jueves, 17 de octubre de 2013

Las mentiras de los Maestros

José Ortiz Medina
En Corto... sin Cortes

Los maestros que aún se mantienen en protesta contra la Reforma Educativa, además de flojos, resultaron ser unos verdaderos mentirosos.
Y es que, para granjearse la simpatía de los padres de familia, en los primeros días de su movimiento de resistencia, les dijeron, entre otras cosas, que la reforma y sus leyes secundarias los obligarían a pagar cuotas por estudiar, lo que en buen castellano significaría una privatización del sistema educativo, y los servicios básicos de las escuelas.
Pero vayamos por partes. Las cuotas desde siempre se han pagado, y aunque las autoridades educativas digan que son indebidas, las sociedades de padres de familia las han asumido como obligaciones y las siguen cobrando.
Lo peor del caso es que, en muchas ocasiones, se pagaban y no se sabía el destino de esos recursos.
La Reforma ciertamente habla de cuotas, pero especifica para qué son. Esos dineros se utilizarán para arreglos de las escuelas y para el pago de algunos servicios. Lo mejor de todo es que ahora sí habrá a quien reclamarle si no ejercen ese capital.
Pero los maestros simpatizantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, llegados de Oaxaca muchos de ellos, proyectaron a los paterfamilias otra película.
Les dijeron que con la Reforma ahora tendrían que pagar los servicios básicos de las instituciones educativas, por ejemplo.
Ahora, los papás dicen apoyar al movimiento magisterial porque ya les llegaron los primeros recibos de agua y luz. ¿Hábrase visto tanta maldad?
Por supuesto que eso es mentira porque los servicios siempre los han pagado las instituciones educativas. De buena fe, algún Ayuntamiento les paga el agua, la luz o les condona el predial; pero no existe una obligatoriedad de cualquier gobierno en ese sentido.
Así que paterfamilias, no se dejen engañar; mejor pidan a esos maestros que trabajen y eduquen a sus hijos, que para eso les pagan y muy bien.

DESDE LOS últimos dos períodos ha estado aspirando a la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia del Estado. Es una voz crítica, con una gran solvencia moral. Nadie la ha señalado de deshonesta porque simple y sencillamente se ha conducido con rectitud y probidad. Conoce como nadie los intríngulis del Poder Judicial del Estado de Veracruz, porque ella comenzó desde abajo, pero muy abajo. Comenzó como escribiente hace 41 años, apenas tendría unos 18 años. Escaló todos los peldaños, conoció de las carencias y sufrimientos de los trabajadores al grado de que fue pieza angular para la conformación del sindicato de empleados. Llegó a ser juez y luego magistrada. En sus cuatro décadas de carrera en el TSJE, es de las pocas o pocos que camina con la frente muy en alto y nadie, absolutamente nadie la puede señalar de corrupta. Jamás, nunca, ha torcido la ley. Esas prácticas nocivas, esas triquiñuelas, esas componendas no existen en su ADN. Por supuesto que nos referimos a Yolanda Cecilia Castañeda. Ella no nació para delinquir desde el privilegiado sitio de la impartición de la justicia. Su prestigio ha trascendido fronteras pues no sólo ha sido reconocida en el Estado de Veracruz sino a nivel nacional. Hace dos años recibió el Premio Nacional al Mérito Judicial que recibió nada más y nada menos que por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esa presea le fue otorgada, por nunca haberse corrompido ni haber torcido la ley. Compitieron por ese premio poco más de 500 magistrados del país. Y sólo ella fue acreedora a dicho reconocimiento. No obstante, ya van dos o tres veces que los “misóginos” –como así les llama—la han bloqueado para que sea electa como Presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado. Acusa que el Poder Judicial del Estado es un “Club de Toby” con magistrados machistas que difícilmente votarían por una mujer para presidenta del Tribunal Superior de Justicia, “ni siquiera nos prestan el interinato cuando el presidente sale y tampoco nos mandan a representarlo”. Quien se hizo famosa por aquella frase de que “ya cualquier pendejo puede ser magistrado”, no ceja en su intento, no se da por vencida. En diciembre de este año que habrá elección del nuevo Presidente, no duda ni tantito en volverse a anotar como candidata a suceder a Alberto Sosa Hernández. No se da por vencida y ahora sí va por todas las canicas. Segura de sí misma, cuestiona por qué si la Universidad Veracruzana ya tiene su primera rectora que es Sara Ladrón de Guevara y Xalapa eligió hace tres años a la primer mujer alcaldesa, que es Elizabeth Morales García, entonces por qué el Tribunal se sigue resistiendo a tener a la primer fémina como Presidenta. Hay que abolir la misoginia, insiste, no sin antes señalar que hasta en el nuevo edificio del Poder Judicial esculpieron un mural en el que aparece una figura masculina, un “efebo” –dice ellas-- en lugar de destacar a la diosa Temis, símbolo de la justicia. “Hasta en eso les salió lo misógino”, apunta.

POR CIERTO, no es mala la idea del Presidente Enrique Peña Nieto darle más oportunidades políticas a las mujeres. Pero el problema ahora es otro: los partidos políticos no han fortalecido y preparado a sus cuadros femeniles. Un ejemplo lo vimos en la pasada elección local en el Estado de Veracruz. Resulta que a muchos institutos políticos les costó mucho cumplir con la cuota de género. ¿Por qué? Por no tenían suficientes abanderadas con arraigo y simpatía en cada uno de los municipios y distritos. Así que de última ahora algunos dirigentes les pidieron a los hombres que les recomendaran como aspirantes a sus esposas, hermanas, amigas y hasta amantes para ser ungidas. La consecuencia es que varias mujeres perdieron y las que ganaron seguramente serán mangoneadas por sus “machos”. ¿Cómo la ven?

SI VIVE EN el Puerto de Veracruz o piensa viajar allá, les avisamos que a partir de las diez de la mañana habrá otra marcha de maestros.

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