sábado, 18 de enero de 2014

La Basura de Jardines


Salvador Muñoz

Son cerca de las siete de la mañana del sábado. Habitual recorrido con Harry por el parque. Nada nuevo de no ser por un acto de vandalismo en el área de juegos. Las patas del bote de basura han sido dobladas. El espectáculo se hace más grotesco porque el bote, atiborrado de desechos, es rodeado de desechos en el suelo. Regreso a casa con Harry.
Cerca de las 10 de la mañana, aprovechando que sacamos la basura de la casa, volvemos a dar otra vuelta al parque. Ya con más luz, el cuadro es deprimente alrededor del área de juegos. No entiendo cómo un padre o una madre es capaz de tener a sus hijos jugando entre tanta basura.
Lo increíble es que hay restos de papeles y varillas del 24 de diciembre y de año nuevo, cuando en los estúpidos rituales de estas fechas, hay padres e hijos que queman cohetes, luces de bengala y demás pirotecnia. A ello hay que sumar pañales, restos de comida, envases de todo tipo, plásticos, bolsas con caca de perro y bolsas de comida chatarra...
Cojo una rama de las tantas que abandonan en el área verde y me fabrico una escoba. Empiezo a barrer el área de juegos y de repente, Héctor, un compañero de la facultad que llega con sus hijos y mascotas, se une a mi limpieza. Platicamos de política, de la actividad de los columnistas, de los medios de información y del progreso de Gina… ¡barre que barre! ¡barre que barre!
Al final, limpiamos esa área y quedamos en que le pediré al alcalde Américo Zúñiga que me proporcione unos rastrillos de jardinería y bolsas de plástico para que, al menos los sábados, demos una hora al área de juegos.
Se retira Héctor y llevo una gran bolsa negra de basura al contenedor… no hay más bolsas, por lo que otros restos se quedan en dos botes del parque.
Invito a Harry a volver a casa pero pretende otra vuelta al parque. Entonces, aprovechando el rato de esparcimiento de Harry, tomo de nuevo mi “rama-escoba” y barro un poco la hojarasca que hay el centro del parque.
Un padre de familia que cuida el juego de sus hijas, toma otra “rama-escoba” y se une a mi limpieza. Conformamos tres montones de hojarasca.
Sí, hay quien puede decir que paga por el servicio de basura y demás impuestos, con lo que tiene derecho a exigir la limpieza del parque… pienso igual, pero también pienso que hay muchas personas que también pagan sus impuestos y piensan que eso les da derecho a tirar la basura en donde les plazca la gana; derecho a depositar las bolsas de los desechos de sus perros en esos botes de basura en el área de juegos del parque; derecho a hacer del pulmón de Jardines de Xalapa un picnic y dejar sus botes de refresco, de cerveza, de licor, de KFC, de café, etcétera, en cualquier lado…
También hay gente que está resentida con la sociedad, y eso le da derecho a pintar y causar daño a todo lo que sea público o privado… un pasamanos del área de juegos desapareció después de que lo tiraran una noche de vandalismo. Hoy, me encontré el bote de basura doblado… lo levanté pero una de sus patas ya está fracturada… estoy seguro que intentarán robarlo para venderlo como fierro viejo…
Por una parte pienso que sería lo mejor… poner botes de basura en el área de juegos donde no pasa personal de la dirección de Parques y Jardines y mucho menos Limpia Pública, hace que se forme un foco de desidia, desinterés y de irresponsabilidad; sí, porque al final, tirar la basura no deja de ser la manera más sencilla de evitar una responsabilidad con nuestra ciudad y dejarla en manos, sólo en manos de nuestras autoridades, bajo una tesis que puede ser cierta, pero quizás no justa, es la forma más fácil de evadirla: pagamos impuestos.
Ya no pido que venga Limpia Pública al parque de Jardines de Xalapa… he resuelto darle a mi ciudad, a mi área verde, a ese pulmón que disfruto día, tarde y noche, un poco de mi tiempo cada sábado y si me ayuda el alcalde, espero que me envíe dos rastrillos y una buena cantidad de bolsas de plástico grandes para recoger allí la basura que niños, padres de familia, novios, empleados de diferentes empresas, transeúntes y vándalos, dejan en el área de juegos…
Yo me comprometo con este cacho de ciudad; le pregunto a mi alcalde: ¿Usted se compromete a que me comprometa?

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