domingo, 28 de julio de 2013

Un día sin autobús

Salvador Muñoz
Los Políticos

Este día ha de iniciar un programa más por parte de nuestras autoridades en aras de resolver o paliar el problema de vialidad que reina en la capital veracruzana: Un día sin autobús.
Son cerca de 300 unidades de lo que eufemísticamente se llama “Servicio Urbano” las que habrán de dejar de circular por día, de lunes a viernes.
A simple vista, pregunto, ¿a quién se busca beneficiar con la ausencia de estas 300 unidades? ¿al usuario? No, no creo, porque para sus prisas, tendrán menos opciones para abordar la unidad que lo acerque a su destino (la ventaja ahora es que son vacaciones)... ¿al concesionario? Pues sólo que ese día que no circula, lleve al taller para una afinación y checada en general a la unidad... ¡ja! ¡Sarcasmo puro! ¿Al motociclista? Digo, quienes hemos tenido la desgracia de conducir detrás de un “urbano”, debemos de pensar en traer un tanque de oxígeno porque los baños de monóxido de carbono ¡son fabulosos! (sí, otro poco de sarcasmo)... Yo creo que a quien se pretende beneficiar en un momento dado es al dueño de un vehículo de uso particular en aras de que no tenga tantos armatostes circulando y estorbando su tránsito en nuestras demasiadas y estrechas calles xalapeñas.
Por ahí cité “Monóxido de Carbono”... pues más allá de ser un un gas que creemos ver en el humo de nuestros “Urbanos” arrojar que da gusto en cada arranque que hacen, podemos describirlo de una manera más sencilla: es un veneno.
Sí, veneno que la mayoría de los xalapeños agregamos cada día con el uso de nuestras unidades motoras aunque hay que citar que son las de prestación de servicio concesionado las que arrojan con ganas que da gusto...
Usted ha de decir: ¿Y la revista vehicular? Tal revista parece de TV Novelas... ¡es puro chisme! Baste dar una “mordida” que va entre 300 y 500 pesos para que le extiendan un papel y el chofer siga arrojando humo indiscriminadamente. Esto, dicho por los mismos taxistas...
Si se apuesta a un programa, debería ser “Un Día sin Chimeneas” y retirar a esas unidades... o mejor aún: quitarles sus concesiones porque lo que hacen es un crimen.
Por eso creo que el programa de “Un día sin autobús” es querer hacer algo pero no resolverlo...
Sí, a lo mejor el lector tache al que escribe como un “contreras” que nunca, nada de lo que hacen nuestras autoridades, lo calienta o lo contenta... ¡y tiene razón!
Pero, si de verdad nuestras autoridades quisieran resolver el problema debieran empezar por acabar con la corrupción en esos establecimientos donde por módicas cantidades “aprueba” cualquiera la revista...
Y si de intenciones se trata, por qué no llamar a los concesionarios a cambiar sus chatarras, tanto de modelo como de tamaño...
Y no digan que es imposible... empresas como cocacola, de gas y hasta de comida chatarra, utilizan unidades más pequeñas en algunos circuitos de la ciudad que evitan estorbar en la circulación y a lo mejor contaminen menos.
El siguiente paso, después del tamaño, sería unidades híbridas porque el concesionario debe empezar a pensar como un empresario ambientalista... si quieren mantener la concesión, ¡actualícense!
Es increíble ver unidades tanto del “servicio urbano” como taxis, en pésimas condiciones circulando por la capital veracruzana. Realmente el transporte público está muy lejos de dar una buena imagen tanto para el turista como para el usuario... ¡nuestro servicio de transporte en su mayoría es totolero!
Sí, “Un día sin autobús” es una buena idea pero lejos está de resolver en serio los problemas de vialidad, de tránsito y de contaminación porque nuestras autoridades están sujetas a los intereses de los grandes concesionarios, siendo la mayor parte de ellos políticos o servidores públicos que están dispuestos a ganar, nunca a invertir.

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