martes, 8 de abril de 2014

Hotel PRI de paso

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

No sé a qué tanto barullo con eso de la presunta red de prostitución en las filas del PRI del DF, si ya todos sabemos cómo se las gastan la mayaría de los políticos, sean del color que sean, aquí y en China, pegúntenle si no al italiano Silvio Berlusconi, por sólo mencionar a uno. Cloaca política siempre ha existido, lo que pasa es que sólo de vez en vez se destapa y se conoce públicamente. Acuérdense nomás lo que dijo Enrique Jardiel Poncela, el que no se atreve a ser inteligente, se hace político.
 Con el escándalo en el DF del “Hotel PRI de paso”, como ya se le conoce, únicamente corroboramos lo que todos suponemos: México sumido en el fango, y ahora, como siempre, esperamos se aplique la ley, pero he ahí el meollo (el hoyo) del asunto, pos la corrupción somos todos y sin duda habrá tapaderas, porque más de un político y hasta funcionario seguro saldrían embarrados, y, claro, no conviene que salga a la luz más mierda (perdonen los castos oídos). Bien lo expresó Lydia Cacho: “Haberlo sacado del partido “mientras se le investiga” es una buena movida del PRI, pero hará falta mucho más que eso para creerles”.
  A tanta rabia por eso y otras muchas desgracias que padecemos, les comento mejor que cuando Dios creó el mundo, para que los hombres prosperasen, decidió concederles dos virtudes. A los suizos les hizo ordenados y cumplidores de la Ley; a los ingleses les hizo persistentes y estudiosos; a los japoneses les hizo trabajadores y pacientes; a los italianos alegres y románticos; a los franceses les hizo cultos y refinados. Y cuando llegó a los mexicanos, se volvió hacia el Ángel que tomaba nota y le dijo: “Los mexicanos van a ser inteligentes, buenas personas y priístas”.
 Cuando acabó de crear el mundo, el Ángel le dijo a Dios: “Señor, le diste a todos los pueblos dos virtudes y a los mexicanos tres. ¡Esto hará que prevalezcan sobre todos los demás!” Dios reaccionó y dijo: “Tienes razón. Bueno, como las virtudes divinas no se pueden quitar, que los mexicanos, a partir de ahora, puedan tener cualquiera de las tres, pero la misma persona no podrá tener más de dos virtudes a la vez. Así es que el mexicano que sea priísta y buena persona, no puede ser inteligente; el que es inteligente y priísta, no puede ser buena persona, el que es inteligente y buena persona, no puede ser priísta”.
 Y bueno, a estas alturas, pasa con cualquier partido. Albert Einstein dijo alguna vez que su ideal político era el democrático, “cada uno debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado”. Ahí ‘ta, chatos.

De cinismo y anexas
Thomas B. Reed sentenció: “Uno de los mayores engaños en el mundo es la esperanza de que todos los males del mundo puedan resolverse a través de la legislación”. El que tenga oídos, oiga.
Por cierto, interesante y jocosa colaboración de Alma Delia Murillo publicado en www.sinembargo.com, “Los diez mandamientos posmodernos. (Primera tabla)”, del cual les dejo lo siguiente: “Primero. Amarás a tu Smartphone por sobre todas las cosas. Segundo. No tomarás crédito bancario en vano porque no dará el banco por inocente a quien así lo hiciere. Tercero. Santificarás las Temporadas de Rebajas, las Ventas Nocturnas, el Buen Fin y todas las fiestas de consumo que se te impusieren como San Valentín o el Día de las Madres. Cuarto. Superarás a tu padre y nunca te destetarás de tu madre para que tus días de soltero y eterno adolescente se alarguen sobre la tierra. Quinto. No matarás pero tampoco te conmoverás ante la muerte”. Chéquenlo.

Por lo pronto ahí se ven.

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