miércoles, 2 de octubre de 2013

¡Qué mentada de madre!

Brenda Caballero
Números Rojos

¡Qué coraje me da! decía una compañera, al platicarme su historia. “Ayer tenía cita en la clínica del seguro social, a las cuatro de la tarde. Me iban a hacer un estudio de mi ojo; lo iban a dilatar porque constantemente veo un punto blanco, por lo que el doctor me mandó de urgencia al especialista. Llegué puntual, esperando mi turno. De repente, la enfermera me dice que no pueden hacerme tal estudio porque no hay oftalmólogo y pues que tengo que volver a hacer la cita. ¡Ni modo! me la agenda para un mes después ¿te imaginas la urgencia?”
Esa es una historia muy común entre los que somos derechohabientes del IMSS. Los que tienen el servicio de salud del Issste o Pemex, conocen esas historias pero no tan extremas.
Ahora que si hablamos del Seguro Popular, la cosa se complica aún más, ya que hay determinadas enfermedades o intervenciones que ese seguro no cubre y las personas tienen que arreglárselas como pueden.
Pero… ¿Qué pasa con los diputados y senadores si se enferman?, ¿con esos representantes populares que siempre toman las riendas para encaminar el destino de la nación de “la mejor manera” viendo solo los intereses de los millones de mexicanos en el país?
Déjeme contarle que a pesar de que ellos cuentan con el servicio médico del Issste, tienen contratado un seguro de gastos médicos mayores con una empresa particular, como parte de “su dieta”… por si se enferman.
Según información proporcionada por la Ley de Transparencia a la organización Visión Legislativa, la actual legislatura destinó la suma de 94 millones 727 mil 221 pesos con78 centavos en la compra de seguros de gastos médicos para beneficio de los empleados de San Lázaro (diputados y mandos medios). ¡Vaya! mejor hubiesen destinado esa cantidad a mejorar un poco los servicios del Issste y seguramente más de un derechohabiente les hubiese dado las gracias…
Ahora sí que coincido con la diputada Luisa María Alcalde, del Movimiento Ciudadano, el gasto en esos seguros son como “una mentada de madre”
Pero no todo queda en salud, los diputados también se recrean y no me refiero a las pupilas, cuando pasa una “edecarne” del congreso, sino a los viajes “de trabajo” que se autorizan y nosotros pagamos.
Tan solo baste recordar la Reunión interparlamentaria México-España celebrada el pasado junio y en donde solamente los boletos de avión rebasaron los 150 mil pesos; todo con el fin de garantizar el traslado de los legisladores, erogando en total 860 mil pesos tan solo por 10 diputados. Y como dijera la canción “¿Y todo para qué? ¿Todo para qué?” Para lo mismo de siempre: reforzar la cooperación bilateral entre los Parlamentos de ambos países en materia de economía, educación, cultura, seguridad y defensa.
Con tanta tecnología que hay y tuvieron que ir hasta allá. Yo me preguntó: si los alumnos aprenden por videoconferencias… ¿Por qué no implementar un sistema similar entre cámaras? ¿Tienen que estrechar las manos para sentirse comprometidos?
Ahora que si hablamos de “otros gastos” ¿le parece justo que los senadores gasten 130 millones 800 mil pesos al año en asesores que más bien parecen “accesorios” de lujo?
Es triste que se desembolse tanto dinero en asesores, cuando los que están de legisladores son viejos y viejísimos lobos de mar que se las saben de todas, todas. ¿O querrán asesores para levantar la mano? ¿Quién norma que los legisladores no contraten a novios, hermanos, choferes, guaruras, sobrinos y hasta favores políticos?
Estos son solo algunos datos de nuestros queridos diputados y senadores, los que habrán de aprobar las reformas en México. Los que dicen que hay mucho trabajo por hacer, pero que no empiezan a reformarse ellos mismos. Los que dicen todos los días “hágase tu voluntad en los bueyes de mi compadre, mas no en los míos”

Email: caballero_brenda@hotmail.com

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