jueves, 22 de agosto de 2013

¿Quiere Usted una Reforma Energética?

Brenda Caballero
Números Rojos

Desde antes que presentara Kike Peña la propuesta de Reforma Energética, todos opinamos al respecto: los empresarios, los periodistas, los intelectuales, los inversionistas, los partidos y por supuesto, los políticos.
Por eso, no me extraña el escuchar, leer y oír comentarios y más comentarios de la Reforma Energética; en contra, a favor, dependiendo si el interesado es de derecha, de izquierda o de centro.
Tristemente, su opinión no es neutra, ya que cada personaje tiene sus propios intereses y lo único que logran es confundir a los ciudadanos o dejarlos en el hartazgo, al grado que dejan esos temas tan importantes para los mexicanos en el limbo.
Hace unos días, hubo hasta un debate en la radio veracruzana entre el senador priísta Héctor Yunes Landa y el coordinador en Veracruz del Movimiento Progresista, Juan Vergel Pacheco.
Como era de esperarse, cada quién definió y defendió su postura. Héctor, como siempre, demostró gran conocimiento de la iniciativa presentada por Kike Peña, argumentando la no privatización de Pemex, asunto que es el ojo del huracán y el meollo del asunto.
Punto a favor doy a Héctor al comentar que la Reforma no se ha explicado de forma correcta a la población. Cosa muy cierta, pues muchos desconocen los puntos principales de la Reforma, y otros más ni siquiera saben de la iniciativa.
 más, doble punto al choleño por la propuesta de información para con los ciudadanos señalando los puntos relevantes como la necesidad del dinero para poder echar a andar Pemex (lógicamente de capital privado, pues las empresas extranjeras son las que tienen el dinero, la infrestructura, los conocimientos, la experiencia y la capacidad para poder sacar adelante a la paraestatal), que si bien dice Andrés Manuel, no está quebrada, tiene muchos vicios dentro de la misma. Así que podríamos empezar diciendo que el que no esté de acuerdo con la privatización, proponga cuánto aportará para que no se lleve a cabo. No olvidemos que vivimos en un sistema capitalista y todo es movido por Don Dinero.
Dentro de su etapa de convencimiento, objetivo de todo debate y de todo político, Héctor Yunes manejó temas que nos interesan a los ciudadanos: “los costos”. Manifestó que uno de los objetivos de la tan cacareada Reforma es que dejen de subir los la gasolina, el diesel, el gas o la energía eléctrica, temas verdaderamente impactantes en nuestro bolsillo y de nuestro real interés.
Lógicamente, para que estuviéramos bien convencidos, nos dijo que los inversionistas privados compartirían las utilidades y los riesgos, que no se llevarían el petróleo a otro país, sino que sería vendido, obteniendo así un porcentaje, y por ende un beneficio para todos.
Tengo 34 años y en ese lapso he vivido, se supone, con un Pemex y una CFE totalmente mexicanos y discúlpenme por lo que voy a escribir, pero desconozco todos los beneficios obtenidos como ciudadana por parte de esos organismos.
¡Ingrata mujer! Dirán algunos… ¡ignorante! Dirán otros ¿y los subsidios a la energía eléctrica? ¿Y la gasolina que antes era una de las más baratas del mundo? ¿Y todo el gas que te sirvió para cocinar y poder comer? ¿Y las participaciones federales recaudadas por el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) distribuido en obras a tu estado? ¿No son beneficios?
Todo eso es cierto, bueno no tanto, pues si Pemex representó por muchos años los ingresos de México, la lógica dice que sus ciudadanos deberían vivir mejor o al menos el porcentaje de pobres no debería ser tan alto como se reporta en la actualidad ¿O no?
Tocó el turno de la izquierda en el debate. Tomó la palabra Juan Vergel, donde no había que ser tan inteligente para deducir una cosa: “hablaría en contra” de la Reforma Energética.
Poco antes, Héctor Yunes recalcaba que la Reforma no era un tema político, sino un tema de la sociedad; luego entonces ¿Por qué lo politizan? ¿por qué lo hacen de colores partidistas? ¿Por qué no hacen un análisis de los pros y contras de la Reforma Energética sin intereses propios? ¿Por qué no toman en cuenta la opinión ciudadana?
Suena hasta cierto punto lógico una modificación a la Constitución, pues si hay un cambio de fondo debe ser expresado; sin embargo, allí deberían intervenir juristas que tengan independencia mental y que verdaderamente busquen un bien común.
Punto a Vergel al proponer una consulta ciudadana, que si bien tiene un costo, dejaría a millones tranquilos, puesto que es un tema ciudadano. Aunque aquí habría que hacer un paréntesis, pues no se vale votar en contra o a favor cuando no se tiene conocimiento de la Reforma. Difiero en el punto que propone Vergel relativo a que los Representantes Populares sean los que encuesten, que ciertamente son la voz del pueblo ¡pero sólo falta que los partidos lleven sus acarreados! ¡Ya sabríamos el resultado!
Doble punto a Vergel al manifestarse sobre el tema de la corrupción y su combate que no se ha tocado. Sólo habría que pensar quién informará lo que realmente producen las empresas extranjeras ¿Y si le dan su mochada al representante de Pemex para que informe menos producción en aguas profundas?
No sólo puntos a favor doy al senador Héctor Yunes, sino un gran tache al manifestar que los ciudadanos ya tuvimos nuestra consulta ciudadana, pues según él, al emitir nuestro voto en las pasadas elecciones por los candidatos a diputados, senadores y por el presidente de la república dimos el “sí”, puesto que la Reforma venía incluida en la propuesta del candidato.
Señor senador, creo que ese comentario no ayuda a su partido, ni a la Reforma Energética ni a la ciudadanía como es su pretensión. Ciertamente ustedes son nuestra voz en el Congreso; sin embargo, no puede asegurar que ésa era la decisión de los electores que votaron por el tricolor.
Y para ello, déjeme citar algunos datos de la encuesta “La Cultura Política de los Jóvenes en México” realizada para el IFE por el Colegio de México y Berumen y Asociados dos semanas antes las elecciones del año pasado.
Según la pregunta 49 ¿Con cuál de los partidos se identifica más? El 28.90 por ciento de los jóvenes manifestó que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), seguido por 18.60 por ciento que manifiesta una identificación hacia el Partido de la Revolución Democrática y un 17.10 por ciento por el Partido Acción Nacional.
Ahora, si comparamos la respuesta de la pregunta 61: ¿Usted, que tan de acuerdo o desacuerdo está con las siguientes frases? “Inversión Privada en Pemex”, el 70.70 de los jóvenes manifestó un desacuerdo con sólo un 22.20 de acuerdo.
Lo anterior revela que aunque haya mayoría priísta, no todos votaron por las propuestas de los partidos. Luego entonces, habría que considerar la posibilidad de que se informe detalladamente a la gente sobre esta reforma y haya una encuesta ciudadana, pues sería feo creer que “nos la metieron a huevo”.

Email: caballero_brenda@hotmail.com

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