lunes, 27 de enero de 2014

El peso del apellido

Salvador Muñoz
Los Políticos

Tres presidentes municipales son hijos de ex alcaldes de su respectiva ciudad: Ramón Poo Gil (Veracruz), Ricardo García Guzmán (Pánuco) y Américo Zúñiga Martínez (Xalapa).
Entre los diputados locales tenemos casos similares: Carlos Ernesto Hernández Hernández y David Velasco Chedraui, sobrinos de sus tías ex diputadas Bertha Hernández e Irma Chedraui Obeso. Además, están Ciro Félix Porras, Octavio Pérez Garay, Ana María Condado Escamilla y Mónica Robles Barajas, hijos de los ex diputados Guadalupe Porras, Marina Garay, Clemente Condado Mortera y Roselia Barajas, ésta última, ex legisladora federal. ¡Ah! Claro, también Raúl Zarrabal Ferat y su padre, de los mismos nombres, con el agregado de que ambos ocuparon la titularidad en la desaparecida Secom.
Por otro lado están los hermanos y primos de bat pesado: Juan Manuel Velázquez Yunes y Gustavo Gudiño Corro.
Dejamos fuera a Gladys Merlín, la hija del cacique; y a Marco Antonio del Angel Arroyo, el hijo de… no sé cómo citar a César del Ángel, el de los 400 Pueblos.
Es evidente en estos casos quiénes son producto de su propio esfuerzo político; ¡vamos! de una mano, hasta nos podrían sobrar dedos para definirlos; son pocos los que han decidido cortar desde hace años con el cordón umbilical del apellido para tratar de conformar un nombre por sí mismos… hoy, a pocos se les puede llamar por sí, y a muchos se les identifica más por ser “el hijo o la hija de fulano o fulana”, “el sobrino de sutana” o “el pariente de mengano”...
Hay muchos que tienen oportunidad de brillar por sí mismos; hay unos (pocos) que ya lo hacen sin tener la sombra de su padre, claros ejemplos: Ramón y Américo… del resto, ¡cómo les pesa el apellido!

II
Abordo un taxi… le indico mi destino y avanza. En un brinco, la puerta de la guantera se abre y a madrazos la cierro (¿por qué guantera, si lo que siempre encuentro en ese compartimento son papeles, lentes, cosméticos, comida, pero nunca guantes?). El conductor, un poco apenado, me dice que la unidad ya está vieja.
—¿Qué modelo es?
—2000… pero ya lo va a cambiar el patrón…
Callo pero parece que me adivina el pensamiento el chofer, quien agrega a mi duda silenciosa: “Da tres mil pesos a Tránsito y puede circular… ¡así andan muchos!”
Entonces, los misterios en torno a carcachas ruleteras y servicio urbano expulsor de inmensas nubes negras, está resuelto: Con tres mil pesos, asunto arreglado.

III
Me intriga sobremanera cómo una película con canciones de Juan Gabriel puede estar en los primeros lugares de taquilla en el país.
Supongo que nadie se resiste a las canciones del famoso compositor de Parácuaro, ídolo de Ciudad Juárez, y admirador número uno del Presidente… sólo hay que recordar su frase: "Creo que hay que demostrar cariño y amor a nuestro presidente Peña Nieto. Soy artista y estoy agradecido por lo que las instituciones me han permitido superarme. Creo que cada quien en lo que nos dedicamos debemos poner en alto el nombre de México”...
“¿Qué le dijiste a Dios? es una comedia que cuenta, al ritmo de las canciones de Juanga, historias de amor, amistad y traición de cuatro mujeres, que comprenderán por qué dicen que más vale pedir perdón que pedir permiso”, refiere una breve reseña.
Casi a finales de quincena y la única canción que recuerdo del Divo de Juárez es “No tengo dinero, ni nada que dar / lo único que tengo es amor para dar…”, ¿a poco usted no?

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