lunes, 7 de octubre de 2013

El movimiento magisterial

Luis Alberto Romero
Hora Cero

Con éxito cerró el Hay Festival Xalapa 2013, que se ha consolidado como referente cultural de la entidad, por la calidad de los invitados, ponentes y programa en general.
Habría que destacar la participación de escritores y pensadores que han recibido reconocimientos internacionales. Ello ha contribuido a que en tres años, el Hay Festival se consolide como una de las opciones más atractivas del sureste del país en materia de literatura, periodismo y cultura.
Sin embargo, la información más relevante de este fin de semana no es la que se generó en dicha actividad cultural de la capital veracruzana, sino que surge en la ciudad de México, donde se registró lo que podría considerarse como el inicio de la solución al problema derivado de la inconformidad del magisterio contra la reforma educativa.
Este domingo, los maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación determinaron retirar su plantón masivo en la ciudad de México, luego de que el grupo que negoció con los representantes de la Secretaría de Gobernación diera a conocer a sus agremiados de las siete regiones de Oaxaca, los acuerdos alcanzados con el gobierno federal.
Pues bien, 6 mil 660 maestros votaron por el regreso gradual a las aulas, mientras que 3 mil 951 afiliados a la Coordinadora, los considerados más radicales, los “duros” dentro de la organización, se pronunciaron por mantener el movimiento. Finalmente, ganó el grupo “moderado” y los maestros de la 22 regresarán a sus centros de trabajo a partir de este martes.
Durante ocho semanas, el magisterio de Oaxaca llevó a cabo su movimiento contra la reforma educativa, que incluyó marchas, plantones, bloqueos, obstrucción de vialidades y carreteras, toma de casetas de peaje y, sobre todo, la suspensión de actividades en escuelas públicas, como medida de presión contra el gobierno federal.
Por si fuera poco, el movimiento de la Sección 22 de la Coordinadora envió a varios estados, Veracruz entre ellos, a operadores, agitadores dicen algunos, para organizar a los maestros disidentes y, de paso, asestar un duro golpe al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el SNTE, cuyos líderes formales han sido cuestionados, rebasados e, incluso, desconocidos por sus propias bases.
En las negociaciones con la Secretaría de Gobernación, a los maestros de la Coordinadora se les planteó un recuento de todo lo que han solicitado y de todas las exigencias que el gobierno federal les ha cumplido, a pesar de que la principal característica de ese movimiento es demandar beneficios sin comprometerse a finalizar sus protestas.
Lo que es peor, en las mesas de diálogo entre las partes, las demandas y el nivel de exigencia de los maestros disidentes suben sistemáticamente, al igual que la actitud de violencia, confrontación y choque. Una prueba de ello son los enfrentamientos violentos contra las fuerzas del orden durante las manifestaciones de la semana pasada.
El caso es que, al parecer, las reuniones con la Secretaría de Gobernación han llegado al límite y finalmente los maestros de la Coordinadora decidieron comenzar el regreso a clases. Veremos cuánto dura y también si esta vez cumplen con los acuerdos.
Por cierto, dos puntos llaman poderosamente la atención: uno, la forma en que fue excluido, aislado en estas negociaciones el secretario de educación pública, Emilio Chuayffet, y dos, la manera en que el gobierno de Oaxaca, encabezado por Gabino Cué, fue rebasado por el movimiento magisterial.

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