De la patada

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Salvador Muñoz
Los Políticos

Sé que a mucha gente no le gusta el fútbol, que les parece estúpido que haya 22 personas corriendo tras un balón, que es un distractor de masas y un jugoso negocio, un buen pretexto para "chelear" con los cuates y lo que usted quiera agregar... Pero por esta ocasión, no le parece que así como se resuelven algunas cosas en nuestro balompié, sea con los hombres de pantalones cortos o largos, ¿se hiciera en nuestra vida política?
Vamos, así con esa facilidad con la que un Emilio Azcárraga llega, grita, patalea y hace berrinche para sacar a un Víctor Manuel Vucetich de la Selección Nacional, lo mismo se hiciera con su alcalde, diputado, gobernador y, por qué no, hasta su presidente, porque no entrega resultados positivos?
Estoy de acuerdo, medir el trabajo de un director técnico como el Piojo Herrera es más sencillo que hacerlo con la labor de un representante popular. Por ejemplo, no recuerdo a un alcalde que haya transformado en su periodo, a una ciudad como ocurrió en Orizaba con Juan Manuel Diez Francos... Lo curioso es que, cuando el edil empezó la mutación de la Pluviosilla, recibió cantidad de ataques aunque al final, tapó la boca de sus detractores con los resultados.
Aunque, a fuerza de ser sinceros, la crítica y sanción a un director técnico o a un jugador, o hasta a un dueño de un equipo, es más fácil de aplicar que llevarla a cabo en nuestros políticos… si no me cree, cheque los siguientes ejemplos:

* Con qué facilidad se llevaría la tarjeta roja Arturo Bermúdez Zurita por juego peligroso, entrada con fuerza desmedida y con los "tacos" por delante contra los maestros... En cualquier estadio ¡ya estaría suspendido!

* Cuauhtémoc Velázquez sería el rey de las tarjetas amarillas por las constantes zancadillas que mete, tanto en Palacio municipal como en Gobierno del Estado... Corta el juego o las oportunidades de avance de quienes considera enemigos... Suyos.

* A quien podrían pintar de amarillo es al administrativo de la secretaría de Gobierno, Manuel Guadalupe de León Maza por las constantes metidas de mano en aras de seguir impulsando su imagen y presencia en Pánuco para convertirse en candidato a diputado federal... Al tiempo...

* Si fuera portero, Roberto López Santoyo provocaría tantos tiros indirectos porque cómo tarda para poner en juego el reglamento de Tránsito, llevamos dos años esperando... Sin contar de que debe de dejar de pensar que sólo el centro de la ciudad es su competencia porque así, sólo exhibe su incompetencia.

* Algunos presidentes de partidos políticos serían sancionados en tiempos electorales por obstaculizar, pero no a los rivales, sino a sus mismos militantes...

* Al alcalde electo por Banderilla, Esteban de Jesús Acosta Lagunes, algunos ciudadanos de su municipio y fuereños lo sancionarían por conducta inapropiada... Por llegar a altas horas de la noche a comprar "chelas" con aires de "patrón".

* Mientras en el soccer, cuando un jugador festeja un gol quitándose la camiseta, en política, despojarse de la camiseta es por enojo... Pero sólo se sanciona al primero... Al chaquetero ¡jamás! Ejemplos, sobran: Brenda Abigail Reyes, Peperra Gutiérrez de Velasco, Juan René Chiunti y un largo etcétera.

* Toda simulación en el terreno de juego que tenga por finalidad engañar al árbitro, es sancionada como conducta antideportiva... En política, todo es simulación con la finalidad de engañar al ciudadano y aparecen en Primera Plana...

* En el fut, si un jugador emplea lenguaje o gesticula de manera ofensiva, grosera u obscena, le sacan tarjeta roja... En política, se lo festejan.

* Un jugador con bajo nivel de juego se la pasa en la banca... A un político perdedor lo recompensan con un puesto en el gabinete... Como a Paco-tilla, digo, Paco Portilla o a Manuel el Flaco Del Castillo.

En fin... Pero porque las cosas en nuestra política común y corriente no se resuelvan como se hace en nuestro balompié nacional, no ha de signficar que no haya semejanza... Al Piojo Herrera se le considera el Salvador de México; a la Nauyaca Herrera, el devastador de Veracruz... Como sea, en ambos casos, las cosas son ¡de la patada!