miércoles, 18 de diciembre de 2013

La violencia, recurso de cobardes

Roberto Morales Ayala
Zona Franca

El gobierno de Veracruz es el paraíso de la cobardía. En sus entrañas se tejen villanías y se protegen infamias. Cuando fracasan con la tentación de jugosos convenios a la prensa que por crítica y punzante genera opinión pública, para matizar su línea viene la agresión cobarde, anónima, pero a todas luces evidente.
La noche del sábado levantaron al periodista Hernán Villarreal Cruz, en el breve tiempo que lo tuvieron en sus manos, lo golpearon y lo encañonaron.
Es lo que se llama “plata o plomo”. Es la invitación de los poderosos a jugar en el equipo de la corrupción, y si no, a enfrentar las consecuencias: el ninguneo en el mejor de los casos o el riesgo de un ataque violento como medida extrema.
Si existe la percepción de que la élite gobernante de Veracruz se encuentra en el círculo de los más corruptos de México y contribuye para que el país ocupe un vergonzoso lugar en la lista mundial de países que carecen de transparencia, es porque la prensa independiente como PRESENCIA, y periodistas valientes y honrados como Hernán Villarreal Cruz, con valor y de frente dan tribuna a las denuncias de la sociedad.
Cada quien desde su espacio realiza la tarea que le corresponde. En el sur de Veracruz, el periodismo de PRESENCIA responde a su principal tarea de dar cabida a las demandas de la sociedad. Informa con sustento, documenta los hechos, da voz a las fuentes y contribuye a interpretar la realidad cotidiana desde un punto de vista crítico, confrontando a los actores públicos con sus acciones, exhibiendo las lacras sociales y la red de intereses que afecta el bienestar común.
Eso, por supuesto, irrita al político. Descubierto por la contundencia de los hechos, puede llevarse los millones pero dejar en el camino su aureola de santidad. En pocas palabras, la crítica periodística sirve para exhibir la pobre esencia de quienes gobiernan para ellos y actúan en contra de la sociedad.
México, a nivel internacional, lidera la lista de los países que destacan por la opacidad con que informan a la sociedad y Veracruz tiene en su grupo gobernante a un miembro destacado de los 10 personajes que se consideran como los más corruptos en el país. Ese sujeto es Fidel Herrera Beltrán, ex mandatario que heredó la debacle que hoy vivimos.
Veracruz es uno de los estados que contribuyen en gran medida a ese nivel alcanzado por México como uno de los países del mundo con mayor corrupción, sin transparencia, sin claridad en las acciones de sus gobernantes, en una categoría que a los veracruzanos les provoca vergüenza.
Obligado a prestigiarse, el gobierno de Veracruz reparte millones de pesos entre los medios de comunicación que tienen la encomienda de destacar en demasía las acciones del gobernador, de exacerbar los logros diminutos del duartismo y, sobre todo, de ocultar los cotidianos yerros, las cifras que dan cuenta del rezago, los continuos atropellos policíacos y el nivel de violencia que tiene en zozobra constante a la sociedad.
En el gobierno de Veracruz, al que elogia se le premia con una prosperidad que emana de la corrupción, pero a quien ejerce la crítica y documenta la verdad, se le estrecha el cerco hasta ejercer el recurso de la violencia y el miedo.
Es el caso de Hernán Villarreal, reportero y editor de PRESENCIA, que en sus páginas ha escrito miles de líneas de texto para describir la podredumbre que engalana a los gobernantes, el derroche de recursos, la corrupción en la obra pública, el uso del dinero del pueblo con fines electorales, la lucha del magisterio por desterrar a malos líderes que dirigen su destino, la farsa del supuesto combate a enfermedades de alto impacto social, como es el dengue, en el que los gobernantes suelen ocultar las cifras reales de enfermos y se maquilla el diagnóstico por el que muchos mueren a causa de ese mal.
Hernán Villarreal es un periodista completo, entregado a su profesión, valiente y con convicción, incisivo y empeñado en documentar cada uno de los hechos que publica. Ha sido extremadamente crítico, pero respaldado por testimonios o pruebas contundentes. Escribe con bases porque su ética así se lo exige y porque interpreta cabalmente la línea de PRESENCIA.
Lo que le ocurrió la noche del sábado 14 es un hecho que ejemplifica que al periodismo incómodo, los grupos de poder en Veracruz no lo toleran.
Hernán Villarreal fue levantado por un grupo de infelices, cobardes, que usaron una treta para subirlo a un auto, le cubrieron la cabeza con una bolsa, se lo llevaron y por espacio de más de media hora lo sometieron a una constante de amenazas y golpes, siempre con una pistola sobre su cabeza.
Hernán Villarreal vivió momentos de terror. Las amenazas llegaban cargadas de insolencia. “Hijo de tu puta madre, ya bájale. No te matamos por lo que representas. Si te matamos, se nos vienen encima, pero ya nos tienes hasta la puta madre”, le dijeron una y otra vez.
Hernán aguantó todo. Fue bajado del auto compacto en que lo plagiaron. Ahí le dieron otra tunda en el abdomen hasta dejarlo sin aire. Luego se fueron. Desde ahí se comunicó, cuando ya habían dado cuenta del mensaje. Y para que el mensaje a PRESENCIA quedara claro. La misión no era ultimar sino intimidar.
Por fortuna, Hernán Villarreal sobrevivió al “levantón” y libró la muerte. Los plagiarios hicieron lo suyo, pero dejaron la advertencia: “ya nos tienes hasta la puta madre”.
Así es como tratan los grupos de poder a quienes se oponen a sus corruptelas. Aplican la “plata o plomo”. Y como ni con plata pueden mediatizar la línea de la prensa crítica, recurren al plomo, a la violencia, a la agresión para sembrar miedo.
Eso ocurre en Veracruz porque su gobierno es el paraíso de la cobardía. Ataca por la espalda; usa la fuerza como lo hace todo aquel al que no le asiste la razón; encubre villanías y corruptelas, y solapa a cacicazgos regionales que no terminaron de cuajar.
Eso pasa con la prensa crítica, a la que no pueden someter mediante el convenio de publicidad, con dinero o con negocios que los pupilos del fidelismo, bajo el manto del gobierno de Javier Duarte, suelen dar a cambio de elogios o del disimulo y el silencio ante los abusos que el pueblo tiene que padecer.

(romoaya@gmail.com)(@moralesrobert)(Facebook: Roberto Morales Ayala)

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