miércoles, 23 de octubre de 2013

País de viejos

Luis Alberto Romero
Hora cero

El sistema de seguridad social en México presentará, de acuerdo con las tendencias de los últimos 50 años, graves problemas de viabilidad porque la población envejece y la edad jubilatoria disminuye de manera considerable.Ello trae como consecuencia que se destine un mayor gasto a la atención de las enfermedades propias de una población cada vez más vieja.
Otro factor que influye en la necesidad de asignar mayores recursos a la salud es la atención de las personas con problemas de sobrepeso y obesidad; nuestro país, lamentablemente, ocupa el primer lugar mundial en casos de obesidad y diabetes infantil y a este paso, el porcentaje del producto interno bruto que se destinará a estos problemas será cada vez mayor, lo cual representará reducción en otras áreas estratégicas, como educación y generación de energía, entre otras.
La esperanza de vida en nuestro país registra un avance considerable en el último siglo: en 1930, era de 34 años; en 1970, de 61; y actualmente, la expectativa de vida es de casi 77 años.
La tendencia, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población, va en el sentido de que para el 2050, la esperanza de vida alcanzará los 80 años.
Por otro lado, la edad jubilatoria promedio pasó de 61.9 a 55 años.
En 1975 fue creado nuestro sistema de pensiones pensando que un jubilado disfrutaría menos de 3 años de esa condición; hoy, una persona que se jubila mantiene esa condición por más de 20 años.
Por si fuera poco, hace 30 años, por cada pensionado o jubilado había 20 trabajadores en activo; hoy, poco más de 5 trabajadores están activos por cada persona jubilada, lo cual nos habla ya de un serio problema porque los recursos que genera la clase obrero-patronal, sumados al gasto que destina el gobierno, resultarán insuficientes.
Se estima que las gráficas de la pirámide poblacional de México se convertirán en un rectángulo, por el gran porcentaje de adultos mayores.
Si uno analiza las estadísticas de fecundidad y mortalidad, resulta muy fácil prever que las generaciones nacidas entre 1960 y 1970 –etapa que se caracterizó en nuestro país por la explosión demográfica- convertirán a México en un país de viejos.
Hasta hace una década, la estadística nacional registraba que los adultos mayores representaban el 7 por ciento de la población nacional. Esa cifra llegará al 12.5 por ciento dentro de 10 años y para el 2050 alcanzará el 28 por ciento.
Ello debe representar una llamada de atención en cuanto al tema de las jubilaciones y pensiones. Y es que en el último año, el gasto en el pago de jubilados del gobierno aumentó en más del 5 por ciento, para alcanzar casi los 229 mil millones de pesos, de acuerdo con la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público.De continuar esa tendencia y de no modificar la ley para aumentar la edad jubilatoria, los sistemas de pensiones y jubilaciones de los estados y la federación terminarán por colapsar.

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