miércoles, 4 de septiembre de 2013

Entre los maestros y el megacable

Brenda Caballero
Números Rojos

Los mexicanos están enojados, incluida yo. El malestar es general en la población a causa de los manifestantes. El centro y las calles principales de la capital veracruzana paralizadas al igual que muchas ciudades en el país. La carretera federal México-Veracruz un caos. Los automovilistas tocan el claxon, gritan consignas y mientan madres contra unos maestros desconcertados ante la ausencia de un líder que les dé seguridad, pues se sienten despojados de sus derechos laborales conseguidos durante años, recurriendo a lo único posible: manifestarse en la vía pública y defender lo indefendible, pues la Reforma “Educativa” ha sido aprobada por completo con la Ley de Servicio Profesional Docente.

Es difícil opinar cuando no se está en los zapatos de la persona afectada, y aunque se quiera ser imparcial, dependiendo el lado del que se vea, siempre será como el vaso: medio vacío o medio lleno. Lo que sí me queda claro es que más que ser una Reforma Educativa cae en una Laboral que trata de meter en cintura a los docentes que se sienten heridos desde la estocada del Gobierno con la detención de la dirigente sindical Elba Esther Gordillo.
Las críticas surgen contra los maestros: “huevones”, “flojos”, “deberían estar en las aulas enseñando y no andar haciendo manifestaciones”, “Pobres niños, con esa educación que reciben”, “Qué bueno que les pase eso, por revoltosos”, “Tenían demasiados privilegios”. Incluso, los burócratas de los diferentes niveles, hacen sus comentarios despectivos, olvidando que de los logros de los maestros dependen los suyos. Eso es parte de lo que se escucha o que se puede ver en las redes sociales: opiniones divididas.
Los docentes, por su parte, piden a la ciudadanía entienda sus problemas, incluso en algunas escuelas solicitaron la unión de los padres de familia en su manifestación argumentando que con esas medidas la educación se privatizará y no será gratuita.
El Gobierno, por su parte, se mantiene firme en establecer estructuras para mejorar el país y el estado de derecho de los mexicanos, siendo esa reforma y otras que vienen necesarias para México. Desde luego que no va a dar marcha atrás ante los grupos de presión, pues de lo contrario se mostraría una debilidad gubernamental... contra eso serán utilizados todos los “instrumentos posibles”, ya lo dijo Peña Nieto.
Estoy enojada, decía al principio. Confieso también haberme manifestado. Aunque no fue con los maestros ni con los transeúntes molestos por el caos y el tráfico. Tampoco con los padres de familia indignados con la falta de clases ni con los niños en edad escolar.
Mi manifestación fue solitaria contra una empresa que en lugar de proporcionar un servicio proporciona problemas: Megacable. Aunque en mi opinión debería llamarse Pesi-cable,  Queja-cable, Espanto-cable o quizás Cable-diabólico, Exorci-cable o todo aquello que genere espanto, horror o desesperación como las reformas estructurales. Pues todo aquel que pasa por Atención a Clientes, sale con un “Sexto sentido”, es decir como si hubiese visto gente muerta o al propio chamuco.
Eran las 15:37 del día de ayer cuando llegaba nuevamente a las oficinas de Megacable, después de dos visitas a la misma, previas diez llamadas telefónicas de reporte por falta de servicio desde el pasado viernes. Y no por falta de pago, pues puntualmente la administración de la empresa lo carga a mi tarjeta de crédito.
Saqué mi turno mientras esperaba entre una sala llena de gente, mala señal, pues si ofreciera un buen servicio estaría vacía ¿no lo cree?
Por fin pasé con un ejecutivo, al que le conté nuevamente que tenía seis días sin señal y que me habían prometido el restablecimiento del sistema a más tardar a las cuatro, y que ya eran cinco minutos antes de la hora prometida y que ni siquiera se habían comunicado conmigo.
Revisa el sistema y durante esos días el reporte del técnico fue: Desecho de la solicitud de atención por haber asistido tres veces al domicilio sin haberlo encontrado, luego entonces ¿Cómo me lo cortaron? Siguiente informe: No contestan los teléfonos. Qué mala suerte pues di tres números telefónicos, santo y seña de mi casa, mi celular y hasta el nombre de mi perro. Siguiente informe. No hay nadie en casa. Vaya información recabada. Ante tanta mentira en mi propia cara le dije que no me iría hasta que me restablecieran el servicio y le comprobaría que ni siquiera sonaría mi teléfono para que reportaran tales atrocidades. A lo que con un gesto de desgano se encogió de hombros y me dijo que le darían seguimiento.
Me levanté y me dirigí a la sala a esperar, mientras otros quejosos en iguales o peores circunstancias que yo, hacían uso de la palabra ante unos ejecutivos que ya ni se inmutaban.
No me han puesto el servicio y  ya lo pagué”, “Me están cobrando demás”, “El técnico llamó y dijo que iba ayer y no ha llegado”... uuuyyy esa historia ya me la sé.
16:47 horas. Decido escribir estas líneas a mano aunque sea, mientras espero la llamada del servicio técnico como me prometieron. Tengo hambre y ganas de ir al baño, además de que el clima empieza a calar mis huesos. ¡Upsss! ahora entiendo a los que se manifiestan ¿vale la pena? ¿causa justa? ¿cancelo el servicio?
Saco otro turno, ahora el 90 y me vuelvo a sentar, espero paciente y sigo escribiendo.
Los comentarios en la sala no se hacen esperar. Los maestros siguen allí, en la carretera, obstruyendo el paso, mientras los automovilistas se han brincado de carril y los pasajeros del transporte público deciden seguir su ruta a pie.
¿Por qué pago un servicio así? me pregunto, ¿Por qué el gobierno no defiende mi estado de derecho? Ir a la Profeco, sería otro día perdido.
17:10 horas, me llama el ejecutivo. Me vuelven a preguntar si ya tengo servicio, a lo que doy una negación como respuesta. La señorita vuelve a llamar para que me proporcionen al técnico, en ese momento recibo una llamada, ¡el técnico por fin encontró mi casa! Aleluya… ¿Sería por mi manifestación y mi plantón?
Agradezco la atención del personal mientras observo los niños de la señora que sigue reclamando su cobro excesivo. Se están manifestando: revolcándose en el piso. Están desesperados, chocados, hartos como yo, como muchos mexicanos que no entienden el mundo en que vivimos. Pero su manifestación sirvió, su mamá los levanta del piso y salen del lugar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El termino correcto es Mecagable