierno, en ambos partidos surgieron las ambiciones y el reparto del botín los dividió al grado de casi desaparecer en la región.
c) El PRI vive una evolución interesante: ya no es el partido de los sectores. Ahora es la cofradía de los grupos de poder.
d) En las elecciones del 7 de julio en el Sur de Veracruz los triunfadores han sido quienes se sentaron a una mesa a repartir el pastel; lo cual se hizo desde mucho antes de las campañas; por lo menos desde diciembre del 2012.
e) A esa mesa, por cierto, fueron invitados grupos de poder que siempre han estado en el PRI, pero también algunos identificados con el PRD y con el PAN.
f) Los partidos políticos no representan el poder en el Sur de la entidad. Todos están sujetos a intereses económicos, financieros, políticos, que rebasan su estructura. La militancia en ellos dejó de ser clientelar para convertirse en empleada.
g) Ante la falta de liderazgos nacionales y estatales que sujeten a todos los partidos –incluyendo al PRI- el poder se divide entre figuras regionales.
h) Y estas figuras operan en el PRI, se pasan al PRD, brincan al PAN; hacen como que se pelean y al final terminan todos con su respectivo pedazo de pastel legislativo, edilicio, económico.

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He aquí un vistazo al páramo que nos heredó el domingo 7 de julio.

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