jueves, 26 de junio de 2014

Cáncer

Gabriel Arellano López
Escenario

Hace pocos días, padres y madres de niñas y niños enfermos de cáncer lograron vencer después de un tiempo la resistencia oficial y consiguieron que, finalmente, fuera adquirida una lámpara infrarroja que facilitará “encontrar” las venas de pacientes que requieren ser puncionados.
Se trató de una lucha emprendida por esta gente de condición humilde, que viven en carne propia el sufrimiento desgarrador de ver a una hija o a un hijo con esa terrible enfermedad, algunos de ellos acaso ya sin esperanza de vida.
Sus mismas condiciones socioeconómicas les hacen prohibitivo acceder a un servicio médico privado y por ello han acudido al Centro Estatal de Cancerología, hoy pomposamente rebautizado como Instituto Estatal de Oncología, cuyo director Raúl Enrique Guzmán García no ha tenido empacho para descalificar la lucha de los padres y señalar como un lujo la compra de la lámpara infrarroja.
Presume el doctor Guzmán García de tener bajo su mando a enfermeras altamente capacitadas para detectar las venas de los enfermos por medio de técnicas tradicionales, equipo de última generación y la mejor y más amplia plantilla de especialistas para tratar a los enfermos con cáncer, ademas de afirmar que no hay hospital en el sureste de la nación que tenga en su conjunto a pediatras hematólogos, pediatras cirujanos, oncólogos pediatras, oncólogos médicos, radioterapeutas, especialistas en medicina nuclear y gineoncólogos, entre otros, que ni el IMSS, Issste o el área privada pueden tener, incluso en la ciudad de México.
Hasta donde conocemos, este médico de lo que no puede presumir es de tener una hija o un hijo padeciendo cáncer; de saber lo que es tener que dejar su hogar, su pueblo, su ciudad, su trabajo, su familia y romper su esquema de vida para acudir a un hospital público en busca de la ayuda profesional y el apoyo humanitario, de una esperanza al menos, para salvar la vida de esa hija o ese hijo, que apenas empieza a vivir.
Bajo condiciones económicas, sociales y humanas de franca desventaja, debe ser demoledor para una madre o un padre ser testigo del sufrimiento inagotable que trae consigo el cáncer. Todo lastima. Cualquier cosa, hiere. Es una cruz que aniquila. Una punción, perfora el corazón y el alma. Y si es fallida, peor aún.
En tales condiciones ¿Qué bien o que alivio no procuraría cualquier madre o padre para su hija o hijo enfermo? Todo lo que haga menor su sufrimiento, vale la pena.
Por ello, fue que los padres de estos pacientes del CECAN o INEO (ojalá el cambio de denominación sirva para algo bueno, aparte de satisfacer egos) lucharon por conseguir la lámpara infrarroja. No pidieron y se quedaron cruzados de brazos. Colectaron fondos, aunque insuficientemente.
Dice el doctor Guzmán García que la lámpara fue comprada por “la presión social”. No importa como haya sido, si ahora se contará con una herramienta más que puede aminorar eventualmente el sufrimiento de los enfermos. Una herramienta que queremos pensar no será desaprovechada.
Lo que sí es una lástima es que ni siquiera “la presión social” logre añadir a tanta capacitación y a tanto profesionalismo, algo de sensibilidad, algo de solidaridad y comprensión, para extirparnos la deshumanización, ese otro terrible cáncer tan fácil de encontrar en cualquier hospital.
NUMERALIA
1.- Despertó suspicacias el cese del hoy ex subprocurador Arturo Herrera Cantillo, apenas unos días –casi horas- después de haberse convertido en el funcionario que tuvo conocimiento y difundió el hallazgo de narcofosas en Nopaltepec. Uno se pregunta qué tan urgente era este cambio, porque definitivamente la opinión pública puede recibir un mensaje equivocado al relacionarlo con una especie de vendetta laboral o política, dada la vinculación tan cercana de Herrera Cantillo con un caso tan estruendoso. Acaso bien pudo tratarse de una remoción ya prevista con anterioridad, pero lo cierto es que el ahora ex alto funcionario de la Procuraduría de Justicia se mostró sorprendido con su cese.

2.- El alcalde del puerto de Veracruz, Ramón Poo, o mejor dicho, la ciudadanía que paga sus impuestos en ese municipio, han resultado los primeros sacrificados por las deudas del Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano. En efecto, el ayuntamiento porteño debió erogar 7 millones de pesos para cubrir parcialmente un adeudo a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y hacer posible que se normalizara el suministro del vital líquido. Esta bola de nieve que representa el SAS ha seguido creciendo, sin que a la fecha se haga aparecer al o los responsables de la quiebra financiera en que fue hundido.

3.- Lejos quedó el tiempo aquel cuando la hoy desaparecida Eloína Vargas se mantuvo por décadas en el liderazgo del SETSUV. A su muerte entró el relevo Pedro Reducindo Villalba, pero esta vez ya no logró la reelección. El nuevo dirigente, elegido la madrugada de ayer, es Juan Mendoza Gutiérrez, quién encabezando la planilla Oro obtuvo mil 68 votos, suficientes para convertirse en el nuevo dirigente de esta importante organización sindical que aglutina a los trabajadores de la Universidad Veracruzana. De Mendoza Gutiérrez se esperan un trabajo productivo y una valiosa etapa de desarrollo sindical para mantener al SETSUV en el lugar preponderante que ha ocupado tradicionalmente.

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