martes, 6 de mayo de 2014

Que Renato diga por qué lo corrieron

Juan Ciudadano
Los Gobernados
Torres muy altas, decía el filósofo, se vienen abajo. Quisieron los hombres en Babel llegar al cielo, tocar a Dios, hablarle de tú a tú, y por esa soberbia, fueron confundidos y sus lenguas cambiadas hasta llegar a su destrucción. El hombre poderoso sufre cuando cae en la cuenta que es tan frágil como cualquier mortal.
Así es el destino de los engreídos que no son nada y se sienten superiores. Así es Renato Tronco, ahora caído en desgracia, echado de la política por elemento gacho, que anuncia su retiro, no porque esté dispuesto a hacerlo sino obligado a irse.
Anunció su adiós. Lo escuchaban sus más cercanos. Los dejó con la boca abierta. Les echó un balde de agua helada. Su cacique renuncia. Su cacique se va. ¿Se va? No. Yo diría que a su cacique se lo sacude el gobernador Javier Duarte. Yo diría que a su cacique lo llamaron, le dijeron, le mostraron las cifras, la intención de voto, lo que le esperaba a su hermano Miguel Ángel en la elección extraordinaria, una aplastante derrota. Y le dijeron otras cosas, crímenes, abusos, corrupción demostrada, asuntos quemantes.
A su gente, les cuenta lo que quieren oír y ellos felices. Renato los marea y los muy güeyes le creen. Les dijo que si Miguel Ángel Tronco persiste en ser alcalde de Las Choapas, va a haber violencia, que van a quemar no se qué carajo, que todo sería un caos, y que por eso es mejor recular. Y los muy tarugos que se lo creen.
Renato es puro rollo. Les dice que es un retiro forzoso, pero no explica quién lo obliga y por qué. “Nos viene una guerra de reordenamiento”, señala y los insta a pagar deudas, vender vehículos, empezar a ponerse “en cero con las deudas”. Y por lo pronto les soltó que no tiene la capacidad económica para responder a programas y obras. O lo que es lo mismo, que cada quien se rasque con sus uñas.
Augura que sin él Las Choapas se estancará. Cree que el próximo ayuntamiento no le responderá a la gente. O que si no es Renato, nadie puede con el municipio. Y que en dos años y medio vendrá de nuevo, con más fuerza, para demostrar que se equivocaron al desplazarlo y que la democracia no existe si no se reconoce a los Tronco en el poder.
Lo que es la pendejez. Renato es un político violento, que todo el tiempo envía a la policía a reprimir al pueblo. Usa a la policía como su grupo de choque. Usa a los empleados municipales para servirle en eventos privados. Usó al PRI para convertirse en cacique y en el intento se quedó.
Lo que no dice Renato es por qué perdió el respaldo del gobernador Javier Duarte. Lo que no dice es qué lo llevó a amenazar con paralizar el sur de Veracruz con bloqueos carreteros. Lo que no dice es por qué si el problema es la alcaldía de Las Choapas, también renuncia a seguir siendo diputado local.
No. A otro perro con ese hueso. Renato se va porque hay asuntos más cabrones. Quizá sea lo de los migrantes y la extorsión a que los someten en cuanto llegan a territorio choapense. Quizá sea lo de las fosas clandestinas donde han encontrado a mucha gente, entre ellos al periodista Gregorio Jiménez. Quizá es que el poder que tuvo lo puso al servicio de los delincuentes. Quizá sea que le iban a revivir lo del regidor Alfredo Pérez Juárez, asesinado en su primera presidencia municipal.
No está diciendo toda la verdad. Se está guardando las razones reales de su caída. Los políticos nunca entregan el poder por las buenas. Lo entregan porque son obligados, porque los presionan, porque su pasado los alcanza y tienen que ceder.
Renato se va pero sus razones no convencen. Lo de la violencia si gana su hermano mayor es absurdo. En primera, no ganaría la elección y en segunda, si alguien es dado a la violencia es Tronco.
Renato se va pero no ha pagado por sus atropellos, por la corrupción, por el abuso de poder, por el enriquecimiento descarado, por los ataques a sus enemigos, por la gente que encarceló y que luego fue torturada en la cárcel, por la gente que se haya desaparecida.
Dice que un alcalde es responsable de todo lo que ocurre en su municipio. Tiene razón. Siendo alcalde, y siendo diputado pero manejando al presidente del concejo municipal, Renato es responsable de todos los crímenes y atropellos que se siguen cometiendo en Las Choapas.
Diría yo que Renato Tronco se merece más, pero con verse echado de la política recibe apenas lo justo. Ahora sólo falta que sobre su caída, se sepa la verdad.

(Comentarios y tips a: losgobernados@gmail.com)

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