jueves, 19 de septiembre de 2013

Reforma en tres actos

Brenda Caballero
Números Rojos

Lógico sería que empezara estas líneas como los chistes de nacionalidades: Había un ruso, un estadounidense y un mexicano. Sin embargo, mi sarcasmo no llega a tanto. Por lo que sólo trataré de hacer tres actos sobre el impacto de la Reforma Fiscal en las clases pobre, media y rica.

Primer acto:
Se encuentra la familia Pérez reunida. Creo que es un cuarto de 6 por 6 metros cuadrados en el que tienen dos catres donde duermen los cuatro chamacos y junto a ellos, los padres de éstos: María y Juan. A medio metro, una pequeña parrilla eléctrica donde cocinan frijoles, quelites y cuando la pepena es buena, algún par de huevos. Por fortuna no rentan, ya que hace un par de años, junto con otros compañeros, le hicieron al paracaidismo. No pagan luz pues tienen unos diablitos bien puestos. Y pues por el agua tampoco se preocupan: recolectan la de lluvia. No compran calzado ni ropa pues se visten de lo que va cayendo en los contenedores de basura o de lo que les regala la gente. Nachito, el hijo mayor, está próximo a entrar a la escuela. María y Juan no tenían ganas de llevarlo, puesto que ni ellos terminaron la primaria; sin embargo, han escuchado que si los chamacos no estudian, el Gobierno Federal no los ayuda con sus programas sociales, motivo poderoso para tomar la decisión de “educarlos”. Incluso, han pensado en cargar con la suegra para que también se apunte en el 65 y más y la ayuda sea mayor. Cuando son épocas electorales, la familia Pérez recibe una doble bendición monetaria, ya que son invitados a mítines fuera de su ciudad por grandes políticos, los que ponen camiones hasta su colonia, tortas y refrescos y una gratificación extra. Tienen bastantes perros y gatos que alimentan de los desperdicios. Ellos no conocen los impuestos, ni los pagan a menos de que extraordinariamente compren un artículo de lujo.

Segundo acto:
La familia Pérez vive en un departamento que rentan y que el próximo año subirá, porque incluirá IVA. Aunque estaban pensando en comprar una casa con un crédito hipotecario, les será imposible pues también tendrá el 16 por ciento de IVA y saldrá más caro. Juan ganaba 41 mil 667 pesos brutos al mes; sin embargo, con la nueva tasa que gravará el Impuesto Sobre la Renta a su salario al 32 por ciento para los que ganen 500 mil pesos o más al año, realmente recibirá 28 mil 333 pesos netos. Está preocupado porque Nachito entrará a la escuela, pues tanto María y él habían decidido que fuera de paga con tal de que se preparara mejor para el futuro, pero con eso del IVA a las colegiaturas, le está pensando. María le ha dicho que ha salido a buscar trabajo, ya que lo que tiene ya no les alcanza… el gas y la gasolina suben cada mes; bajará el subsidio que tienen de la luz y ahora, para amolarla, la coca que acompañaba la comida, también se incrementará; sin embargo, los empleos que encuentra son con sueldos bajos y sin prestaciones de seguro social, vales de despensa impresos y reparto de utilidades… vaya, ni pensar en vender oro o joyería pues saldrá caro… también tendrá IVA.
Juan y su familia de vez en cuando se daban el lujo de ir a ver algún partido de las Águilas del América al Azteca; sin embargo, tendrán que verlo sólo por televisión ya que el boleto de entrada también tendrá IVA.
Qué decir del pequeño Toto, un perro de raza chihuahua de la familia, quien también sufrirá las consecuencias del IVA pues gravarán sus croquetas.
Al principio, se alegraron de que el Gobierno no pusiera IVA a alimentos y medicinas; sin embargo, haciendo cuentas, salió más caro el caldo que las albóndigas. Ellos apuestan a que subirán hasta los alimentos pues también gravarán los plaguicidas que los desinfectan y con eso que sube la gasolina y el diesel, les irá como en feria, ¡que también al parecer será gravada por los estados! Pues no es circo.

Tercer acto:
El Consorcio Pérez Asociados ha llamado a una junta extra urgente para analizar el impacto que tendrá en su grupo empresarial la nueva Reforma Fiscal propuesta por el Gobierno Federal.
Juan, el presidente de los empresarios toma la palabra y celebra que se haya quitado el Impuesto a los Depósitos en Efectivo y el Impuesto Empresarial a Tasa Única, ya que hacían que pagaran siempre mucho más. María, otra de las socias, interviene de inmediato, diciendo que resultó benéfica la presión y el apoyo otorgado durante la campaña… la promesa se cumplió.
Los contadores, sin embargo, mencionan que habrá que establecer una estrategia fiscal puesto que las diferentes empresas que tienen dentro del régimen de consolidación serán gravadas; asimismo, las utilidades de las inversiones que se efectúen en la bolsa de valores.
La preocupación de los socios se ve interrumpida por un servicio de meseros con bocadillos y bebidas. De inmediato, un contador afirma: “ya no podremos deducir estos servicios de restaurantes ni la deducción inmediata”.
Ignacio, el administrador único toma la palabra y con voz firme dice: “Llamen a los abogados, que analicen bien la ley, tiene que haber huecos que podamos aprovechar en algún juicio contra Hacienda y salir ilesos de los impuestos”.

Cierran telón
El final correcto sería “¿Cómo se llamo el acto?”, sin embargo, para efectos fiscales, tenemos una reforma para este final que bien podría ser: “¿Quién va a pagar más impuestos?”




Email: caballero_brenda@hotmail.com

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