martes, 18 de marzo de 2014

Pemex

Luis Alberto Romero
Hora Cero

Desde hace al menos una década, Petróleos Mexicanos ha perdido competitividad en el entorno internacional y cada vez resulta menos rentable.
El diagnóstico que elaboró la Secretaría de Energía hace seis años, en 2008, ya encendía los focos de alerta porque en sólo tres años, a pesar de tener la mayor inversión en su historia, Pemex cayó del lugar seis al décimo primero entre las empresas petroleras del mundo.
En el documento que presentaron de manera conjunta en 2008 el entonces director general, Jesús Reyes Heroles, y la secretaria de Energía, Georgina Kessel, se consignan problemas financieros, operativos, tecnológicos y de capacidad de ejecución; tanto así, que la producción en los principales campos petroleros del país se redujo de manera significativa y las reservas probadas cayeron en 5 mil 400 millones de barriles, lo que en precios de ese año representaba 5 billones de pesos.
Por si fuera poco, entre 2005 y 2008 la producción se desplomó a un ritmo de 300 mil barriles diarios.
Un problema adicional es la falta de capacidad de refinación para atender al mercado mexicano: el 40 por ciento de las ventas de gasolina, por ejemplo, corresponde a importaciones, que actualmente superan los 400 mil barriles diarios, poco menos de la mitad de la demanda nacional.
Esas son sólo algunas de las amenazas que enfrentaba Pemex, por lo que en 2012 iniciaron los cambios en el régimen legal de la paraestatal, a fin de volverla rentable y competitiva y para revertir la tendencia en la caída de la producción, que ya llegaba a niveles preocupantes: 15. 4 por ciento menos que una década atrás.
Ayer, en el marco del 76 aniversario de la Expropiación Petrolera, el presidente Enrique Peña Nieto estuvo en el Complejo Petroquímico de Cosoleacaque, en el sur de Veracruz, donde anunció lo que será la mayor inversión anual en la historia petrolera mexicana, 357 mil 500 millones de pesos.
Subrayó que Pemex se convertirá en una empresa con liderazgo internacional y que con las reformas instrumentadas se garantiza la seguridad energética de nuestro país, la creación de miles de empleos y la reducción de los precios de los combustibles y la energía.
Sin embargo, el gran problema de la paraestatal no se limita a cuestiones tecnológicas, financieras y de operación, sino que incluye también insultantes niveles de corrupción. Recientemente, la Auditoría Superior de la Federación dio a conocer los resultados de la revisión a la cuenta pública de 2012 y concluye que casi todos los acuerdos de exploración y extracción licitados por Pemex fueron asignados a grandes empresas extranjeras en cuestionables condiciones de competencia. Incluso, habla de irregularidades en los contratos y cobros indebidos por parte de compañías transnacionales.
A eso habría que sumar los escándalos por corrupción y enriquecimiento de los líderes del sindicato petrolero que encabeza Carlos Romero Deschamps, quien desde el inicio del sexenio se apresuró a sumarse a la reforma energética, sobre todo después de ver la estrepitosa caída de la ex lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo. @luisromero85

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