lunes, 3 de febrero de 2014

¡Hagamos autodefensas!

Salvador Muñoz
Los Políticos

Nos pusimos a pintar un vecino y yo en el estacionamiento de la casa. Entre brochazo y brochazo, me comenta si supe del muchacho que murió en la vía, a dos pequeñas cuadras de la casa. Me cuenta que lo intentaron asaltar y como se resistió, le propinaron una estocada en el pecho. Hay quienes dicen que corrió hacia la farmacia que está pasando la vía pero se desplomó.
Quizás por eso, el domingo, vi a dos patrullas de soldados rondando por Jardines. Insisto: Tanto sujeto armado no me da seguridad, sino incertidumbre.
El domingo, no sé si sean policías peatonales, pero vi a tres uniformados de SSP por el parque de Jardines de Xalapa y después por donde está el Circo.
En las redes, me entero que la maestra Lourdes Hernández Quiñones fue víctima de los cacos. En la casa, concluimos que tendremos que re-re-reforzar de nuevo nuestras medidas de seguridad.
II
Una dulce voz interrumpe mi actividad:
—Disculpe, señor… ¿puedo tomar unos “pies” de esas flores?— Y me señala hacia los matorrales pintados de blanco y violeta.
—Creo que sí, no hay problema…
Me brinda una sonrisa y me da las gracias y se dirige hacia los matorrales. Le pregunto si trae tijeras y me dice que “así, con las manos”...
Y reinicio mi actividad sin entender el porqué me pide permiso para cortar una flor del parque del lugar donde vivo.
A los pocos minutos me cae el veinte… el señor Demetrio llega y empieza a recorrer el área de los juegos infantiles… acucioso va de las resbaladillas al titiribaco… “creo que perdí mis lentes”... continúo con mi actividad pero le digo: “No recuerdo haberlo visto con lentes” y me responde que por lo regular los trae colgados en el cuello o en la bolsa de la camisa, pero como estaba jugando con su nieta, teme que se le hayan caído… hace de nuevo un recorrido y entonces me pregunta: “¿Es usted del Ayuntamiento?” Le digo que no, que soy vecino de Jardines de Xalapa.
—¡Ah! Es que quiero poner una queja… ¿Ha visto los espectaculares de “¿Por qué los hombres aman a las cabronas?”
—No, pero sé que iba a venir esa puesta en escena...— le respondo sin dejar de hacer mi actividad…
—No es posible que una ciudad que presuma de culta exhiba esos anuncios… ¡los niños los ven!
(Me acordé del programa de “Las Lavanderas” y su dichoso refrán: “Uno, como quiera… ¡las criaturas!”)
Total que don Demetrio no encontró sus lentes y se retiró planeando su queja contra el Ayuntamiento por permitir que se exhiban groserías en la vía pública… pues se supone que somos una ciudad culta… tan culta que tira la basura por donde mejor le plazca.
Seguí mi actividad y entendí el porqué pensaban que era empleado del Ayuntamiento: Porque estaba barriendo el área infantil del parque.

III
Nos emparejamos a la patrulla y preguntamos una dirección: El oficial nos da indicaciones y concluye: “¿Se van a meter al estacionamiento?” ante nuestra afirmación dice: “¡Síganos!” Y ahí vamos atrás de la patrulla, en un mundo de vehículos, y no permitiendo el oficial que nos separáramos de él. Nos llevó al punto que queríamos. Se detuvo la patrulla y un policía se bajó y le hizo indicaciones a mi esposa para que tomara el camino de la derecha… ¡habíamos llegado a la Central de Autobuses!
Le dimos las gracias al patrullero de la unidad P-1507 y entramos.
Todo esto, en Puebla, ante un repentino viaje que tuvimos que hacer el sábado. Quedamos impresionados con la amabilidad de los servidores públicos poblanos y hasta bromeábamos de que eso se debía porque el equipo de la franja acababa de vencer al Veracruz un gol a cero y habían visto nuestras placas.
¡Vamos! Nos llevamos buena impresión de la poli camotera!

IV
Harry llega insolado a la casa… me estuvo acompañando por espacio de dos horas en la barrida. Fue testigo de la enorme plasta de caca que pisé y si hubiera visto mi pensamiento quizás hubiera confirmado mi tesis: “¡Ésta es de Labrador!” También fue testigo de las bolsas con excremento de perro cuyos “dueños limpios” recogen del prado y avientan a un bote atascado de basura y creo que ya no vio cuando mi mano, a la hora de recoger la basura, desató un olor peculiar: ¡Había cogido un buen pedazo de mierda canina! Pero no se escandalice, estimado lector… me puse bolsas como guantes en las manos para evitar de lleno, esos ligeros detalles.
Mi suegra me dice: “¡Ni te pagan! ¡Nadie te ayuda!”
Le respondo que no espero pago por ello ni cooperación vecinal… mi cuñada interviene: “a él le gusta” y sí, de cierto modo disfruto hacerlo más cuando esta ciudad me ha brindado cobijo desde hace más de 20 años. Darle un poco, casi nada, de mi tiempo, es una forma de tratar de retribuir lo mucho que me ha brindado.
Lo mejor: El amigo Héctor Raúl y yo acordamos de vernos el próximo sábado a las 8 de la mañana para darle una barridita al centro del parque. Otro vecino busca cooperar pero no puede los sábados… le encargué bolsas. Arturo Reyes González, el Potrillo, dice que se apunta… habrá que ver… la idea no es quitarle la chamba a Parques y Jardines del Ayuntamiento local, porque es evidente que tiene mucha, pero sí de cooperar por un espacio que disfrutamos en la comunidad de Jardines de Xalapa. Nada más espero que algún día pasen los empleados de Parques y Jardines a recoger la basura orgánica que ya los transeúntes se están encargando de revolver con desechos. Sí. Es evidente que hay ciudadanos a los que les vale madre el medio ambiente. Son esos ciudadanos que consumen Cocacola, café Andatti, Burger King, productos de Sabritas y elotes, nachos, así como los de la Universidad Filadelfia, Telmex y otras empresas que toman punto de reunión el parque y dejan su basura allí… basura que me he encontrado y recogido...
Ahora que están de moda las autodefensas, ¿por qué no crear una en Jardines de Xalapa? Mi arma: Un rastrillo de Jardinería y bolsas para basura… ¿quién le entra?

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